El caso había sido archivado por
el juez federal Ariel Lijo en agosto
de 2012. Ahora, la Cámara Federal
porteña ordenó la reapertura. El
crimen ocurrió el 25 de septiembre de 1973. Se citará a ex integrantes de
Montoneros
Luego de que el juez federal Ariel Lijo archivara la
causa tras considerar que no era un delito de lesa humanidad, la Cámara Federal porteña aseguró que esa
decisión fue "prematura" y
ordenó que se reabriera.
Para el 6 de mayo el juez Lijo citó a declarar como testigo
a Carlos Flaskamp, ex oficial de la guerrilla Montoneros
que, según acusan la diputada Claudia
Rucci y su hermano Aníbal, habría perpetrado el homicidio.
Otro citado a prestar testimonio
es Ricardo Grassi, periodista que vive en Roma, Italia, ex director del semanario El Descamisado,
órgano oficial de Montoneros de 1973 a 1975, cuya declaración será por
teleconferencia en fecha aún a determinar.
Claudia y Aníbal Rucci, patrocinados por el abogado Miguel Ángel Plo,
pidieron que declaren también, en principio como testigos, los ex jefes montoneros Mario Firmenich
–residente en España–, Roberto Perdía
y Fernando Vaca Narvaja, este último
actual ministro de Obras Públicas en Río Negro.
También reclamaron la testimonial
de Ernesto Jauretche, secretario bonaerense de Municipios al momento del
crimen, en los años 90 funcionario del gobierno de Carlos Menem, y disertante
en eventos organizados por la Secretaría de Cultura de la Nación.
Para los Rucci, la declaración de Jauretche
es clave pues, según sostienen, él alquilaba un departamento en el barrio
porteño de Flores y lo cedió como cuartel general para el operativo, pues
quedaba a ocho cuadras de la casa en que emboscaron al jefe de la CGT.
En agosto de 2012 el juez Lijo consideró que el crimen había
sido perpetrado por Montoneros,
aunque argumentó que no podía ser considerado "delito de lesa humanidad" y, en consecuencia, estaba
prescripto por el paso del tiempo, pero la Cámara
revirtió ese criterio.
Los Rucci, en cambio, sostienen que es delito de lesa humanidad porque
hubo participación del Estado ya que el grupo comando y las armas se
transportaron en coches oficiales de la gobernación bonaerense que
supuestamente facilitó Jauretche.
La Cámara Federal revocó por "prematuro"
el archivo de la causa y le advirtió al juez
que "deviene imprescindible la
profundización de la pesquisa", para saber si la emboscada pudo haber
sido financiada o apoyada desde el gobierno
del peronista Oscar Bidegain en la provincia de Buenos Aires.
A Rucci, del ala de centro-derecha del entonces peronismo gobernante,
lo acribillaron a la salida de la casa en que paraba en la avenida Avellaneda
2935, del barrio de Flores, el 25 de setiembre de 1973, apenas 48 horas después
de que Juan Perón fuera elegido por
tercera vez presidente de la República.
Perón asistió al velatorio del sindicalista y confió a la viuda: "Me mataron a un hijo". Y al
irse dijo a los periodistas: "Estos
balazos fueron para mí; me cortaron las patas".
El libro Operación Traviata, nombre con que Montoneros bautizó el ataque, identifica al francotirador como Juan Julio Roqué –montonero muerto en
1976 en combate con marinos de la ESMA– y a otros dos integrantes, Marcelo Kurlat, "Monra", y Héctor Arrue, "Pablo Cristiano",
también fallecidos.
En una entrevista televisiva con
el historiador Felipe Pigna, Firmenich rehusó adjudicarse el crimen:
"Me voy a guardar de dar la opinión
porque es más complicada la muerte de Rucci
y tengo mis dudas sobre algunos implicados, algunos partícipes; como no tengo
certezas tampoco, no he de dar opiniones gratuitas, de modo que sobre esto no
puedo decir".
Sin embargo, el periodista Grassi aseguró en una nota
escrita en el diario Clarín que la noche del 25 de septiembre de 1973 el
entonces jefe máximo de Montoneros fue a
la redacción de El Descamisado y confesó: "Fuimos nosotros".
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