20 de agosto de 2015
Palabras pronunciadas por el señor Gonzalo Fernández Cutiellos, previas
a la proyección del documental.
Damas y caballeros, razones de
fuerza mayor hicieron imposible que nuestro presentador, Juan Bautista Yofre
pueda acompañarnos en esta tarde; de todos modos sea para él todo nuestro
agradecimiento y reconocimiento, ya que con esta hubiese sido la cuarta
oportunidad en presentarla película que es objeto de nuestra atención.
En segundo lugar siento la
obligación de agradecer profundamente al Gral. de División (R) Emilio Jorge
Luis Rodríguez, quien fuera la fuerza motora que dio impulso a lo que hoy hemos
concretado en una película, a modo de homenaje perenne a los bravos soldados
ingenieros de Salta.
Gracias general rodríguez por
inspirarnos. (ups… lo escribí en minúsculas…)
Al respecto, me vino a la memoria
un pasaje de un sermón famoso de San Agustín, donde expresó: “el envidioso siente, aunque a veces no
tenga conciencia de ello, aversión, resentimiento, odio:
- Hacia los que triunfan, porque ellos han triunfado y no él.
- Hacia los mejores, porque son mejores que él y no puede igualarlos.
- Hacia los de iguales méritos, porque son iguales y no inferiores.
- Hacia quienes, por estar situados en el escalón inferior al que él ocupa, tienen la posibilidad de igualarlo o superarlo”.
… parece que San Agustín lo
conoció al señor rodriguez este…
También queremos agradecer
especialmente el Círculo Militar y su autoridades, que nos permitieron muy
amablemente el uso de sus instalaciones para la proyección de La Escuelita de
Manchalá hoy.
Y así como Sandro, el Centro de
Estudios Salta y Pacificación Nacional Definitiva coadyuvaron al logro de esta
película, merecen nuestro enorme agradecimiento todos aquellos que apoyaron,
desde el aliento y la compañía, hasta en forma de aportes monetarios privados,
pasando por la ayuda material e intelectual para que esto llegue a buen fin.
Imposible nombrarlos a todos,
pero imposible también dejar de nombrar al Centro Naval, al COFA, a la Unión de
Promociones, a TLV1 Toda la Verdad Primero… muchos más y muchos de los cuales
hoy vemos entre el público; a todos muchas gracias.
“Nos volvemos valientes al realizar actos de valentía” sentenciaba
Aristóteles en su Ética a Nicomano.
Esto implica que lo que hoy vamos
a ver es la historia de unos valientes.
Y entendamos que valiente no es
aquel que nunca tiene miedo… valiente es aquel que supera su temor y lo
enfrenta; luego esta es la historia de una decena de tipos muy valientes.
Atendamos como hablan, cuando lo
hacen, al referirse a su Cabo 1ro, aquel que los que los guió en su peor
momento.
El carácter contagioso de una
conducta valerosa puede inspirar a todo un grupo, como el romano Horacio en el
puente o Enrique V° en Agincourt.
Pero, si bien esta es una
película sobre un combate tenemos que entender que la verdadera finalidad del
soldado es la paz.
La primer idea que surge al
contemplar a un soldado es que su fin es la guerra, error; el arte de la
guerra, nos dice el Dr. Habib Estefano, “no
consiste solamente en saber recibir la muerte en forma heroica, consiste
también en saber darla con valentía y con dureza. A pesar de ello este no es el
fin del militar, del soldado, no es la finalidad de los Ejércitos derramar
sangre en guerras. El fin es defender la vida.
Los ejércitos existen para defender la vida y la honra de la Patria.
El soldado es un hombre que se prepara en el rigor, la fuerza y la
ciencia de su arte especial para que pueda defender siempre con honra y
dignidad la Bandera de su Patria y la vida de su Nación.
Su verdadero fin es defender el orden público y la vida del país, con
honra y dignidad, hasta en el sacrificio supremo.”
Observen que casualidad, que
estos soldados que nos van a hablar, eran albañiles, pintores y plomeros,
arreglando escuelas rurales… y que con su actitud espontánea y virtuosa… que
chiquitos nos dejaron a la inmensa mayoría.
Actitud virtuosa dije, actuar de
virtuosos, de hombres que practican las virtudes…ni más ni menos, pero ¿nos
acordamos que es una virtud?
Según Santo Tomas, virtud es la
elevación del ser en la persona humana; es lo máximo a que puede aspirar el
hombre.
El hombre virtuoso es el que
realiza el bien obedeciendo a sus inclinaciones más íntimas. Hoy veremos
ejemplos fuertísimos de esto.
Los católicos entendemos que la
primera virtud es el amor a Dios y al prójimo;
- Que la prudencia nos muestra que el bien presupone la verdad;
- Que la justicia indica que solo el hombre objetivo puede ser justo;
- Que la fortaleza, dice San Agustín, es testigo irrefutable de la existencia del mal en el mundo;
- Que la templanza es quien equilibra las pasiones y
- Que la fe, la esperanza y la caridad son capacidad y fuente de energía.
Todas ellas saldrán a la luz a
quien las sepa descubrir en esta película.
Ahora también, existen unas
virtudes conocidas como virtudes militares; fortaleza, clemencia, mansedumbre,
patriotismo y prudencia militar.
Imprescindible es la fortaleza;
esta es la virtud por la cual el hombre no se deja intimidar ante las
adversidades y ante el peligro de muerte. También veremos de esto en la
película.
Isabelita había sido la vice de
la fórmula “Perón – Perón” hasta el
fallecimiento de líder del justicialismo, en ejercicio de la presidencia de la
República.
La fórmula “Perón – Perón”, se había hecho cargo de la Presidencia de la
Nación luego de las elecciones del 23 de Septiembre de 1973, ganando las mismas
con el 63% de los votos del electorado.
El año anterior, 1974 se
caracterizó por haber sido uno de los más intensos de nuestra historia
reciente.
El terrorismo internacionalista,
representado principalmente por la organización armada Montoneros y el Ejército
Revolucionario del Pueblo, atacaba sistemáticamente a la Nación Argentina e
incrementaba día a día su intensidad y virulencia.
Tan así que el viejo General, al
recibir el ataque del ERP al cuartel de Azul, dirigió una cadena nacional, el
20 de Enero del 74, ataviado en su uniforme, donde se lo escucho decir, por
ejemplo:
“… en consecuencia, el Gobierno Nacional, en cumplimiento de su deber
indeclinable, tomará de hoy en mas las medidas pertinentes para atacar al mal
en sus raíces…
…pido a todas las fuerzas políticas y al pueblo en general, que tomen
partido activo en la defensa de la Republica…
… es preciso destruir…
… aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal es una tarea que
compete a todos…
… empeñarnos decididamente en la lucha a que dé a lugar…
… Ha parado la hora de gritar Perón; ha llegado la hora de defenderlo.”
Claramente el presidente electo
de los argentinos sentía que era el atacado por esta fuerza castrocomunista de
invasión.
Tan así que en carta fechada dos
días después, el 22 de enero 1974 y dirigida al personal de la Guarnición
Militar de Azul, ordenaba:
“…que el reducido número de
psicópatas que va quedando sea exterminado uno a uno para e bien de la Patria.”
JDP
En Mayo de ese año se detectó la
presencia del ERP en el monte tucumano y Perón, dándole trato de delincuentes
ordenó a la Policía Federal, en la persona del Comisario VILLAR, que inicie el
Operativo Independencia.
Perón falleció poco después, el
1ro de Julio, legando la presidencia a su joven viuda de escasos 43 años, con
un país inmerso en una cruenta guerra civil no declarada.
El 5 (otras fuentes dicen el 9)
de febrero de 1975, Isabelita daba paso a la acción militar a través del
decreto Nº 262/75, trocando el Operativo Policial en la Operación (Militar)
Independencia, con el objeto de “aniquilar
a los terroristas”, puntualmente a la Compañía de Monte Ramón Rosa Gimenez;
elemento sobre el que pesaba la misión de encabezar el proyecto de convertir el
NOA en Zona Liberada.
Llegamos así a mayo de 1975, oportunidad
en que el Batallón de Ingenieros 5, con asiento en la ciudad de Salta, recibe
la orden de tomar sus herramientas y marchar a Tucumán a reparar una serie de
escuelas rurales que se encontraban en muy mal estado.
Hacia fines del mes ya estaban
finalizando sus tareas.
Mientras tanto, el ERP, planeaba
sorprender al Ejército en su día, el 29 de mayo, con un ataque al Puesto
Comando Táctico de la Fuerza de Tareas allí desplegada y la toma de la
localidad de Famaillá.
Para ello se organizó a 117
hombres uniformados y 50 de particular para acciones de apoyo.
La Compañía de Monte Ramón Rosa
Giménez ubicó su Zona de Reunión en la
Finca Sorteis, a unos 18 km de Famaillá, previa privación ilegítima de la
libertad de dueños y obreros de la finca.
El Plan tenía varias fases:
- Se fusilaría a todos los Oficiales y Suboficiales;
- Se “apresaría” al Comandante, General Vilas, para canjearlo luego;
- Se licenciaría a los Soldados, previa captura del armamento;
- Se liberaría a los detenidos y
- Se anunciaría al mundo la victoria.
Formada la columna de vehículos
avanzaron por la Ruta Provincial 99, con sus 117 combatientes, hacia Famaillá…
…caerían por sorpresa y por la
espalda… (a traición, fieles a un estilo)
…jamás pensaron en enfrentarse
con lo que ellos supusieron “un retén
militar”…
…jamás imaginaron que allí habría
Ingenieros Salteños, bravos herederos del General Don Martín Miguel de
Güemes!!!
Con ustedes… LA HISTORIA.
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