jueves, 19 de febrero de 2015

LA CONCENTRACIÓN Y MOVILIZACIÓN DEL 18F BAJO LA TORMENTA

Con mi señora esposa almorzamos más temprano que de costumbre y luego nos recostamos para hacer una ligera siesta, queríamos llegar a tiempo al punto de concentración para la “Marcha del Silencio” - #18F.

Prendimos la televisión sintonizada en un canal de noticias, ansiosos por informarnos de los preparativos de la marcha y conocer el pronóstico meteorológico para Buenos Aires. Nos quedamos adormecidos en un liviano sueño… alrededor de las 14:00 horas nos despertaron unos ruidos, levantamos la mirada y allí estaba ella con gesto adusto, enojada y a los gritos como si estuviera al borde de la histeria.


Su verborragia era incesante, no se entendía el mensaje… sí nos enteramos que la Central Nuclear Atucha II ahora se llama Néstor Kirchner… Señora presidente, nos dio lástima… lástima por su aislamiento, su mala educación, su falta de ubicación, su odio que la lleva a dividir –una vez más– al pueblo argentino, su soberbia propia de un matón y no de una primera magistrada, sus groserías, la corrupción que la rodea abrazándola a usted, a su familia, a sus amigos sospechosamente enriquecidos y a sus funcionarios de todos los niveles.  Nos incitó a apurarnos para no llegar tarde a esa cita de honor en la Plaza de los Dos Congresos.

Donde residimos no había señales de tormentas o lluvias, acertadamente llevamos 2 paraguas y no nos equivocamos.


En el viaje hacia Buenos Aires escuchando la radio nos enteramos que el #18F había empezado en Australia, que a pesar que faltaban 2 horas para la hora de iniciación del acto ya había muchas personas congregándose frente al Congreso Nacional… nos dio alegría, la marcha ya era imparable a pesar de las nubes amenazantes y de las amenazas del secretario Berni anunciando que podrían ocurrir actos de violencia. Berni se equivocó una vez más, los violentos se quedaron en sus casas.

Por el amplio cerco de seguridad instalado por la Policía Metropolitana, dejamos el auto en una cochera alejada del Congreso Nacional, nos reunimos con unos amigos y nos desplazamos caminando. A poco de iniciar la caminata empezaron a caer las primeras gotas de lluvia y un fuerte viento proveniente del norte. Abrimos los paraguas y apretamos los dientes… debíamos llegar a tiempo.


Ya sabíamos que había mucha gente, un techo de paraguas coloridos los protegía de la fuerte lluvia, nadie abandonaba su puesto, todos querían dar su presente.


En silencio había familias –inclusive con niños y bebés-, amigos, ancianos, jubilados, jóvenes, trabajadores, la clase media. Todos solidarios compartían sus paraguas con el que no lo tenía. Era una hermosa concentración popular en paz y voluntaria, cada uno llegó por sus propios medios, no había kioscos de choripanes ni de tetra.


Además del homenaje al Fiscal Especial Alberto Nisman, negado por el estado y ninguneado como persona, los asistentes vivían el objeto explícito del preámbulo de nuestras Constitución Nacional: constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia. El grito del silencio expresaba: “basta de impunidad”. “justicia para Nisman”, “basta de autoritarismo”. “queremos la verdad" Etc. etc.


Esa gente mojada no caminaba cabizbaja, lo hacía con la frente bien alta, emocionada y llena de dignidad. Estaba peticionando ante sus gobernantes… ejercía sus derechos. No fue una marcha partidaria, ni golpista, no había una sola mención a esas acusaciones vertidas por el oficialismo –ellos sabían lo que se les venía– un reclamo generalizado de la República. Deberán frenar su temeraria acción de gobierno, no pueden gobernar al país como una propiedad que les es propia… el verdadero propietario del país es el “Soberano”, ¡el pueblo!


La Marcha no fue totalmente silenciosa, un sindicalista pidió un minuto del silencio en honor al fiscal muerto y respeto a su familia, abundaron los gritos de ¡Nisman! y la correspondiente respuesta ¡Presente! Y como era de esperar se entonó a capela el Himno Nacional.

Que esta era una marcha distinta se pudo apreciar a lo largo de la Avenida de Mayo y alrededores, las confiterías, cafés y locales comerciales permanecieron  abiertos. No bajaron sus persianas en protección del accionar de grupos vandálicos, la sociedad perdió el miedo. Esa seguridad se las brindó la gente misma, no el estado.

La Policía Metropolitana estimó en 400.000 personas a los participantes de la “Marcha del Silencio”… en cambio la Policía Federal se pronunció por un número obediente de solo 50.000 personas.

La desconcentración fue ordenada y propia de una sociedad civilizada… regresamos reconfortados y llenos de esperanzas, faltan solo 294 días para el traspaso del poder. Seguramente la justicia, las instituciones y el nuevo gobierno requerirán una rendición de cuentas.


El #18F se realizó  no solo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tuvo adhesiones en las principales ciudades de varios países, en las capitales, principales ciudades y pueblos del interior. Con características similares a las descriptas… el gobierno no podrá ignorar esta expresión masiva y popular que marca su fin de ciclo.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva

por una Nueva Década en Paz y para Siempre

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