Queridos amigos:
Una de las frases más conocidas del libro “El
Principito” de Antoine de
Saint-Exupéry expresa que lo esencial es invisible a los ojos y que la
verdad solo puede ser percibida por el corazón. Es un concepto poético,
profundo y quizás discutible pero realmente impacta, porque a pesar de que
tendemos a analizar los discursos humanos con racionalidad y espíritu crítico,
cuando alguien nos habla con sinceridad y percibimos que lo hace derramando su
esencia desde el sentimiento, es usual que su mensaje alcance nuestra esfera
emocional.
La gran figura que
nos conmovió a través de sus mensajes en la pasada semana fue sin dudas
el Papa Francisco. Desde la hermosa
ciudad de Río de Janeiro, en la que se desarrolló una nueva Jornada Mundial de la Juventud, la coherencia entre el verbo y el acto, y la fuerza de la verdad que emanaba de sus
palabras tuvieron un impacto superlativo sobre católicos y no católicos.
Francisco habló
de justicia y solidaridad, de luchar contra la pobreza y la indiferencia y
llegó al corazón de sus interlocutores porque no hizo más que trasmitir desde
una tribuna privilegiada lo que ha sido su compromiso de vida. Pero también
dejó la impronta de la firmeza de sus convicciones al plantarse a favor de la
vida y de la familia, al manifestar su franca oposición a la legalización de
las drogas y al condenar sin medias tintas a la corrupción. Muchos de esos conceptos deben haber
restallado con fuerza en los gobernantes de la región que van cediendo a la presión
de los narcotraficantes y de la izquierda mal llamada progresista. Mal se sienten los hipócritas que hablan de
su condena a los ricos mientras desbordan de bienes personales mal habidos ostentando sus fortunas injustificables y los
que se llenan la boca hablando de su compromiso social pero legislan en contra de los intereses de su nación y de su gente a
cambio de su propio beneficio.
Da pena ver los patéticos esfuerzos de esos personajes haciendo piruetas intelectuales para tratar
de que sus lamentables actos parezcan estar en línea con la palabra del Santo Padre, de quien quieren estar a
la sombra por su popularidad entre las grandes mayorías y llegan al extremo,
como lo ha hecho nuestra propia
presidente, de viajar con su candidato para sumar puntos robando una foto de campaña. Grandeza y
miseria se mezclan en la vida con el mismo caótico desorden que Enrique Santos Discépolo desgranara en
los versos de su tango Cambalache. El Papa
Francisco se vuelve ahora a Roma y nos deja extraordinariamente reforzado
el espíritu para luchar por los valores que siempre proclamamos y con el regalo
adicional de sentir que ya no estamos solos en la prédica por
rehabilitar la política, tarea en que ha fijado una de las exigencias para el
futuro, a cumplir por todos los jóvenes, al menos de espíritu.
El segundo mensaje contundente y sin eufemismos que recibimos esta semana provino
del presidente de la Sociedad Rural, Luis
Miguel Etchevehere, en ocasión de la inauguración oficial de la exposición Rural de Palermo. Fue un mensaje crítico, descarnado y directo,
en línea con los que escucho en cada acto en que acompaño a Gerónimo Venegas, quien coincidía
entusiasmado, mientras los aplausos subían desde los cuatro costados de la
tribuna. Etchevehere no dudó en denunciar las mentiras oficiales y
recorrer punto por punto las promesas incumplidas, los datos falseados y los
daños causados por una gestión que, como bien dijo, nos ha dejado sin carne,
sin trigo y sin rentabilidad. Pero no se
detuvo simplemente en los problemas del sector sino que asumiendo su lugar de
ciudadano recordó las amenazas a la justicia, la corrupción, las tragedias
ferroviarias, las inundaciones, la pérdida de infraestructura y los avances
sobre la propiedad privada, para
terminar pidiendo tan solo que se
permita trabajar y producir en libertad.
La conclusión, luego de escuchar ese mensaje, es que el
miedo va cediendo terreno y que las amenazas y las presiones cada vez le
alcanzan menos al gobierno para acallar las voces de la ciudadanía y dejarle el
terreno libre para su relato y sus mentiras. Es todo un avance y una luz de
esperanza.
Curiosamente, quienes más cuidan sus palabras y miden sus
críticas son los políticos en campaña,
que a medida que suman puntos en las encuestas tornan más vagas sus
definiciones y más diluidas sus proclamas por temor a que se le fugue algún
votante o lo cruce algún adversario.
El gobierno, por su parte, desarrolla la campaña sin reparar
en aprovechar ventajas espurias y violar las normas restrictivas que imponen
las leyes y decretos que el mismo oficialismo promulgó. Con total desparpajo
reparte dinero para obras y planes
solamente en los municipios con intendentes afines (800 obras por 3900 millones de
pesos según el diario La Nación) y continúa anunciando obras después
de la veda que impone la ley. En cada acto lleva al primer candidato a diputado
nacional por la Provincia de Buenos Aires para que “robe” cámara en la televisión por afuera de los espacios
asignados, aunque en general la presidente
lo muestra pero no lo deja hablar.
Quizás sea una simple protección ya que,
micrófono en mano, Insaurralde
dijo en una de sus pocas exposiciones y
refiriéndose a la inseguridad “Yo también tengo miedo como todos los vecinos”,
olvidando obviamente que él está postulado para solucionar los problemas y no
para victimizarse por ellos.
Sin pruritos, la presidente
eligió este momento de la campaña para acordar con los gremios amigos un
aumento del salario mínimo que se lleva a
magros 3600 pesos y anunciar la devolución del impuesto a las ganancias
correspondiente al aguinaldo ya cobrado. Todo
esto tiene su correlato en las cuentas públicas que evidencian una caída del 30
por ciento en el superávit fiscal respecto del año anterior y un déficit de
9400 millones en el resultado financiero para los primeros cinco meses del año,
a pesar de los aportes realizados por el PAMI, el Banco Central y la AFIP.
En la batalla electoral todos los funcionarios son soldados
y hacen su aporte al igual que las instituciones del Estado. La AFIP reconoce haber enviado “cartas de
inducción” para que los contribuyentes se sumen al blanqueo, la Subsecretaria de Defensa del Consumidor
suspendió a la Asociación de
Consumidores de Argentina por denunciar la presión que el gobierno ejerce
sobre los supermercados para que no publiquen precios en los diarios no
alineados y se señala que el Secretario Moreno ejerce presiones para que los bancos operen en el mercado
marginal para hacer bajar el llamado “dólar
blue”. Por su parte, un grupo de empleados municipales bonaerenses,
encabezado por un dirigente del FPV,
cortó la Avenida 9 de Julio y consiguió interrumpir el tráfico y el
funcionamiento del Metrobús, recién
inaugurado por Mauricio Macri, en su segundo día de
funcionamiento, mientras que los delegados gremiales del subte, afines
al gobierno, se negaron a extender el
viaje a las dos estaciones recientemente habilitadas por el Jefe de Gobierno de la Ciudad, con
excusas que la justicia desestimó. Todo sirve y todo vale en la campaña
electoral que se lleva con un desprecio bizarro por las normas, que solo se
aplican con rigurosidad a las huestes de la oposición.
Sin embargo, al gobierno no le faltan disgustos generalmente
ocasionados por la dura realidad que obligó a cortar el suministro de gas a
empresas por escasez de fluido y que generó una caída del superávit comercial
del 26 por ciento en los primeros seis meses del año impulsado por el déficit
de 3247 millones de dólares en el saldo del
sector energético. Con el agua al cuello, todo el esfuerzo está puesto
en llegar a las elecciones y después será el diluvio como sucediera en el 2011.
El dato negativo para el gobierno es que, fuera del 27 por ciento que hoy le
asignan las encuestas en la Provincia de Buenos Aires, todo el resto es
oposición legislativa en la provincia más poblada del país, siempre y cuando Sergio Massa mantenga su rol opositor.
El otro frente de disgustos del gobierno provino del sector
afín, cuando el CELS cambió su
posición respecto del aval al ascenso del General
Milani y motivó que la presidente
retirara su pliego del Senado. Así
nos anoticiamos de que este Centro de
Estudios tiene más poder y capacidad
investigativa que el Estado mismo y
que es quien controla los ascensos militares por encima de las decisiones
presidenciales. La señora presidente
pudo, por ahora, mantener al General
Milani en su cargo e instó a “no
cometer la torpeza de enfrentarnos entre civiles y uniformados”, torpeza de que ha hecho gala el actual
gobierno desde la asunción del difunto ex presidente Néstor Kirchner con obsesivo entusiasmo.
Finalmente, llegamos al final con espacio para comentar que
seguimos con empeño la campaña desde el frente UNION CON FE, a pesar de que no podemos acceder a los canales de
aire ni a los grandes medios gráficos y que los recursos son tan limitados que
solo nos permiten decir nuestra verdad desde los medios alternativos, el boca a
boca o en algún micrófono o escenario
que las circunstancias y el trabajo esforzado de nuestra gente de prensa puede
obtener. Pero pese a ello, estamos tan
convencidos del poder que da la fuerza de la verdad que abrigamos la esperanza
de que si un argentino virtuoso pudo llegar al papado, por qué no podría el
futuro permitirnos llevar al Congreso y
después al gobierno a un grupo de hombres
dignos y con vocación de servicio,
para cambiar para bien la historia de este amado país que es
nuestra patria. Por ahora nadie puede arrebatarnos esa fe.
Un abrazo para todos.
Juan Carlos Neves,
Presidente de Nueva Unión Ciudadana
Twitter
@NevesJuanCarlos
NOTA: Las
imágenes y negritas no corresponden a la nota original.
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