miércoles, 6 de noviembre de 2019

LOS MILITARES Y LOS AÑOS K


A 12 años del grito “¡Larrabure!” delante de Cristina Kirchner, la Justicia ordenó indemnizar al capitán de la Armada echado por los dichos de su mujer

Reconoció el “daño moral” sufrido por el oficial Marcelo Toulemonde, pasado a retiro obligatorio en 2012. La Armada aún pide su ascenso retroactivo.

El día del "grito Larrabure". El 20 de diciembre de 2007, Cristina Kirchner preside junto a la ministra Nilda Garré, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Jorge Chevalier (derecha) la ceremonia de entrega de sables a los nuevos oficiales de las Fuerzas Armadas en el Colegio Militar. Foto: Andres D'Elía.


GUIDO BRASLAVSKY

La Justicia federal reconoció el "daño moral" y ordenó a la Armada y al Estado nacional indemnizar al capitán de fragata Marcelo Toulemonde, sancionado, perseguido por autoridades navales y de Defensa en los años K y finalmente pasado a retiro obligatorio en 2012, a partir de que su esposa gritara en un acto encabezado por Cristina Kirchner.

En su fallo de 28 páginas, al que accedió Clarín, la jueza federal subrogante del juzgado en lo Contencioso Administrativo 11, Cecilia Gilardi De Negre, acogió parcialmente la demanda del marino, ya que si bien le reconoce el daño y fija indemnización, rechaza su pedido de ser reincorporado al servicio activo y evaluado ante la Junta de Calificaciones de la Armada. Un expediente en este sentido, que ya tiene pedido favorable de la Armada con la firma del jefe naval, almirante José Luis Villán, está en trámite hace meses en el Ministerio de Defensa, según contaron a Clarín cerca de Toulemonde.

Toulemonde era hace 12 años jefe del Arsenal Naval Mar del Plata, un cargo considerado "técnico" en la Armada, que ejercía con responsabilidad y dedicación según múltiples testimonios. Su vida y la de su familia tendría un antes y un después del 20 de diciembre de 2007, cuando a diez días de asumir su primer mandato, Cristina Kirchner presidió la ceremonia de egreso conjunto de los cadetes de las tres fuerzas, en el Colegio Militar.

Cuando daba su mensaje "a las nuevas generaciones" referido a las tragedias del pasado a dejar atrás, en relación a los años de plomo de la dictadura, un grito retumbó en el solemne Patio de Honor: "¡Larrabure!" Clarín estaba allí ese día, y sigue el caso desde entonces. La custodia presidencial empezó a rastrear nerviosamente entre los asistentes. La autora sería identificada como Mónica Liberatori, esposa de Toulemonde. La mujer reconoció su actitud e hizo público su caso, unos meses después en una carta al diario La Nación.

El caso Toulemonde, que remite al caso Larrabure, es emblemático de los conflictos en los años de gobiernos Kirchner (2003-2015) con las Fuerzas Armadas a partir de la decisión de Néstor Kirchner de reabrir los juicios por la represión ilegal de la dictadura. Que reavivó el reclamo de la "familia militar" de tener en cuenta a las víctimas de la guerrilla. Larrabure es acaso su principal emblema.

 
El ministro de Defensa, Oscar Aguad, junto al presidente Macri en un acto del Ejército. Aguad debe definir el caso Toulemonde.



Larrabure era el mayor Argentino del Valle Larrabure, ingeniero químico, secuestrado el 11 de agosto de 1974 por el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) durante el copamiento de la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos de Villa María, de la que era subdirector. Estuvo 372 días cautivo en una "cárcel del pueblo" en Rosario.

El Ejército se negó a canjearlo por presos del ERP, y Larrabure se negó a colaborar con sus conocimientos técnicos con la guerrilla. Murió por asfixia, ahorcado según afirma hasta hoy su hijo Arturo Larrabure que sigue pujando en tribunales para que se considere su caso como delito de lesa humanidad (el ERP dijo que se suicidó). Su cuerpo fue hallado el 25 de agosto de 1975 en condiciones lamentables. Tenía 43 años. Historias trágicas de los 70: la familia de militantes que fueron los "carceleros" de Larrabure, fue identificada y cinco de sus miembros fueron salvajemente torturados, violados al menos en un caso y asesinados por los militares. Sobrevivió la que era una beba, Josefina Tosetto González, actual diputada de la Nación.

El fallo de la jueza Gilardi De Negre refleja el calvario personal que empezó a vivir el marino Toulemonde, y que arrancó con una sanción tras los hechos en el Colegio Militar por “no controlar debidamente a su señora esposa respecto de las normas de comportamiento a seguir". Había un en ejercicio una presidenta (hoy vicepresidenta electa) mujer, Cristina Kirchner; y una ministra de Defensa, mujer, Nilda Garré, paradójicamente la ministra de Defensa más reformista desde la restauración democrática. Ambas consintieron la idea de que la mujer debe ser controlada por el marido, y el escarmiento al varón, por la falta cometida por su esposa.

Toulemonde fue trasladado a Buenos Aires, alejado de su familia en Mar del Plata. Tuvo otras sanciones, leídas por sus camaradas como parte de un claro hostigamiento. No fue considerado para el ascenso en 2008. Enfrentó con el reglamento en la mano las arbitrariedades, la falta de resolución de su caso, que lo hizo permanecer 9 años en la jerarquía, cuando lo normal son 6, según recogió el fallo de Gilardi de Negre.

Tuvo graves consecuencias para su salud que derivaron en licencias médicas. Fue pasado a retiro obligatorio en 2012.

Aquel día fatal del acto en el Colegio Militar, un hijo del matrimonio Toulemonde-Liberatori egresaba como cadete naval; otro era escolta de la Bandera. Ninguno sigue hoy en la Armada.

El ministro de Defensa, Oscar Aguad, en una decisión simbólica y reivindicatoria, revocó hace exactamente un año una resolución de la ministra Garré, de 2010, y ordenó pagar los sueldos retroactivos a una treintena de oficiales de las tres fuerzas pasados a retiro por "por portación de apellido". Eran primeros o entre los más destacados de sus promociones, pero eran hijos o parientes de militares connotados durante la dictadura. Por eso el kirchnerismo, en una polémica decisión política, les clausuró sus carreras.

Toulemonde no entró en este beneficio, porque ya había acudido a la Justicia, según se explica en voz baja.

El actual jefe de la Armada, almirante Villán, es compañero de promoción de Toulemonde. Conoce el caso al dedillo. El 19 de abril pasado, Villán envió una nota a Aguad con la postura de la Armada: consideró "sobresalientes" los antecedentes de Toulemonde, y le pidió a Aguad "equidad" en el tratamiento frente a los llamados "portadores de apellido". Por eso, pidió el aval a la decisión de la Armada de computar haberes de servicios reconociendo a Toulemonde el tiempo pasado “en retiro” como “en actividad”; y continuar con el trámite de ascenso retroactivo al 31 de diciembre de 2008. La decisión final está a consideración del ministro que se despide el 10 de diciembre.

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