“Recuerdo que entonces reías / Si yo te leía
mi verso mejor. / Y ahora, capricho del tiempo, Leyendo esos versos… lloramos
los dos” (Pedacito de Cielo – Homero Expósito)
Frío. Una escarcha hermosa blanquea el patio de la casa de mi
infancia, ahí donde cada tanto vuelvo a zambullir mis huesos, para abrazarme a
los afectos y hacer tangibles los recuerdos lejanos en el tiempo y en la vida.
Los años van pasando… ¿terribles?, ¿malvados?, como escribiera el genial Homero
que no era Simpson sino Expósito.
Perdón, pero en los tiempos que corren es
necesario aclarar que hubo vida antes de Los Simpson, y que hubo Patria antes
de los Kirchner. No sé si terribles y malvados pero que “los años de la
infancia, pasaron pasaron…”, eso sí. Y la vida. Pero hay más vida, y eso es lo
que importa. Y cuando no haya más, veremos.
Nunca le temí al invierno ni a los
recuerdos. No me asustó jamás la nostalgia, a la que acudo con la frente bien
alta para hablarle mirándola a los ojos. Tampoco vivo del recuerdo ni aferrado
al pasado ni anclado en el tiempo… pero sí estoy en paz con el pasado, y los
recuerdos no me incomodan las entrañas ni me quitan el sueño. Para mí, el
invierno en estos lares debe ser así. Con escarcha, con heladas, con ese frío
en la cara que hace llorar hasta los ojos más felices. Con ese cielo bien
celeste (aunque le cueste) de frío, o de nubes grises bien plomo de más frío.
Así me gusta el invierno.
Galleta de Gualeguay |
Cuando éramos chicos salíamos para la vieja Escuela
de Comercio, allí donde ahora se levanta una mansión de la abundancia,
abrigados hasta las cejas, en bici pero con las manos en los bolsillos. Los
sabañones más chicos eran del tamaño de una hoja A 4. Lindos días de inviernos
felices. De comprar a través de la reja de la ventana de la Escuela, sin que
Vico se diera cuenta. Allí estacionaba el carro pura sangre de “lo Guerscovich”
y nosotros estirábamos los brazos tras los barrotes para comprar galleta. Yo
les cuento esto a mis hijos y creen que les hablo de la prehistoria.
Sabañones |
Me gusta
el invierno, aún ahora, que mis huesos opinan lo contrario. Me niego a la queja
climática del frío en invierno. Esas quejas mariconas cada vez que el
termómetro baja de los 5 grados. Y ojo que cuando digo mariconas lo digo
poéticamente y de ninguna manera como una crítica hacia la libertad sexual… es
que ahora hay que andar con cuidado. Paso a paso, con pié de plomo, pensando
cada letra de cada palabra de cada renglón de cada párrafo de cada página que
uno escribe. No vaya a ser que mañana un veedor de la “patria” o del “modelo”
crea que mis letras infringen algún artículo perdido de un código que nunca
leí. Ni pienso leer. Los censores “democráticos” agazapados. Y no tanto. Los
veedores de un proyecto que nos miente popular, tocando puertas de anunciantes
para que elijan poner publicidad en el pajarraco Semanario y no… en el portal de Nornan Robson, ponele. Al Modelo que se nos presenta con pompas y ornamentos
“nacionales y populares”, uno lo rasca un poquito, no digo mucho, digo un
poquito, y ya el hedor nos rompe la nariz.
Fito Páez cobra dos millones de
pesos para cantar “gratis” en los actos del gobierno, mientras medio país junta
tapitas de plástico para ayudar al Hospital Garraham. Menos pan y más circo. El
Modelo. ¿Cuánto cree que cobra un músico de la Orquesta Sinfónica Nacional? Le
propongo un plan de premios y castigos a los mandamás del régimen que nos
gobierna: Una nota de crédito a Fito Páez por cada vez que desafine o yerre una
nota… nos ahorraríamos un vagón de plata.
Un frío me corre por la espalda. Se
ha colado por la ventana entreabierta un aire de hielo. Invierno. Porque sí…ha
comenzado el invierno, al menos hasta que el kirchnerismo disponga lo
contrario. Y la gente en la calle anda “emponchada”, como le gustaba decir a mi
abuelita, que murió sin saber que el General Belgrano era peronista de
Cristina. La gente anda abrigada y con manos en los bolsillos y asoma sus
narices para lo estrictamente necesario.
El invierno es para mí escarcha. Es
humo en las chimeneas, aunque ahora y por suerte el gas natural ha hecho trizas
aquella postal linda de los humos en las chimeneas. Es bufandas de mil colores
y gorros y guantes de lana. El invierno es vidrios empañados anunciándonos vida
en las entrañas de una casa cálida. Pero es también mal tiempo para los que no
tienen nada. Es sufrimiento para los desposeídos, para los indigentes olvidados
del modelo. En ese sentido, en el sentido social de la cosa, el invierno en
verdad suele ser más cruel que el verano. El verano nos iguala en un chapuzón
en el río. El invierno pone algunos puntos sobre ciertas íes incómodas de
varias gestiones. Claro que uno escribe y describe desde su realidad. Pero
nunca nuestra realidad debería hacernos perder la noción de la realidad de los
otros. “Ponerse en los zapatos del otro” decía mi abuela, no… abuela peronista
no, la otra, que murió sin imaginar que un 20 de junio una presidenta iba
bailar el Himno Nacional al ritmo de una falta de respeto.
La Patria es el
otro… el otro cuento supongo. El que no cuentan. El que olvidan. El que
tergiversan. El cuento que se esconde bajo un millonario esfuerzo
propagandístico que pagamos todos. A mí la historia me la enseñaron distinta.
Me enseñaron otro San Martín y un Belgrano diferente…. Ahora resulta que la
bandera argentina la crearon Ella y El. Supongo que El miró la puerta de la
bóveda y tomándola de la mano a Ella dijo... Crish, que te parece si creamos
una bandera... celeste por el dólar blue y blanca por el blanqueo? Porque
escuchando el relato, pareciera que la Patria nació con los Kirchner. ¿Con
quién creen ustedes que estaría Belgrano hoy?, preguntó muy suelta de cuerpo
desde su púlpito en el Monumento a la Bandera, en la ciudad de Rosario doña
Cristina Fernández de Kirchner. Yo me dormí pensado en semejante pregunta… y en
sueños se me apareció el General Belgrano… y sí, a lo mejor a Cristina se le
apareció el Belgrano abogado y le pidió su título de abogada en la Universidad
de La Plata. Y el General Belgrano en sueños me aseguró que él votaría a Daniel
Scioli. Ah bue… no sé, sueños son sueños y cada uno tiene los suyos. Después de
todo, es mi sueño contra el de la presidentA. Que me lo desmienta.
Militantes agitan banderas de La Cámpora |
Un coro de
entusiastas militantes agita sus banderas, casi todas distintas a las que un
febrero enarboló Belgrano en ese mismo lugar. Porque sí, Belgrano fue a Rosario
e izó por primera vez nuestra Enseña Nacional un 27 de febrero de 1812… un 20
de junio Belgrano lo que hizo fue morirse en la más absoluta pobreza… hoy, los
corruptos millonarios le piden a Belgrano el voto. No tienen vergüenza. “La
historia debe contarse completa” gritó Cristina en Rosario. ¡Justo ella! Un día
antes, Mario Aizama se presentó ante la justicia en Jujuy para contar la verdad
sobre “La Noche del Apagón”. Dijo que la empresa Ledesma no tuvo nada que ver.
Memoria Completa. Cristina sigue desde su púlpito contando su propia historia.
Atrás, la bandera, ese pedacito de cielo que Belgrano nos legó. Ella sigue
hablando y yo, recuerdo que antes ría cuando ella contaba su verso mejor.
Ahora, caprichos del tiempo oyendo sus versos, lloramos los dos…
Horacio R. Palma
El Día de Gualeguay
Gualeguay
Entre Ríos
NOTA: Las imágenes y negritas no
corresponden a la nota original.
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