Las declaraciones de Sergio Massa y de Mauricio Macri alborotaron otro avispero oficial, el de los
Derechos Humanos, en sus dos vertientes, la de Hebe y la de Estela.
Pero la encargada de salir al cruce fue Cristina
Fernández: "Alguien dijo que si
era presidente iba a terminar con el curro de los derechos humanos. No da
bronca, da mucha pena". "No hay que enojarse, hay que tener pena. Y
también recordar que muchos de ellos tuvieron que ver como civiles con lo que
fue un mandato: porque los que están presos son los militares, pero los que se
beneficiaron económicamente están al frente de muchas empresas y vivitos y
coleando".
En realidad la
situación se viene marcando desde hace tiempo.
De a poco hay
elementos que aparecen y muchos despistados suponen que todo es nuevo y recién
se enteran. Pero ¿se puede hablar de
curro de un tema tan espinoso como el de los Derechos Humanos? Parece que
sí, pero hay muchos que lo sabían y hacen como que recién lo descubren.
Una de las figuras
que trabajó en los derechos humanos y formó parte de quienes armaron la CONADEP fue Graciela Fernández Meijide. Cometió el imperdonable pecado de la
honestidad diciendo la verdad: "Los
desaparecidos no eran 30.000" y dando su estimado de 7954 casos documentados.
Al pedir a los
organismos de derechos humanos que "digan
la verdad", se condenó al olvido, al ostracismo.
El
exfiscal del Juicio a las Juntas, Julio César Strassera,
de quien no se puede esperar una parcialidad hacia los militares sostuvo que "se están cometiendo atrocidades"
contra los represores detenidos por crímenes de lesa humanidad y pidió "terminar" rápidamente con los
juicios, respaldando al jefe de gobierno
Mauricio Macri al decir que "este
es el curro de los Derechos Humanos".
Según
Strassera: "Los
derechos humanos, a mi juicio, son aun para los violadores de los Derechos
Humanos. Y resulta que un homicida violador, con 70 años de edad va a su casa,
pero un militar con 90 años, con una enfermedad terminal, tiene que estar
detenido en la cárcel. Me parece una barbaridad".
El exfiscal dejó algo
en claro: "Lo que pasa es que esto no es justicia, es venganza. Se acabó.
Ojo,
yo no voy a defender a los que acusé. Pero realmente se está condenando a
muchos sin prueba". La gravedad de los dichos podría
esperar cualquier tipo de acción, pero ¿quién
se anima a hacerlo con Strassera? ¿acaso Gils Carbó? Lo complejo de la
situación es quiénes son los responsables finales, y en sus declaraciones lo
deja en claro: "Yo soy radical, todo
el mundo lo sabe, pero aplaudo lo que dijo Macri
porque dijo la verdad. Es el curro de los Derechos Humanos porque el partido
hoy gobernante avalaba la ley de autoamnistía, se negó a formar parte de la CONADEP, jamás se preocuparon por los
Derechos Humanos. Nunca. Jamás. Ni
Néstor Kirchner ni su mujer. Y ahora vieron el negocio y ¿ahora están
desesperados por los Derechos Humanos? Me
parece de una hipocresía gigantesca".
La hipocresía
gigantesca es la que mantiene centenares de presos sin proceso en condiciones
lamentables; la que chantajea a las familias y la que destina a las
asociaciones cantidades ingentes e incomprobables de dinero.
El
curro existe, afortunadamente se lo está conociendo e identificando, los
derechos humanos no pueden ser patrimonio de una banda, como tampoco son
derechos de unos y no de otros. Si hacer negocio con ellos es deleznable, mucho
más es tergiversar su identidad.
NOTA:
Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.
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