Queridos amigos:
La locución coloquial “se pasa de castaño oscuro” se emplea
para hacer referencia a una situación o individuo que está a punto de
excederse o sobrepasar los límites de lo
tolerable. En este momento, esa
expresión describe el sentimiento que nos embarga ante los avances que el
gobierno de Cristina Fernández realiza sobre distintas cuestiones
institucionales y el estado de gravedad en que se encuentran variadas áreas que
definen el funcionamiento normal de nuestra sociedad.
Comenzamos con la cuestión de la corrupción. Desde que el
periodista Jorge Lanata logró sacar el tema de los cajones de una parte de la
justicia, genuflexa y rendida a las
presiones del poder, para instalarlo en la agenda pública, las acusaciones se
han sucedido semana a semana de la mano de personas que se van animando a
romper las barreras del silencio y de las pruebas que logran ser sacadas del
ocultamiento del Estado. Miriam Quiroga, la ex secretaria de Néstor Kirchner,
pasó del plano televisivo a declarar ante la justicia y el arquitecto que
construyó la casa del ex presidente ratificó la existencia de un recinto para
valores que trajo a la realidad las historias de bóvedas y cajas fuertes. La protección que recibieron
las empresas de Lázaro Báez de parte de
la Unidad de Información Financiera también fue noticia y el escándalo de
corrupción comenzó a exceder el ámbito empresarial para apuntar a la mismísima
pareja presidencial. El gobierno no puede detener este aluvión y solo atina a
esperar que se empantane en los meandros de los estrados judiciales, de los
que, paradójicamente, critica la lentitud
cuando se encaran causas que son de su interés.
Incapaz de ocultar los hechos, la reacción oficial ha sido
tratar de acallar al mensajero. Como Lanata trabaja en medios que pertenecen al
Grupo Clarín el objetivo de eliminar a este multimedios se ha tornado obsesivo.
Los diputados más fieles al gobierno presentaron un proyecto de ley para
expropiar acciones de la empresa Papel Prensa en la que los grupos Clarín y La
Nación tienen mayoría accionaria. Por su
parte, trascendió a los medios que,
Daniel Reposo, en su carácter de titular de la Sindicatura General de la
Nación, había pedido al titular de la Comisión Nacional de Valores que
interviniera dicha empresa y que existía la intención de intervenir también al
Grupo Clarín.
Claramente, esta situación pasó de castaño oscuro a punto tal
que Mauricio Macri, gobernante de proverbial prudencia, conmovió al ambiente
político con un decreto para frenar la ofensiva contra los medios habilitando a
la justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a intervenir en caso de
ataques a la libertad de expresión. Más allá de las objeciones jurídicas que
puede tener un decreto como el promulgado, el hecho político fue contundente.
Recibió el apoyo de la mayoría de los líderes opositores y el Gobernador de
Córdoba se animó incluso a firmar un decreto similar. Esta imprevista ola de
osadía desconcertó al gobierno, que se apresuró a desmentir sus evidentes
intenciones de avanzar de hecho contra el grupo Clarín y a postergar su acción
silenciadora. De este modo, quedó claro que solo la firmeza y el riesgo de
ruptura son capaces de detener la voluntad oficialista de “ir por todo” que se
ha puesto de manifiesto una vez más, con los ataques a los medios independientes.
Pero los frentes de ataque son numerosos y la sociedad se
agota tratando de detener la acción de su propio gobierno contra las
instituciones de la república. Las controvertidas leyes de reforma de la
justicia fueron aprobadas en su
totalidad casi exclusivamente con los votos del oficialismo y son muchos los
sectores vinculados al ámbito judicial
que esperan su promulgación, para detener sus efectos con recursos de amparo.
Entretanto, el oficialismo continuó con el tratamiento del blanqueo de capitales
en dólares logrando imponer su mayoría colonizada para aprobar el proyecto
en tres comisiones del Senado. Como esta ley que abre las puertas a
cualquier fondo mal habido y desalienta a los buenos contribuyentes es
imparable, al menos contamos con la promesa de la oposición de anularla y denunciar a
los blanqueadores tan pronto consigan la mayoría parlamentaria. Es una
muestra más de que se va pasando el tiempo de las palabras y promesas
vagas y llega el momento de poner sobre
la mesa proyectos concretos, para cuando las urnas nos devuelvan la capacidad de poner freno a quienes
pretenden avasallar la república.
el economista sueco Fredrik Erixon, director del Centro Europeo de Política Económica Internacional |
Las cosas también pasan de castaño oscuro en el ámbito
económico. El director del Centro Europeo de Política Económica Internacional definió
su visión acerca de nuestro país en una conferencia convocada en la Comisión Europea con el
siguiente párrafo: “En la Argentina el gobierno ha decidido aplicar doctrinas
económicas reñidas con las ideas de los últimos 150 años y cerrar la frontera a
la inversión”. Las consecuencias de esa situación son fácilmente perceptibles.
Con los primeros fríos se ha reanudado el corte de gas a las empresas
industriales por la insuficiencia del fluido. Una nación como la nuestra, que exportaba
gas y petróleo hace unos pocos años, ha pasado a gastar miles de
millones de dólares en importar energía. El transporte ferroviario está en
crisis y las soluciones que ofrece el
Ministro Randazzo pasan por ralear cada vez más los precarios servicios. La
falta de mantenimiento generó tragedias como la del Once y la falta de
infraestructura nos castiga con muertos en cada inundación. Expropiar YPF sin
pagar valor alguno por la empresa constituyó una vulgar confiscación y eso nos
ha dejado sin aportantes de capital para desarrollar la potencialidad del área.
¿Cuánto ejemplos más hacen falta para aceptar que la iconoclastia económica nos
está hundiendo en el fango, ya que estamos conducidos por incapaces allí adonde
más falta hacen las mentes brillantes? ¿Cómo podemos pensar que la forma de
competir en el ámbito aéreo es negarle a la empresa chilena LAN la posibilidad
de usar los servicios que brinda la empresa estatal Intercargo a pesar de que
cuente con fallos favorables en la justicia? ¿Cómo podemos conformar un mercado
de integración regional negando a los vecinos la posibilidad de exportar sus
productos a nuestro país burlando los pactos y compromisos establecidos? Para
decirlo en palabras sencillas, lo que la Argentina hace en materia económica no
es heterodoxia. Es actuar con arbitrariedad y necedad, y la necedad conduce al
desastre.
El viernes 17 de Mayo fue el día de la Armada con muy poca
atención oficial y sin buenas noticias. Recibimos la amarga novedad de que no se pudo completar el reaprovisionamiento
de las bases antárticas y de que el
transporte urgente de repuestos se hizo con un
avión Hércules, gentilmente
facilitado por nuestros maltratados hermanos uruguayos, por carencia de
aeronaves propias disponibles.
Ese mismo día se conoció la noticia del fallecimiento de
Jorge Rafael Videla, presidente de la primera Junta Militar que gobernó al país
en nombre del Proceso de Reorganización Nacional. Videla brindó un último
servicio al gobierno, seguramente no deseado, al permitirle distraer a la
opinión pública con una catarata de declaraciones, comentarios y vituperios que
se prolongaron durante todo el fin de semana
y que llegaron al extremo de escuchar decir al periodista deportivo
Marcelo Araujo en medio de un partido de
fútbol: “ha muerto un genocida, espero que nunca descanse en paz”. Esa fue una
triste síntesis del tenor de lo escuchado.
Videla fue juzgado y condenado durante el gobierno de Ricardo
Alfonsín, junto al resto de los integrantes de las juntas, por los métodos utilizados para combatir a la
guerrilla subversiva y marxista y aceptó dignamente su responsabilidad y su
condena. Posteriormente fue indultado, junto a los principales líderes
guerrilleros, durante la presidencia de Carlos Saúl Menem. Cuando Néstor
Kirchner accedió a la presidencia en el año 2003 reabrió los juicios de
los miembros de las juntas y de todos los militares que habían sido
indultados y eximidos de juzgamiento por las leyes de Punto Final y Obediencia
Debida. Para ello fue necesario vulnerar principios universales del derecho,
anular leyes y cometer aberraciones
tales como aplicar legislación en forma retroactiva. Contó para eso con el
apoyo de legisladores de casi todos los partidos con representación
parlamentaria, con el aval de la justicia y la poderosa voz de los medios que
contribuyeron a adoctrinar a la sociedad.
No es sorprendente que todos esos sectores (medios, justicia
y legisladores) estén hoy presionados por los abusos de este mismo gobierno, ya
que una vez que se acepta la burla al derecho esta nunca queda circunscripta a
un determinado grupo o sector. Videla volvió a la cárcel pero, lamentablemente,
su juzgamiento actual careció de la legitimidad de origen necesaria para
diferenciar justicia de revancha.
Es paradójico que quien fue juzgado y condenado por un Estado
supuestamente celoso de los derechos
humanos muriera a los 87 años en una celda sin la atención médica adecuada a su
edad y condición física, o sea sin que se respetaran sus derechos humanos
básicos, situación ésta que ya se ha
repetido en más de dos centenares de casos
y que amenaza a otros cientos de militares detenidos en similares
condiciones.
La muerte de Videla debería servir para cerrar un ciclo,
revisar objetivamente la legalidad de los juicios en curso y promulgar una
amnistía que cierre una dura etapa de la historia argentina. De lo contrario,
tarde o temprano la justicia caerá sobre los líderes guerrilleros que han
eludido su castigo, incluyendo a muchos que hoy ocupan posiciones de gobierno y
continuaremos con la ronda interminable
de la venganza. Para las falsas Organizaciones de Derechos Humanos que
en realidad trabajan como Organizaciones Reivindicadoras de las Bandas
Terroristas, es el momento de ampliar los juicios para caer sobre empresarios,
miembros del poder judicial y cualquier adulto que fuera mayor de edad entre
1976 y 1983, que no se sume a su prédica envenenadora y al cual se le pueda
sacar algo. Pero ya llevamos demasiado tiempo cargando esta rémora y
definitivamente ha pasado de castaño oscuro para tornarse en un proceso definitivamente
negro. Que la muerte de Videla sirva al menos para iniciar una nueva
etapa.
Para cerrar este informe quiero mencionar unos pocos temas
políticos. Quedan apenas poco más de tres semanas para que finalice el plazo
para presentar las alianzas electorales para las primarias de Agosto. Algunos
dirigentes como Daniel Scioli y Sergio Massa están dejando pasar la última
oportunidad electoral para diferenciarse del gobierno que desde el Frente para
la Victoria está demoliendo las bases de la Argentina. Allá ellos, porque
pierden la posibilidad de ser una alternativa creíble. Desde el llano, quienes
creemos en un modelo distinto al actual, seguimos avanzando en una Unión de
Partidos de Centro que ya suma seis fuerza políticas y que trabaja con una comunidad de principios
básicos en un proyecto en que la libertad, la creatividad, el orden y la
responsabilidad reemplacen al festival de corrupción y avance del Estado a que
tratan de someternos. Esperemos que la sociedad reaccione y analice estas y otras propuestas dignas, antes de que el color de
nuestra Argentina pase del castaño oscuro al deprimente negro del fracaso o al
temido rojo de la izquierda internacional.
Un abrazo para todos.
Juan Carlos Neves, presidente de Nueva Unión Ciudadana
www.nuevaunionciudadana.org
Twitter
@NevesJuanCarlos
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