"Todo el que dude estará al lado
del diablo y merecerá el infierno".
Ernesto Tenenbaum
Ernesto Tenenbaum
Por cuánto se parece
a los primeros escarceos de la guerrilla en los trágicos 70's, no debe
considerarse un mero episodio de inseguridad el asesinato con un tiro en la
nuca, con el solo propósito de robarle el arma, de un joven integrante de la
Prefectura Naval, que patrullaba el barrio de Barracas, en el sur de la
capital, ocurrido el lunes pasado, por la noche. Lamentablemente, resultó más
importante para los medios hablar de los romances de Redrado o del destructor
de autos mal estacionados que ocuparse del 21° miembro de las fuerzas de
seguridad muertos, en lo que va del año, en la ciudad de Buenos Aires.
Lo ocurrido el lunes
26 de octubre con el Fiscal Federal Carlos Stornelli como protagonista fue uno
de los episodios más graves de una serie de hechos que van escalando el
resurgimiento de la violencia en la Argentina. En magnitud, sólo puede
compararse a la extraña muerte del espía de la ex Side, Tomás Lauchón Viola, en
2013, a manos del Grupo Halcón de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Los "robos"
a Alfredo Leuco, en plena Avda. de Mayo, a metros de la Embajada de Israel, y
el otro similar, del cual fue víctima Marcelo Longobardi el 8 de octubre, nada
menos que en Palermo Chico, el barrio más seguro de la ciudad de Buenos Aires,
con una gran cantidad de puestos de vigilancia de la Policía Federal,
resultaron curiosos precisamente por esos detalles. Luego, las cámaras de
seguridad revelaron que ambos periodistas, que comparten con Jorge Lanata el
podio de los "enemigos" del Gobierno, habían sido seguidos por
automóviles de extraña factura. Obviamente, con ese descubrimiento, la
hipótesis original de simples episodios de inseguridad, tan normal en estos
tiempos, quedó absolutamente descartada.
Edificio de Radio Mitre |
Otro hecho similar
afectó al Dr. Sáenz Valiente, uno de los abogados del grupo Clarín, robado y
golpeado en la puerta del diario, también muy custodiada. El sábado 25 de
octubre, un numeroso grupo de personas, identificadas con camisetas de La
Cámpora, intentó copar la planta transmisora de Radio Mitre, precisamente donde
ambos periodistas ejercen su profesión; la tentativa no pasó a mayores por la
intervención de la Policía bonaerense e, inclusive, de fuerzas municipales.
Unos días después, y sólo por ¿casualidad? el sitio de Clarín en Internet fue
objeto de un brutal y masivo hackeo.
Volviendo ahora al
hecho que involucró a Stornelli, analicemos un poco lo sucedido. Sabemos que el
Fiscal se trasladaba en su vehículo (me dicen que blindado) con su custodia
que, además, utilizaba otro de apoyo. Cerca de la salida de la autopista Illia,
los policías percibieron algunas maniobras sospechosas en varios automóviles y
motos. Con toda lógica, y en forma preventiva, realizaron los procedimientos de
seguridad de práctica y, luego de un tiroteo, desbarataron una banda de
¡quince! individuos que se movilizaban en tres autos y dos motos, de los cuales
ocho lograron escapar.
O sea, un grupo de
colombianos, fuertemente equipado, intentó asaltar a alguien no identificado y,
según las últimas versiones, tuvo la mala suerte de toparse con un Fiscal. Todo
este tipo de operaciones, cuando se trata de casos "comunes", se
planifica y se "trabaja" (tareas de inteligencia) previamente; es
decir, se investiga al objetivo en profundidad, para determinar sus rutinas y,
sobre todo, su capacidad financiera para hacer frente al pago de un rescate. En
este caso, es demasiada gente involucrada en un presunto robo "al
voleo" porque ¿cuánto hubiera debido ser el botín para remunerar a tantos
cómplices?; míreselo por donde se mire, ninguna justificación normal
"cierra".
Los primeros casos
señalados -Radio Mitre, Clarín, Sáenz Valiente, Leuco y Longobardi- podrían ser
atribuidos a la lucha que el Gobierno mantiene, día a día, contra la prensa
independiente, a la cual pretende amedrentar para forzar su silencio; que luego
uno de los detenidos de esta semana haya estado involucrado en el robo y la
golpiza a Leuco, preocupa aún más, porque confirma la presencia de sicarios
contratados. Por lo demás, otros "enemigos", los productores de soja,
sufrieron ataques destructivos contra sus silos bolsa, de manos de otros
"empleados" del poder.
Pero los otros
episodios -el espía, el Fiscal y el prefecto- no pueden ser cargados en la
misma cuenta. Aquí estamos, sin duda, ante hechos de una gravedad mucho mayor,
toda vez que en ellos el narcotráfico -que ha reemplazado a la ideología que
llevó a tantos "iluminados" de los 70's a poner bombas y asesinar a
mansalva- adquiere la relevancia que le corresponde. Este retroceso histórico
de cuarenta años en la violencia política, impulsado por los Kirchner, no
tendrá el mismo origen político, pero será mucho más grave, ya que el Estado
carece hoy de medios para corregir el rumbo.
Los dichos del Tte.
Cnel. Berni, Secretario de Seguridad, que propuso la deportación inmediata en
los casos de delitos excarcelables cometidos por extranjeros, que fueron fuerte
y torpemente respaldados por la Presidente en su presentación del proyecto de
reforma al Código Procesal, deben ser vistos por la ciudadanía como un enorme
favor del funcionario a la República. Me explico; al ser calificados como
xenófobos por la izquierda, con seguridad producirán una fractura en el bloque
de diputados del FpV, y la discusión trabará la sanción del proyecto mismo.
Porque, como siempre,
el oficialismo está enmascarando, detrás de una loable iniciativa para acelerar
los procesos criminales, la voluntad de otorgar una auto-amnistía a todos los
funcionarios corruptos, comenzando por los propios Kirchner. Espero que, esta
vez, la experiencia haya hecho abrir los ojos a los numerosos idiotas útiles de
los que se dicen opositores que, en el pasado, permitieron que el Gobierno se
hiciera de herramientas para sojuzgar, sucesivamente, a la prensa, a las
provincias, a los jueces, a los fiscales, etc..
El poder político, de
la mano de quienes -como la propia Presidente- hubieran debido encabezar la
lucha frontal contra este flagelo, se ha convertido en socio de estos
traficantes de la muerte, garantizando su impunidad como lo demuestran
episodios tales como el desguarnecimiento de nuestras fronteras, el blanqueo de
narco-capitales y el financiamiento de las campañas del Frente para la
Victoria. Nuestro país se ha transformado en el paraíso para todos los carteles
de droga, sean éstos peruanos, colombianos, paraguayos o mexicanos, y sus
integrantes entran libremente, residen en Puerto Madero o Nordelta, comercian,
matan y roban, y salen de él con total tranquilidad, mientras destruyen el más
básico tejido social.
En las víctimas más
humildes del tráfico, los dependientes del "paco", se busca a quienes
sostendrán, con la colaboración del Vatayón Militante, de las barras bravas del
fútbol y de la Túpac Amaru, este proyecto fracasado y corrupto en la calle,
porque está en juego no solamente el poder político sino el económico, proveniente
del "negocio" más rentable del mundo.
Si no reaccionamos
rápida e inteligentemente, si nuestros líderes políticos, que parecen estar
mirando otro canal, no asumen en conjunto la responsabilidad que les compete en
esta lucha -el próximo jueves 13N tendremos la oportunidad de exigirlo-, estos
episodios de violencia de ambas procedencias (política y narco) y que tanto nos
conmueven, alcanzarán la gravedad que ya tienen en México, donde han muerto, en
los últimos diez años, cincuenta mil personas, muchas de ellas inocentes y
todas torturadas o decapitadas; Rosario y el Conurbano bonaerense pueden dar fe
de ello.
Bs.As., 6 Nov 14
Enrique
Guillermo Avogadro
Abogado
E-mail: ega1avogadro@gmail.com
NOTA:
Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original
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