“Hace
43 años nuestra provincia vivía una de sus noches más trágicas, la
#NochesdelosLápices. Hoy recordamos el compromiso de esos chicos y en su
memoria seguimos trabajando por una sociedad más justa, inclusiva, con derechos
y oportunidades para todos.”
María
Eugenia Vidal, @mariuvidal, Twitter
¿Qué fue la noche de los lápices?,
según la historieta “bienpensante”
que rueda desde hace años por Argentina fue una algarada estudiantil que
reclamaba por el boleto estudiantil en la provincia de Buenos Aires, reclamo
que terminó con algunos chicos desaparecidos. Que estuviera dirigida por María Clara Ciocchini, oficial de
Montoneros, y su segunda al mando, María
Claudia Falcone, aspirante a oficial de la misma “orga” parece no importarle a nadie; sobran cagones entre
votantes y votados que prefieren seguir creyendo en el almíbar para perdonarse los momentos en que pedían
la muerte, si fuera posible más que cruel, de los terroristas.
María Claudia Falcone y María Clara Ciocchini, Montoneros |
Yo
prefiero atenerme a la historia que les he contado a mis hijos y que hoy les
cuento a mis nietos: era la infame búsqueda, por parte de Montoneros, de perejiles que terminaran siendo víctimas de
la guerra contra la subversión entre el estudiantado secundario para poder
mostrar, urbi et orbi, lo “salvaje”
de la represión militar en la Argentina.
Siempre
me viene a la memoria la respuesta de Jorge
Falcone, oficial montonero y
hermano de la desaparecida María
Claudia, cuando Viviana Gorbatto, autora del libro: “Montoneros,
soldados de Menem, ¿soldados de Duhalde?”, le pregunta si eran
montoneros convencidos; la respuesta no deja lugar a dudas: “Sí. Nadie nos usó ni nadie nos pagó. No fuimos perejiles
como dice la película de Héctor Olivera (…) fuimos a la conquista de la vida o
la muerte (…). En el departamento donde cayó mi hermana se guardaba el arsenal
de la UES de La Plata. Mi hermana no cayó por el boleto secundario, sino por
una patria justa, libre y soberana. La gente que tenía la conducción de un
colegio secundario no se chupaba el dedo. Tenía práctica política y militar”.
Jorge Falcone, oficial montonero |
Que
gente como esta, que durante el kirchnerismo usufructuó sin asco de la teta del
estado tenga la pretensión de volver, es preocupante. El vamos por todo sigue
vigente, cada día que pasa, con más fuerza; pero que una gobernadora a la que
esta misma gente le dio una paliza atroz en las PASO siga insistiendo en
lamerles los flecos bordea la
calificación de imbecilidad sobresaliente.
No obstante, estamos obligados a
seguir fieles a nuestro anatema, debemos votar a los imbéciles porque los otros
son malos de toda maldad.
Non nobis, Domine, non nobis. Sed
Nomini tuo da gloriam.
NOTA: Las imágenes
y destacados no corresponden a la nota original.
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