A continuación
reproducimos la carta del señor padre de la señora Cecilia Pando de Mercado, enviada
al diario Clarín en respuesta al artículo publicado titulado “PANDO
VERSUS BARCELONA”.
Cómo lo hiciéramos oportunamente
nos solidarizamos con nuestra amiga la señora Pando de Mercado, no hay que
confundir “libertad” con “libertinaje”, en la contratapa de la revista
Barcelona publicada el 10 de agosto de 2013 claramente la revista se
extralimitó y no midió consecuencias sobre la familia de la persona ofendida.
Sinceramente,
Pacificación
Nacional Definitiva
Por
una Nueva Década en Paz y para Siempre
Señor Director:
Me tomo el
atrevimiento, como padre de la Señora Cecilia Pando de Mercado, para realizar
algunas consideraciones respecto al debate planteado por el abogado de la
Revista Barcelona, por el juicio en el que fallara la justicia en favor de mi
hija.
Ante todo, quiero
dejar aclarado, que la si mencionada Revista hubiese reconocido públicamente la
ofensa infligida, "ante ofensa
pública, reparación pública", mi hija no hubiera realizado la denuncia
ante la justicia.
La libertad de
expresión, que tanto se plantea, no es libertad para ofender, ya que el derecho
de expresión es un derecho absoluto pero va unido a otros derechos como son el
de respetar a los demás.
El artículo 14 de
nuestra Constitución Nacional ampara a todo ciudadano, sin distinción, de raza,
sexo o condición social de peticionar ante las autoridades.
Derecho que tiene
cualquier ciudadano de plantear inquietudes y/o reclamos a sus funcionarios,
llámese Presidente, Ministro o Secretario y/o a todos aquellos que ocupen
cargos gubernamentales en la búsqueda adecuada, al caso, para obtener la
solución de lo que consideran un problema.
Es un derecho del
ciudadano peticionar a las autoridades, con nombre y apellido, sin anonimatos,
por correspondencia, verbalmente o encadenados, en toda la República Argentina.
Este hecho no hace a
quien o quienes lo ejerzan personas públicas o notorias, ni le da otros
derechos, calidades o cualidades que las de un ciudadano común.
¿Acaso nos hace
públicos a los ciudadanos que portemos un cartel reclamando por una mejora a
los jubilados, reclamos para que la justicia castigue, dentro derecho, los
actos de corrupción, las coimas el robo al Estado?
Me llama
poderosamente la atención que el abogado de la Revista Barcelona, manifieste
que mi hija "hizo un ejercicio del
derecho a la libertad de expresión en la forma más pura y dura",
mientras la Revista pone en los kioscos de la Ciudad de Buenos Aires a la vista
de todo el mundo, una publicación con una foto trucada con su rostro y el cuerpo
desnudo de una mujer, naturalmente no es el suyo, encadenada, en aras de la
sátira o libertad de expresión.
Mujer, esposa y madre
de siete hijos, muchos de ellos menores, con padres y nueve hermanos, que ante
tamaño atropello tuvimos que salir a dar explicaciones o aclarar lo
inexplicable.
El colmo del ideólogo
que armó la contratapa, donde aparece, en frase destacada, acerca de Cecilia
Pando el mandato, "apropiate de esta
bebota", desgraciado título, machista, de quien con seguridad se cree
que cualquiera puede ser dueño de una cosa llamada mujer, olvidando esa frase
que Gracias a Dios se ha hecho pública
en los Argentinos y se ejerce: "NI
UNA MENOS".
A lo mejor dentro de
la editorial, alguien piensa o imagina, que lo de "ni una menos" abarca exclusivamente el solo hecho de castigar, dañar físicamente
a una mujer o matarla, ignorando que existe el llamado abuso moral y/o sexual,
ni una menos ni en fotos.
Me atreví a contestar
esta nota, porque nos toca muy particularmente, y por haber presenciado el
llanto de mis nietos, de verlos asombrados
y angustiados por tener que dar explicaciones a sus compañeros de
Colegio, y el colmo abandonar la docencia a mi hija, por respetos humanos, de
los que no gozó la revista cuando confundió sátira, con ofensa y sarcasmo.
Y a propósito de los
más chicos de la familia, pienso que se les ha escapado a la redacción de la
Revista Barcelona los daños colaterales producidos en los hijos menores, o sea
la falta de información acerca de los derechos del niño, donde se proclama
particularmente la protección de los mismos, "el niño, por su falta de madurez, física y mental necesita protección y cuidados especiales,
incluso la debida protección legal..."
¿Qué estaba pasando
por la mente de los que escribieron y diagramaron la contratapa de la Revista
Barcelona, cuando publicaron algo tan
difamante confundiendo, sátira, comicidad con inmoralidad?
Seguramente no
midieron otros daños producidos, pensando en Cecilia Pando, no como una mujer,
sino una cosa, vergonzante, despiadado, a quienes tenían que denigrar.
Cecilia Pando no
nació por generación expontánea y la rodean sus padres, su esposo y sus hijos,
en los que uds. no midieron las consecuencias.
Leer, que un hombre
del derecho, manifieste que los ampara la libertad de expresión, para que
Barcelona publique lo que se les ocurre, realmente me asombra.
Cordialmente
José Vicente Pando
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