No tuvimos el honor de conocer personalmente al señor Coronel Ramón A. Recio, sin duda un hombre honesto y ejemplar, un militar profesional y de honor. Todo ellos testimoniado por sus hijos, compañeros, subalternos y superiores. Nunca habíamos recibidos tantos testimonios sobre un Militar Preso Político e indudablemente víctima de la venganza ejecutada de la mano de una justicia prevaricadora.
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CARTA
AL CORONEL RAMÓN ABEL RECIO
Un gran AMIGO, un enorme SOLDADO y un mejor
HOMBRE de bien.
Hasta el último minuto de su vida presentó
batalla.
Ejemplo para sus hijos, para toda su
familia, inclusive para la masa de los compatriotas que miran para otro lado.
Sobre todo cuando se denuncia desde hace
tantos años el constante prevaricato en el que incurren muchos jueces
funcionales a los "circos judiciales" viciados de nulidad absoluta,
aplicando una "justicia" teñida de venganza ideologizada.
La misma que le aplicaron al Coronel Ramón
Abel RECIO, negándole la posibilidad de acceder a la necesaria atención médica
preventiva que le evitara padecer lo que sufrió.
Buscan el exterminio de todos quienes
combatimos al terrorismo subversivo que asoló nuestra Patria durante 3 décadas,
desde 1959 hasta 1989 y sus dos “coletazos
de 1992 y 1994”.
Buscan con gran parte de la clase política,
tergiversar la historia argentina en forma constante, mientras desguazan el
País y desarticulan sus Instituciones Fundacionales.
Buscan la venganza, aplicando con crueldad
todo tipo de artimañas que solo tiñen de nulidad absoluta lo que van “actuando” desde hace años en los
distintos tribunales.
Pero hay ejemplos, como los del Coronel
Ramón Abel RECIO que nos continúan guiando para seguir luchando, a fin de que no
caigamos en ese abismo al cual nos conducen, inexorablemente, sin prisa pero
sin pausa.
Querido Negro, siento el enorme orgullo de
haber compartido con vos casi 37 años de Servicio, en distintos destinos más de
una vez, pero cobijados por la misma Institución que nos formó.
Hoy estás junto a Dios, Nuestro Señor, El
mejor testigo que conoce la hermosa familia que formaste, que también sabe de
tu hombría de bien y que conoce cuán grande es el amor que sentiste siempre por
tu Patria.
Sólo puedo decirte un “hasta luego”, en que nos volvamos a encontrar. Todos quienes
fuimos tus amigos y compañeros de Promoción, tomamos tu testimonio y nos
comprometemos a seguir en esta ardua lucha.
Le pido a Él que te cobije a Su lado y
puedas acompañarnos y seguir ayudándonos a transitar este camino.
Que el Señor conceda a tu familia una
pronta y cristiana resignación.
Querido Amigo: ¡VIVA LA PATRIA!
Un claro ejemplo de lo sagrado que es ser Militar. Soldado a carta cabal. Qué orgullo contar con líderes de su calibre y estatura moral. Los zurdos prevaricadores lo pagarán es cuestión sólo de tiempo, ya lo verán. La justicia tarda pero siempre llega!
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