A raíz de los dos militares detenidos, internados y posteriormente fugados en el Hospital Militar, el ministro de Justicia, Julio Alak, le pidió al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, que se ordene el cese de traslados de represores al Hospital Militar o a otros centros de atención médica de la fuerza, y que la Corte dicte una acordada a través de la cual instruya a los tribunales inferiores para que no se dispongan traslados de civiles o militares procesados o condenados por crímenes de lesa humanidad a ese establecimiento.
El viernes 28 de junio, Shiva Narada Benítez Díaz, boliviano, fue llevado por cuatro custodios, todos armados, desde el pabellón 50 de la cárcel de Devoto hasta la Facultad de Derecho, en la avenida Figueroa Alcorta. Como siempre lo hicieron, los agentes del Servicio Penitenciario lo dejaron en la puerta y le avisaron a qué hora pasaban a buscarlo. Una vez en ese lugar y desde ese momento, no lo custodió nadie. Le faltaba un año para recibirse, dos para irse expulsado como extranjero y más de diez para cumplir su condena por secuestro y robo.
Por este preso que se escapó no hay recompensa, no se prohíbe que sigan yendo presos con custodia a las clases de la facultad ni se solicita a la Corte que les prohíba seguir concurriendo. Esto se llama justicia para todos y todas.
Marcelo White Pueyrredón
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