14/12/2013 Por Mauricio Ortín
La
justicia es una de las caras de la moneda; la otra, es la verdad. En un país
donde rige el Estado de Derecho, la sentencia condenatoria de un juez es una
consecuencia directa del establecimiento de la verdad acerca de la culpabilidad
del acusado.
Ricardo Toranzos |
Mucho
menos, todavía, cuando se descubre que la acusación se funda en testimonio de
dudosa veracidad. Pues bien, aparentemente no lo entendería así el fiscal de la Megacausa de Salta, Dr. Ricardo Toranzos, quién, a pesar
de circunstancias como las descriptas, solicitó condena. Ello se desprende
directamente del hecho de que el enjuiciado en la “Megacausa Unsa”, Marcelo
Gatto, demostró con claridad meridiana, a partir de documentación obrante
en el expediente que, la señora Cristina
Cobos no dijo verdad respecto a un hecho central que supuestamente
incriminaba al entonces Subteniente
(Había declarado que lo reconoció como uno de sus interrogadores. Mas, entre
las seis fotos que se le presentaron para tal fin no estaba la de Gatto). Luego, el fiscal (contra Gatto) no
sólo no tiene pruebas sino, también, la posible falsedad del testimonio que lo
incrimina. Circunstancia, esta última, que fue admitida en el alegato de Ricardo Toranzos cuando, en lugar de
solicitar el procesamiento de Cobos
por el presunto falso testimonio, intentó salvar el resto de los dichos de ésta
que incriminaban a otros. Textualmente y en tono de interrogación, dijo: “... si solamente
una pequeña mentira bastaba para adjudicar responsabilidad y negar la validez
de un testimonio...”
Cristina Cobos |
¿Justicia?
Lo que para Toranzos es una inocente
y “pequeña mentira” de Cristina Cobos,
para Gatto, Chaín y De la Vega puede
llegar a ser la “gran monstruosa mentira” que los condenará de por vida a
podrirse en la Cárcel.
NOTA: Las imágenes y negritas no corresponden a la nota original.
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