Carta del Cnl.
Guillermo Nani desde prisión
Sábado 29/7/2017
Estimados amigos:
Antes que nada quiero
agradecerles todas las expresiones de apoyo y solidaridad, tanto para mi
familia como para mí.
No quiero pecar de
ingrato ante tantos mensajes recibidos, pero luego de casi tres meses de
encontrarme ilegalmente encarcelado y más de 14 años de asistir a los más de
2600 presos políticos (420 de ellos asesinados en el marco de un verdadero plan
criminal de exterminio diseñado por la corporación político judicial
argentina), tan ilegalmente privados de su libertad como yo, y no ver ningún
tipo de reacción ante tales crímenes, me veo en la obligación de expresarles
que, si la sociedad de la que son parte, continúa haciéndose la distraída ante
las atrocidades que vienen cometiendo, tanto los políticos, como los
integrantes del aparato judicial (sean éstos “legítimos” o “ilegítimos”),
un futuro negro puedo augurarles para toda nuestra descendencia.
Si los argentinos
permanecen en su actitud de no asumir el rol de compromiso, por creer que con
ellos no es ni será la cosa, haciendo gala del “yo, …argentino” que tan tristemente nos caracteriza, en estos
tiempos turbulentos que vive en nuestra Patria, en los que se ha permitido que
un pequeño grupo de canallas hayan arrasado con todos los Valores que nos
dieron nuestra identidad, habiéndola predestinado para un destino de grandeza
muy diferente a la atroz realidad de este presente, en el que se ha destruido la
Familia, nos han alejado de Dios, día a día nos modifican la Historia, se
arrasa con cuanta institución existe, incluido el Estado de Derecho, no deberán
lamentarse de las consecuencias, que sin lugar a dudas, caerán sobre todos
nosotros y, muy especialmente, sobre nuestros hijos y nietos, que se merecen un
futuro mejor que este triste presente.
En el transcurso del
tiempo que llevo detenido, he recibido cientos de mensajes de todo tipo a
través de cartas, correos electrónicos y de cuanta red social existe (Facebook,
Whatsapp, Twiter, Instagram, etc.), en los que se me insta a “no bajar los brazos”, “no aflojar”, “no decaer”, porque “son
muchos los que están de nuestro lado” y que “no van a permitir que continúen las injusticias que estamos
padeciendo”.
Otros, más
exagerados, me califican de “héroe”,
escandalizándose porque se haya cometido semejante tropelía con alguien “que ha dado tanto por la Patria y por todos
los argentinos”.
A todos vaya mi
eterna gratitud por semejantes palabras de elogio y apoyo solidario. Pero,
corriendo el riesgo de parecer desagradecido, debo decirles que los presos
políticos estamos un poco cansados de palabras que no tengan su correlato en la
acción. Las palabras no nos van a sacar de la cárcel, como tampoco lo van a
hacer las visitas que semanalmente nos hacen los amigos, si cuando están en la
calle siguen inmersos en sus cosas, sean éstas problemas, trabajo o
esparcimiento.
Hace años que venimos
alertando sobre la corrupción político-judicial. Hace años que se habla de las “mafias judiciales”. Todo el mundo
conoce la catadura moral de la inmensa mayoría de quienes integran el fuero
federal penal. Todos los días los medios de comunicación publican sus
tropelías, encubrimientos, “descuidos”
y “sobreseimientos” de funcionarios corruptos,
sin que a la sociedad se le mueva un solo pelo, tal vez porque a sus
integrantes, todavía, nadie les haya ido a “golpear
la puerta de su casa”.
Todos los días leemos
o escuchamos a los comunicadores sociales “informarnos”
de un sinnúmero de las iniquidades cometidas por políticos, empresarios, jueces
y fiscales, y no vemos reacción alguna por parte de la sociedad, que permanece
expectante como si con ella no fuera la cosa.
Sin ir más lejos, en
la noche del 23 de Julio del corriente, Luis Majul, envalentonado porque sabe
que la destinataria de sus preguntas jamás se va a someter a las mismas,
manifestó que le gustaría tener enfrente a la ex presidente para interpelarla
respecto de varios interrogantes que fue desarrollando uno a uno, relacionados
con los hechos de corrupción que son conocidos hasta el hartazgo por todos los
argentinos que aguardamos con ansias que algún Juez, con los atributos bien
puestos, decida procesarla como jefa de una verdadera asociación ilícita
organizada para el saqueo de cuanta caja haya existido en el Estado, impidiendo
que esos recursos tuvieran el destino correspondiente en áreas, como por
ejemplo las de salud y la seguridad, cuya depredación, ha provocado la muerte
de miles y miles de argentinos, generando el mayor genocidio de toda nuestra
historia, algo que ningún periodista, ni político “opositor” (???) se atreve a mencionar en estos términos.
El error de Majul
radica en la destinataria del cuestionario. Esas preguntas deberían ser
dirigidas al gobierno de Cambiemos (o “Continuemos”)
y a los jueces del fuero federal penal que siguen sin encontrar motivo alguno
para impulsar las causas que todos los argentinos anhelamos contra aquéllos que
han vaciado la Argentina, sumiéndola en el estado de decadencia y pobreza al que
nos han traído. Eso sí, basándose en “presunciones”,
o con testimonios y testigos a todas luces falaces, siempre encuentran tiempo
para continuar enfrascados en seguir raspando el fondo del tarro para encontrar
nuevos candidatos para privar de su libertad a quienes no dudaron un instante
en poner en riesgo sus vidas y las de sus familias, para aseguramos la libertad
de la que, hasta el día de hoy, disfrutan todos los argentinos, porque
impedimos que el proyecto comunista de las organizaciones terroristas que
asolaron nuestra Patria en las décadas del ’60, ’70 y ’80 (incluido el año 1989
en que el Movimiento Todos por la Patria, con la complicidad del gobierno de
Raúl Alfonsin, nos diera el último zarpazo en su anhelo de toma del poder),
lograra su objetivo de “convertir la
Cordillera de los Andes en una gran Sierra Maestra” y a nuestro país en una
sanguinaria tiranía, liberándonos de los padecimientos de los pueblos cubano,
chino, europeos del este (bajo la bota soviética), vietnamita, camboyano,
colombiano o venezolano.
La Argentina debe ser
uno de los pocos países que encarcela a quienes le aseguraron la libertad y
premia a quienes quisieron conculcarla.- ¡¡¡Qué triste es ver cómo el pueblo
argentino ha olvidado a sus libertadores, permitiendo que quienes pretendieron
conculcarles el derecho a ser libres, hoy disfruten del beneplácito del
reconocimiento social!!!
Estos casi tres meses
de encierro me han permitido reflexionar con mucha tranquilidad, dado que lo
que me ha sobrado es el tiempo para hacerlo.
Como ya les dijera,
corriendo el riesgo de parecerles ingrato, los miles de mensajes que he
recibido, además de ser una caricia para el alma, porque me han permitido
mostrarles a mis nietos que no he sido un delincuente, ni un homicida, como el
juez me ha enrostrado, también me han demostrado lo solos que estamos los
presos políticos (lo que debe leerse como “los
libertadores”, dado que jamás debieron olvidarse que fue gracias al
sacrificio de los integrantes de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales
y Penitenciarias y civiles y los de sus familias, que hoy los argentinos viven
en libertad, sin haber sufrido los padecimientos de los pueblos que cayeron
bajo las garras del comunismo, en todas sus variantes.).
¿Y por qué digo que
estamos solos?
Estamos solos porque
todos los que se vieron beneficiados por nuestro compromiso con la Patria,
cumpliendo con nuestro juramento de “defenderla
hasta perder la vida”, hoy tienen el coraje de despreciarnos o, lo que es
mucho peor, matarnos con su indiferencia, cuando no, adulando a conocidos
terroristas que pueblan gobiernos, legislaturas, tribunales, credos, empresas o
medios de comunicación.
Para unos, somos “el demonio”, para otros, somos uno de “los dos demonios” (el otro son los
terroristas), mientras tanto, los otros “nueve
demonios” (que describiera en un artículo anterior al que titulé “Los otros demonios”), cual purificados
en una especie de Río Jordán, hacen como que con ellos no fue la cosa.
En otro artículo,
publicado días antes de ser secuestrado por el aparato político-judicial, al
que titulé “Desazón y bronca”,
expresé lo que transcribo a continuación porque me ayuda a lo que quiero
plasmar en este escrito:
El oportunismo de
muchos causa escalofríos.
A diario escuchamos o
leemos relatos que hacen referencia a la "teoría
de los dos demonios" y, ante ello no son pocos los que se rasgan las
vestiduras con expresiones rimbombantes y políticamente correctas, descargando
las responsabilidades de la tragedia argentina de los ’70, exclusivamente, en
aquéllos que quisieron imponer en nuestro país un régimen totalitario de signo
comunista, sea castro-guevarista, colombiano, venezolano, socialista,
vietnamita, chinoista, soviético, camboyano o como quieran denominarlo, o en
quienes, ante el clamor popular, tuvimos la responsabilidad de impedirlo.
Los otros demonios
(políticos, jueces, sindicalistas, docentes, periodistas y medios de
comunicación, intelectuales, empresarios, religiosos de todos los credos y el
resto de una sociedad anestesiada, adormecida e indiferente) que apoyaron,
tanto a terroristas, como a quienes los combatimos -sea por convicción,
oportunismo o cobardía- hoy, sin ningún tipo de pudor, reivindican a quienes
atacaron a la Nación y condenan a los que, con sus aciertos y errores, nos
dieron la libertad que hoy gozamos, evitándonos, entre otras cosas, los
padecimientos de los pueblos citados en el párrafo anterior.
Triste país aquel que
aplaude a quienes lo atacaron y encarcela a sus libertadores. Más triste aún es
cuando los derrotados de ayer y sus apologistas, masivamente ocupan espacios en
los medios de comunicación desde los cuales se encargan de tergiversar u
ocultar escandalosamente la verdad, cacareando su supuesta lucha por
encontrarla.
Estos meses de
encierro y aislamiento me han servido para sacar algunas conclusiones. La más
importante de todas es la de la imposibilidad absoluta de poder ejercer mi
legítimo derecho a mi defensa jurídica habida cuenta de la inexistencia de las
mínimas garantías constitucionales y procesales, tal como le expresara al
Nuncio Apostólico, Mons. Emil Paul Scherring (que por otro lado jamás se tomó
el trabajo de emitir, aunque más no fuera, una tibia respuesta) al solicitar mi
asilo diplomático en la Nunciatura por su doble función o misión de ser la sede
del Estado Vaticano y de la Iglesia Católica Romana.
En mi nota al Nuncio
expresé que la experiencia que he recogido a lo largo de casi 14 años, es que
si algo ha caracterizado a la Justicia, es su poco apego al Derecho y sí
demasiado a la prevaricación, violentando cuanta norma legal existe, incluido
el Artículo 18 de nuestra Constitución Nacional (adjunto el listado de las
normas violentadas), para consumar una larga sed de venganza contra quienes
hemos tenido la responsabilidad de participar en la guerra contrarrevolucionaria.
Luego de leer y
releer, una y otra vez, las dos causas que me abrió el Juez Federal Penal Nro.
1 y 3 de Mar del Plata, Santiago Inchausti, aprovechando la circunstancia de
estar a cargo de dos Juzgados Federales Penales, sugestivamente, y luego de más
de 14 años del reinicio de la persecución penal contra los miembros de las
Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales, Penitenciarias y civiles, por su
participación en la guerra contraterrorista, basándose en presunciones, por el
mero hecho de haber estado destinado en el Grupo de Artillería de Defensa Aérea
601 con asiento en Mar del Plata; de haberme desempeñado en determinados cargos
y por haber obtenido altas calificaciones en el cumplimiento de mis
responsabilidades, haciendo uso y abuso del condicional y de términos
inexistentes en nuestro vocabulario, como por ejemplo “presuncionalmente”, resolvió dictarme dos prisiones preventivas
(una en cada uno de los juzgados bajo su cargo), trabándome embargos por un
total de $ 5.000.000 (cinco millones de pesos).
Ante este tétrico
panorama, voy a transcribir los argumentos que esgrimí para solicitar mi asilo
diplomático, por cuanto me evitan dar mayores fundamentos a mi imposibilidad de
ejercer mi defensa jurídica:
Lo que relataré a
continuación, son algunos de los aspectos por los cuales tengo la total
convicción de la ausencia absoluta de garantías procesales y constitucionales
en la Argentina, en causas judiciales, como las que ahora se me pretende
enrostrar:
1. En estos días se ha llevado a cabo una
reunión encabezada por las organizaciones ultrakirchneristas Carta Abierta y
Justicia Legítima. Dicha reunión estuvo dirigida por el terrorista montonero
Horacio González, ex Director de la Biblioteca Nacional durante el gobierno
anterior. Este embrión de un nuevo espacio político-cultural alineado al
kirchnerismo, tiene como objetivo inmediato acompañar el creciente estado de
movilización y convulsión social existentes en el país, para lanzar una "batalla cultural" contra el
gobierno, fomentando su desestabilización y caída. Es decir que, como en los
’70, los sectores vinculados a las otrora organizaciones terroristas, han
cambiado la metodología, pero no sus ambiciones de toma del poder, por fuera de
las normas republicanas establecidas en nuestro país. “Justicia Legítima” es una organización de jueces y fiscales de
reconocida militancia política que entienden en causas denominadas de “lesa humanidad”, que son los que
pretenden juzgarme. ¿Ud. cree posible un juicio justo con personas de tales
características?
2.
Por disposición del gobierno nacional
se ha emitido una estampilla para rendir homenaje al cumplirse 50 años de la
muerte de uno de los mayores carniceros latinoamericanos, Ernesto Guevara de la
Serna (a) El Ché y, nada menos que en la Biblioteca Nacional, se ha rendido
homenaje al terrorista montonero Rodolfo Walsh, quien, junto con Horacio
Verbitsky y Miguel Bonasso, entre otros crímenes, fueron los responsables de la
colocación de una bomba en la Superintendencia de Seguridad Federal, que dejó
un saldo de 22 muertos y 60 mutilados. Un gobierno que así actúa, mientras que
pretende ignorar las aberraciones judiciales cometidas contra mis camaradas,
¿qué garantía de juicio justo me puede asegurar?
3.
En los denominados “juicios de lesa humanidad”,
son querellantes los estados nacional
y provinciales, querellas que, con total cinismo, ignoran sistemáticamente las
violaciones constitucionales y jurídicas que aquí cito, mientras que –en
representación de sus mandantes- apoyan el avasallamiento de los derechos
humanos de ancianos septua, octo y hasta nonagenarios detenidos, a los que, sin
ningún pudor, llevan a la muerte como ha sucedido con la mayoría de los 400
presos políticos ya fallecidos.
4.
Ricardo Lorenztti, además de estar
sospechado de graves hechos de corrupción, tal como lo vienen denunciando la
diputada nacional Elisa Carrió y la periodista Natalia Aguiar, en su libro “El señor de la Corte” (en cuyos
capítulos 2 y último, además lo acusa de haber pertenecido a la organización
terrorista Montoneros), presentó su libro “Derechos
humanos: justicia y reparación” junto al conocido terrorista del Ejército
Revolucionario del Pueblo¸ Eduardo Anguita, responsable, entre otros crímenes,
del ataque al Comando de Sanidad, en el que fue asesinado el 2do. Jefe del
Regimiento de Infantería 1 “Patricios”,
Teniente Coronel D. Raúl Juan Duarte Ardoy. En este libro fija una clara
posición respecto de su pensamiento condenatorio respecto de los llamados
juicios de lesa humanidad. Con estos antecedentes, ¿se puede pretender de él
algún dejo de imparcialidad y objetividad, siendo nada menos que el Presidente
de la Corte Suprema de Justicia?
5. Muchos de los que agredieron a la
Nación y la sociedad argentinas en los años ’60, ’70 y ’80, como integrantes de
las organizaciones terroristas que asolaron nuestra Patria o bien sus
apologistas, ocuparon y ocupan privilegiados cargos en los poderes del Estado,
incluso en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en los tribunales
federales penales y en los medios de comunicación, cargos que utilizan como
verdaderos puestos de combate para consumar una venganza anhelada. No me
detengo a nombrarlos para no hacer aún más larga esta nota y porque, supongo,
V.E. no ignorará de quienes se trata. Nuevamente me pregunto, ¿puedo pretender
alguna garantía de imparcialidad dichos tribunales federales?.
6. Ni en el seno de la Santa Iglesia
Católica hemos encontrado cobijo, contención y seguridad en la búsqueda de la
reconciliación y la concordia que tanto estamos necesitando. Así como en el
pasado existió el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, que tantos
jóvenes envió a matar y morir, en el presente fue reemplazado por el Grupo de
Curas en Opción por los Pobres, liderados por Eduardo de la Serna, cuyas “homilías” (???) y Cartas, lejos de
cumplir con el mensaje de amor y paz de Nuestro Señor Jesucristo, constituyen
verdaderas proclamas cargadas de odio y violencia, llegándose al extremo que en
el Año de la Misericordia, la única ausente para nosotros fue, precisamente, la
misericordia.
Su Eminencia: como católicos buscamos
de nuestra Madre lo que hasta ahora se nos ha venido negando.
7. Países que se destacan por su apego al
estado de Derecho, como Italia, España y Estados Unidos, han negado la
extradición de militares a los que se los ha acusado de la comisión de “delitos de lesa humanidad”, por
considerar que los mismos constituyen figuras inexistentes, toda vez que la
norma que los establece, el Estatuto de Roma, no estaba vigente en el momento
de la comisión de los hechos que se les imputan, por lo que se les estaría
aplicando la norma en forma retroactiva. Vea los casos del Coronel Jorge Pedro
Wagner[1];
del Teniente Coronel Carlos Luis Malatto[2] y
del Teniente de Navío Guillermo Roberto Bravo[3], y
compare la diferencia de proceder entre una Justicia que se ajusta al respeto
por el Derecho y otra que se encuentra muy lejana de hacerlo.
Ninguno de estos
interrogantes mereció la menor preocupación por pare del representante del
Estado Vaticano y del Papa en nuestro país. Y pensar que se arrogan ser los
continuadores de los Apóstoles. Quisiera saber en qué se semejan estos obispos
a Pedro y Pablo, Santiago y Juan, Lucas, Judas, Tadeo, Andrés, Felipe y
Bartolomé, Mateo y Tomás, Jacobo y Simón, el Zelota. Ni siquiera se aproximan a
Judas, el traidor, que al menos sintió arrepentimiento por su traición,
poniendo fin a su vida miserable.
Podría seguir
mencionando decenas de ejemplos que demuestran, como expresara anteriormente,
la falta de garantías constitucionales en Argentina para quienes se encuentran
encarcelados (o en vías de serlo) bajo el falso título de “lesa humanidad”, pero, los mencionados, son sobrados fundamentos,
que me permiten demostrar la absoluta imposibilidad de poder ejercer mi derecho
a la defensa jurídica, no porque reniegue de él, sino porque es absurdo pensar
que el mismo pueda ser llevado a cabo en un país en el que el prevaricato se ha
instituido como metodología para negar Justicia, sea para proteger a corruptos
y delincuentes, sea para impulsar las causas denominadas de lesa humanidad, con
una sociedad que, con su silencio cómplice, avala que toda esta tragedia, que
sin lugar a dudas dejará arrasada a nuestra querida Patria.
Emilio
Guillermo Nani
Teniente Coronel (R)
Veterano de Guerra
Preso Político
[1]
La Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha rechazado
la extradición del militar Jorge Pedro Rodolfo Wagner a Argentina, país que le
reclama para juzgarle por presuntos delitos de detención ilegal cometida por
funcionario, asesinatos, robo y torturas y otros delitos contra la integridad
moral, debido a que estos han prescrito.
[2] La
Corte Suprema Di Cassazione (Italia) rechazó el pedido de extradición del
militar Carlos Luis Malatto.
[3]
Un juez de Estados Unidos rechazó la solicitud de extradición del militar
argentino Roberto Guillermo Bravo, el
magistrado Robert Dubé dictaminó que las declaraciones de tres personas
presentadas por el Gobierno "no son
creíbles", que las pruebas de la defensa de Bravo tienen una probable
causa y que la extradición está excluida legalmente porque las acusaciones
constituyen "delitos políticos".
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