Después de las
declaraciones de Aníbal Fernández sobre mi persona, mandé esta carta a
diferentes medios de comunicación:
Desde que las
circunstancias de la vida me insertaron en la opinión pública he sufrido muchas
persecuciones y acusaciones del entorno kirchnerista. Viví el apriete en carne
propia desde el nacimiento del régimen fachista que hoy le toca padecer al
pueblo argentino. Por suerte yo no era tan importante y no hubo vidas que
lamentar como en el caso Nisman.
El apriete no pasó de
producir la pérdida del trabajo de mi marido en varias oportunidades. Y las
acusaciones descalificadoras fueron muchas: defensora de genocidas, admiradora
de la dictadura, videlista y no sé cuántos otros epítetos que supieron instalar
para opacar mi persona y mi mensaje.
He soportado todo y
he callado en muchas ocasiones. Pero lo expresado recientemente por Aníbal
Fernández no puedo tolerarlo en silencio. Me duele más que todas las demás
acusaciones infundadas. Dijo el funcionario K que Cecilia Pando debe tener un
brote antisemita fenomenal.
Estimados lectores:
en mi vida no existe ni un asomo de antisemitismo.
Valoro a la persona
humana por lo que es, como criatura salida de las manos de Dios. Y como
creyente, creo fervientemente que el Hijo de Dios se encarnó en el seno de una
mujer semita, y que la propia sangre del nazareno se formó del pueblo elegido. La
historia de mi fe se nutre del judaísmo y me avergüenza hasta lo imposible que
alguien pueda siquiera sospechar que yo piensa o sienta de esa manera.
Este mensaje no va
dirigido a Aníbal Fernández. Como felpudo de la presidente dice lo que le hace
decir el relato del régimen. Me dirijo especialmente al pueblo argentino, entre
los que se encuentran los hebreos que han decidido vivir en nuestro suelo.
María Cecilia Pando
DNI: 18470203
FUENTE: https://www.facebook.com/francisco.scolaro.9?fref=nf
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