Malú Kikuchi (6/6/2015)
Sé que es políticamente
incorrecto. Lo siento, pero así lo siento. Hay
demasiados puntos alrededor del femicidio con los que no estoy de acuerdo y
otros que me generan preguntas incómodas.
En el código penal ya se
diferenciaban varios casos de homicidio, culposo, doloso, intencional, criminis
causa (para ocultar otro delito), agravado por el vínculo, con alevosía, por
mandato de un 3°, para crear un peligro común, por emoción violenta
(atenuante), y otros más. Ahora le agregamos el femicidio. Artículo 80, incisos 1 y 4 del nuevo código. Aprobado por unanimidad en diputados.
No por tener más leyes vamos a terminar con el delito. Y el femicidio
es un delito complejo, con muchas aristas y todas pasan por la educación. Necesitamos que las comisarías tomen TODAS las denuncias de acoso, maltrato
y abuso de mujeres. Que de ser necesario las lleven al hospital y queden
registradas las heridas.
Necesitamos más casas refugio
para mujeres golpeadas o abusadas o amenazadas. Necesitamos jueces que no sean
discípulos de Zaffaroni y castiguen
y alejen a los hombres culpables, de las víctimas. Necesitamos mujeres educadas
en acusar y mantener la acusación hasta el final, cuando estén en peligro o
sean amenazadas.
Necesitamos mujeres educadas en su propio valer y que no se sientan
culpables de algo que no lo son. Esto es quizás lo más difícil. El síndrome
de la mujer golpeada es incomprensible para el que está fuera de la pareja y al
mismo tiempo construye un vínculo muy fuerte entre víctima y agresor,
complicado para romper y liberar.
Necesitamos educadores que
desde el jardín de infantes, enseñen a
los varones que su naturaleza es más fuerte que la de las niñas y que deben
respetarlas, y enseñarle a las niñas lo que valen y que no deben dejar que
nadie amenace su integridad física o psicológica. El camino es largo y se centra en la educación de toda la sociedad.
Es un problema serio que debe ser
atendido. Pero la ley en particular no creo que le agregue demasiado. Y me
pregunto ya que estamos discriminando positivamente, por qué no hacer una ley
sobre “geroncidio”, hay demasiados viejitos masacrados hasta a
martillazos, para robarles una magra jubilación. Y de paso, una ley sobre “infancidio”,
para que no se mueran chiquitos de hambre, o
arrojen bebés en basureros; o a los que los padres maten, porque lloran
demasiado, o porque no los dejan salir y están hartos de cuidarlos.
Más preguntas. Si la ley del femicidio, N° 26.485 de 2009 votada
por el congreso, que no está vigente porque no ha sido reglamentada, y no lo ha
sido por que el ejecutivo no ha dado el visto bueno, -dicen que hay un artículo que abre la puerta al aborto- y Cristina es antiabortista, ¿porqué no veta ese artículo, la
Constitución le da ese poder y la ley entra en vigencia?
Si el poder legislativo votó la
ley y aceptó incluir el femicidio en
el nuevo código penal, ¿por qué la multitud se reunió frente al congreso que
apoyó con hechos concretos la demanda y no frente a la Casa Rosada que es la
que no apoya la ley? Pequeña
disquisición: si se aceptara el aborto, y el feto
fuese femenino, ¿sería un femicidio?
Las divisiones abundan, todos
somos diferentes y eso es bueno. El que piensa distinto enriquece al otro. Es
la manera de ver las cosas de otra forma. A veces ponerse en el lugar del otro
cambia nuestra manera de pensar. Enriquece siempre. Pero divisiones gratuitas, en un país que ya tiene brechas que llevarán
mucho tiempo cerrar, parecen gratuitas.
Y la hipocresía del gobierno es
fenomenal. Recordemos el Vatayón
Militante de Víctor Hortel, ex
capo del sistema penitenciario, que sacaba presos privilegiados para hacer
música en libertad, entre los exclusivos estaba Walter Vázquez, ex baterista de Callejeros (Cromagnon), individuo
icónico ya que fue el 1° que roció a su mujer, Wanda Tadei, con alcohol y le
prendió fuego.
Recordemos a Cecilia Pando, maestra, madre de 7 hijos, que escribió una carta a
La Nación defendiendo al destituido capellán militar, Monseñor Antonio Baseotto, que había osado usar una frase
evangélica, y su marido, el Mayor Pedro Mercado fue pasado a retiro “por no
controlar debidamente a su mujer”.
Lo mismo que el Capitán de Fragata Marcelo Toulemonde
que recibió una fuerte medida disciplinaria, que no le permitió ascender,
porque su mujer gritó el nombre del Coronel Larrabure durante un
discurso de Néstor[2]
[1]
En realidad fue durante un discurso de Cristina Kirchner.. También “por no
controlar debidamente a su mujer”. Ya lo de “controlar” suena muy mal. Que
desde el ejecutivo se den órdenes al respecto, es repugnante.
Sería bueno que todos se pusieran
de acuerdo. Los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Sería bueno que la
educación entre los sexos insista en el respeto del uno hacia la otra y
viceversa. Sería bueno releer los 10 mandamientos que comparten la mayoría de
las personas y detenerse en el 5°, internalizarlo hasta que forme parte de
nuestro ADN para siempre: “No Matarás”.
NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota
original.
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