No sabemos en qué
fuentes documentales habrá abrevado el Fiscal para redactar su alegato en
Juicio de la Megacausa de Salta; aparentemente, sólo escuchó el repicar de una
de las dos campanas
lunes, 16/12/2013 |
09:35 horas
Ricardo Toranzos |
SALTA.- No sabemos en
qué fuentes documentales habrá abrevado el Fiscal Ricardo Toranzos, para
redactar su alegato en Juicio de la Megacausa de Salta; aparentemente, sólo
escuchó el repicar de una de las dos campanas. En el Ítem, “II.- CONTEXTO
NACIONAL AL MOMENTO DE LOS HECHOS”, entre otras cosas, deslinda, absolutamente,
de toda responsabilidad al poder político por el terror ejercido desde el
Estado durante el gobierno constitucional en la década del ’70. Siempre son las
FFAA las responsables. Nada dice acerca de la masacre que los peronistas
hicieron en Ezeiza y, la Triple A, pareciera nació de un rabanito y no de la
intimidad del gobierno justicialista. Cita la, tristemente célebre, frase del
general Ibérico Saint Jean, dicha en Mayo de 1977 (“Primero mataremos a todos
los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores...”) pero no la del
entonces presidente, Juan Perón, que tres años antes (22 de Enero de 1974),
refiriéndose a los guerrilleros, dijo: “...que el reducido números de
psicópatas que van quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la
República". Es falso, también, lo que afirma respecto a la represión
cuando alega: “Toda esta actividad se desarrollaba sistemáticamente y estaba
destinada al exterminio de toda persona que se sospechara como opositora del
régimen de facto”. Tanto el gobierno constitucional de Juan e Isabel Perón,
como el de facto, asesinaban a terroristas y subversivos. El propio Firmenich
así lo certifica. Es, alevosamente, falso de que los militares exterminaban a
todo sospechoso de opositor al régimen. Raúl Alfonsín; Oscar Alende; Jorge
Abelardo Ramos; Arturo Frondizi y tantos otros eran opositores y no fueron ni
encarcelados, ni exterminados. Es una argucia de baja estofa poner en la misma
bolsa a asesinos y secuestradores con ciudadanos que creían en la democracia.
Por último, algo más
de su tendencioso alegato nos revuelve las tripas y no se lo podemos dejar
pasar. Dice usted que, María Cristina Viola, de dos años de vida, falleció
porque su padre, el Capitán Humberto Viola se agachó en el momento en que le
disparaban para asesinarlo. Que sentada en el asiento trasero del Citroen Ami 8
recibió el impacto que iba al padre, que estaba al volante. Otra vez usted
distorsionando los hechos. Palabras más, palabras menos, se parece a la de los
degenerados, genocidas y criminales de niños y de lesa humanidad que mataron al
Capitán Humberto Viola y que publicaron como hazaña en la revista del ERP. Esos cobardes (usted los llama, grupo
comando) actuaron de manera muy distinta de como usted lo describe. Fue desde
atrás y con una escopeta Itaka de cinco perdigones por cartucho que dispararon
adentro del auto. Nadie se agachó, porque no vieron al atacante y no hay forma
de esquivar una bala a tres metros y, mucho menos, a cinco proyectiles juntos
de una escopeta. A continuación, le transcribimos el relato de, como sucedieron
los hechos, según el Dr. Carlos Picón, cuñado y tío de las víctimas: “El primer
escopetazo lo hicieron desde atrás, a no más de tres metros de distancia,
prácticamente a quemarropa. La perdigonada entró de lleno por la ventanilla del
asiento trasero, justamente donde estaban ubicadas las nenas. Tres postas de
plomo dieron en el cráneo de María Cristina, destruyéndolo. Murió en el acto.
Una posta entró por la base del cráneo de María Fernanda y se alojó, sin
salida, en el lado derecho del frontal. Es decir, recorrió todo el cerebro de
esa cabecita. María Fernanda, vive, sólo porque Dios así lo dispuso. Humberto
recibió, en ese momento, una posta de plomo, por la espalda, en la base del
pulmón. Es ahí, cuando desciende del Ami 8 y corre hacia adelante para alejarse
del auto tratando de salvaguardar a sus hijas”. Ponga atención, Dr. Toranzos, a
las seis últimas palabras de la frase anterior.
-: Señor fiscal, como
representante del poder del Estado encargado de impartir Justicia, usted no
tiene derecho a ofender la conducta de un hombre (cobarde y salvajemente
asesinado) insinuando que privilegió su vida a la de sus hijas. No le pedimos
que cambie su opinión angelical para con los que ensangrentaron al país desde
la subversión; mas, como mínimo, le exigimos que no agravie gratuitamente,
desde la función pública, la memoria de un gran militar argentino, excelente
esposo y mejor padre, como lo fuera en vida el Capitán Humberto Antonio Viola.
Mario
Cabanillas
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DNI
Nº 11282776
|
Guillermo
Solá
|
DNI
Nº 7636195
|
Belisario
Saravia
|
DNI
Nº 8019614
|
Jorge
P. Mones Ruiz
|
LE
Nº 8019504
|
Alejandro
Patron Costas (h)
|
DNI
Nº 23079809
|
Mauricio
Ortín
|
DNI
Nº 13347228
|
Luisa María Arias
|
DNI
Nº 12957744
|
Maria
Cecilia Arias
|
DNI
Nº 10993228
|
Luis
M. Cabanillas
|
DNI
Nº 16883922
|
Mariano
Segundo Gradín
|
DNI
Nº 4461773
|
Federico
Javier Gatto D'Andrea
|
DNI
Nº 28886350
|
María
Laura Gatto D'Andrea
|
DNI
Nº 31338433
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Jorge
Daurat
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