miércoles, 22 de mayo de 2013

MUERTO EL GENERAL JORGE RAFAEL VIDELA, COMIENZA EL JUICIO DE LA HISTORIA

por Mario Cadenas Madariaga

Hay una clara diferencia entre el juicio de los jueces y el juicio de la historia.

El general Videla ha sido condenado por la actual justicia argentina por haber cometido crímenes de lesa humanidad. Ninguno de estos juicios ha llegado a la instancia internacional que corresponde de acuerdo con el derecho argentino. Por tanto las sentencias no son definitivas.


En la competencia de tales tribunales no se encuentra la facultad de examinar las causas o motivos políticos o institucionales que han justificado, en la conciencia de sus autores, la comisión de tales hechos. Más aún es de presumir que todos los jueces que lo han condenado participan de los valores políticos de dicho jefe del Ejército argentino, que eran la defensa de la democracia y la república, contra una amenaza manifiesta y confesa de su sustitución por un régimen marxista.

Por esta circunstancia hay una evidente contradicción entre el encarcelamiento de los que hicieron posible el restablecimiento de la democracia y la república en el año 1983, con la derrota de las fuerzas militares que proponían derogarla, y el culto generalizado de este regreso a las instituciones tradicionales de nuestra organización constitucional.

El juicio de la historia tiene una latitud mucho mayor que la justicia de los jueces. Indagará sin limitaciones legales sobre los verdaderos motivos y los procedimientos utilizados de todos los autores del Proceso Militar y civil de 1976 a 1983, para dar el juicio definitivo de la sociedad. Pero también indagará en la conducta de la subversión y de las autoridades constitucionales y juzgará de acuerdo con los mismos principios.

La eterna diferenciación de los medios y los fines.

En la ética y la política de todos los tiempos se ha admitido o no la utilización de ciertos medios, en función de los fines perseguidos.


Se glorifica la Revolución Francesa no obstante las decenas de miles de ejecuciones injustificadas que dispuso. Se admiten los bombardeos atómicos de las poblaciones civiles de Hiroshima y Nagasaky para adelantar el fin de la de la Segunda Guerra Mundial en el Asia y evitar el eventual mayor número de víctimas que significaría. No afecta la gloria de Simón Bolívar la guerra a muerte que dispuso contra los españoles, en un momento de la guerra de la Independencia. Se callan o se ocultan las ejecuciones sin juicio cometidos por los maquis franceses y los partisanos italianos al fin del Segunda Guerra Mundial, después de la victoria. Actualmente en la guerra contra el terrorismo se llevan a cabo ejecuciones y torturas, no admitidas por las leyes internas de los países que los llevan a cabo.

Existe una larga doctrina católica a favor de las guerras justas, que comienzan con Santo Tomas de Aquino y San Agustín, lecturas permanentes del general Videla.


En la historia de todos los países el juicio histórico ha terminado justificando las guerras internas y externas que han contribuido a la formación de la Nación y de sus instituciones fundamentales.

Es particularmente importante valorar el grado de independencia de criterio que tiene una persona para decidir su propia conducta, como es el caso de los militares, para juzgar finalmente su responsabilidad,

La justicia actual tampoco podrá evitar el juicio de la historia.



La justicia que condenó a las autoridades del Proceso por crímenes de lesa humanidad va a ser a su vez juzgada por la historia, por varias razones fundamentales:

1) Por qué, en esa guerra entre la subversión y la represión, se limitaron a juzgar solamente a una de las partes, cuando es de toda evidencia, que los métodos aplicados fueron similares, en el sentido que se realizaron ejecuciones sin juicio, se practicó la tortura y el secuestro, por ambas partes.

2) Por qué razón se eludió la aplicación de principios establecidos en la legislación penal del país, en el caso de los inculpados por delitos de lesa humanidad. Por ejemplo cuando no siendo peligrosos, por carecer de razones para repetir sus conductas, y por su edad y estados de salud totalmente quebrantados, no se le permitieron el cumplimiento de las penas en sus domicilios; o mantenerlo detenidos sin condena ni procesamientos decretados, mas allá del límite que permite la ley.

3) Porque la justicia eludió la investigación de los casos de violación de lesa humanidad realizados por la subversión, o antes del 24 de marzo, o no inculpó a las autoridades civiles que ordenaron, por decreto del Poder Ejecutivo Nacional, el aniquilamiento de las fuerzas de la subversión. Porque la amnistía fue justificada para unos casos y para otros no.

Es imposible negar la lógica en forma perdurable.

Es imposible negar la lógica, sin destruir las posibilidades del propio desenvolvimiento, porque la lógica esta en la naturaleza de las cosas y rige el orden natural. La lógica no fue creada sino descubierta por el hombre.


Al decretar el juzgamiento de la Junta Militares en 1983, acogerse al sistema de la Constitución Nacional vigente, y eximir de todo procesamiento a los lucharon por instituir un sistema de dictadura del proletariado, había una contradicción flagrante.

Tal contradicción desaparece si aquel plan fue sólo un primer paso de un proyecto más amplio y de largo plazo, de reformar el sistema constitucional vigente, que comenzaba con la destrucción de las fuerzas armadas y de seguridad, seguía con un progresivo fortalecimiento del Poder Ejecutivo Nacional, continuaba con el sometimiento de la justicia, de los medios de prensa y de los derechos individuales y finaliza con la institución de un sistema de partido único. Esta secuencia está extraída de la experiencia de las tres últimas décadas, faltando solo la implementación de la última parte, que se asoma con las formaciones fanatizadas, resueltas a imponer sus criterios por la fuerza, siguiendo un sistema de mando centralizado.

Contra este plan todo parece indicar que hay una reacción generalizada y mayoritaria y esto se afianzará en poco tiempo más porque nos hallamos en un momento bisagra que originará un nuevo período histórico.

Los que quieran conocer mi pensamiento en forma más amplia me remito al Capitulo IV de la parte II de mi libro “Argentina, la gran transformación necesaria”.



NOTA: Las imágenes no pertenecen a la nota original.

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