Con mi señora esposa
almorzamos más temprano que de costumbre y luego nos recostamos para hacer una
ligera siesta, queríamos llegar a tiempo al punto de concentración para la “Marcha
del Silencio” - #18F.
Prendimos la
televisión sintonizada en un canal de noticias, ansiosos por informarnos de los
preparativos de la marcha y conocer el pronóstico meteorológico para Buenos Aires.
Nos quedamos adormecidos en un liviano sueño… alrededor de las 14:00 horas nos
despertaron unos ruidos, levantamos la mirada y allí estaba ella con gesto
adusto, enojada y a los gritos como si estuviera al borde de la histeria.
Su verborragia era
incesante, no se entendía el mensaje… sí nos enteramos que la Central Nuclear Atucha
II ahora se llama Néstor Kirchner… Señora presidente, nos dio lástima… lástima
por su aislamiento, su mala educación, su falta de ubicación, su odio que la
lleva a dividir –una vez más– al pueblo argentino, su soberbia propia de un
matón y no de una primera magistrada, sus groserías, la corrupción que la rodea
abrazándola a usted, a su familia, a sus amigos sospechosamente enriquecidos y
a sus funcionarios de todos los niveles.
Nos incitó a apurarnos para no llegar tarde a esa cita de honor en la
Plaza de los Dos Congresos.
Donde residimos no
había señales de tormentas o lluvias, acertadamente llevamos 2 paraguas y no nos
equivocamos.
En el viaje hacia
Buenos Aires escuchando la radio nos enteramos que el #18F había empezado en
Australia, que a pesar que faltaban 2 horas para la hora de iniciación del acto
ya había muchas personas congregándose frente al Congreso Nacional… nos dio alegría,
la marcha ya era imparable a pesar de las nubes amenazantes y de las amenazas
del secretario Berni anunciando que podrían ocurrir actos de violencia. Berni
se equivocó una vez más, los violentos se quedaron en sus casas.
Por el amplio cerco
de seguridad instalado por la Policía Metropolitana, dejamos el auto en una
cochera alejada del Congreso Nacional, nos reunimos con unos amigos y nos
desplazamos caminando. A poco de iniciar la caminata empezaron a caer las
primeras gotas de lluvia y un fuerte viento proveniente del norte. Abrimos los
paraguas y apretamos los dientes… debíamos llegar a tiempo.
Ya sabíamos que había
mucha gente, un techo de paraguas coloridos los protegía de la fuerte lluvia,
nadie abandonaba su puesto, todos querían dar su presente.
En silencio había
familias –inclusive con niños y bebés-, amigos, ancianos, jubilados, jóvenes,
trabajadores, la clase media. Todos solidarios compartían sus paraguas con el
que no lo tenía. Era una hermosa concentración popular en paz y voluntaria,
cada uno llegó por sus propios medios, no había kioscos de choripanes ni de
tetra.
Además del homenaje
al Fiscal Especial Alberto Nisman, negado por el estado y ninguneado como
persona, los asistentes vivían el objeto explícito del preámbulo de nuestras
Constitución Nacional: constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar
la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y
asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad,
y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino:
invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia. El grito del
silencio expresaba: “basta de impunidad”.
“justicia para Nisman”, “basta de autoritarismo”. “queremos la
verdad" Etc. etc.
Esa gente mojada no
caminaba cabizbaja, lo hacía con la frente bien alta, emocionada y llena de
dignidad. Estaba peticionando ante sus gobernantes… ejercía sus derechos. No
fue una marcha partidaria, ni golpista, no había una sola mención a esas
acusaciones vertidas por el oficialismo –ellos sabían lo que se les venía– un
reclamo generalizado de la República. Deberán frenar su temeraria acción de
gobierno, no pueden gobernar al país como una propiedad que les es propia… el
verdadero propietario del país es el “Soberano”, ¡el pueblo!
La Marcha no fue
totalmente silenciosa, un sindicalista pidió un minuto del silencio en honor al
fiscal muerto y respeto a su familia, abundaron los gritos de ¡Nisman! y la
correspondiente respuesta ¡Presente! Y como era de esperar se entonó a capela
el Himno Nacional.
Que esta era una
marcha distinta se pudo apreciar a lo largo de la Avenida de Mayo y
alrededores, las confiterías, cafés y locales comerciales permanecieron abiertos. No bajaron sus persianas en
protección del accionar de grupos vandálicos, la sociedad perdió el miedo. Esa
seguridad se las brindó la gente misma, no el estado.
La Policía
Metropolitana estimó en 400.000 personas a los participantes de la “Marcha
del Silencio”… en cambio la Policía Federal se pronunció por un número
obediente de solo 50.000 personas.
La desconcentración fue
ordenada y propia de una sociedad civilizada… regresamos reconfortados y llenos
de esperanzas, faltan solo 294 días para el traspaso del poder. Seguramente la
justicia, las instituciones y el nuevo gobierno requerirán una rendición de
cuentas.
El #18F se
realizó no solo en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, tuvo adhesiones en las principales ciudades de varios países, en
las capitales, principales ciudades y pueblos del interior. Con características
similares a las descriptas… el gobierno
no podrá ignorar esta expresión masiva y popular que marca su fin de ciclo.
Sinceramente,
Pacificación
Nacional Definitiva
por
una Nueva Década en Paz y para Siempre
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