"No somos
eternos. No nos queda otra que ser intensos.
Sólo aquellos que se atreven a ir demasiado lejos
pueden descubrir qué tan lejos pueden llegar". T. S. Elliot
Sólo aquellos que se atreven a ir demasiado lejos
pueden descubrir qué tan lejos pueden llegar". T. S. Elliot
Espero que usted haya
podido vivir un feliz Día de la Patria. Desde ya, no ha sido así en las
cárceles donde se pudren, en una triste y doliente vida, casi dos mil soldados
y civiles que se convirtieron en los grandes telones detrás de los cuales el
kirchnerismo logró esconder, durante doce años y medio, la más abyecta
corrupción que ha visto nuestra historia, incluyendo el monumental negociado
realizado con los derechos humanos y con
las indemnizaciones a los terroristas; tampoco lo fue, pese a la cristiana
resignación que las arropa, para las familias de los casi cuatrocientos que ya
han muerto en cautiverio. Este es un tema en el cual -pese a que depende de los
jueces, verdaderos asesinos togados- el Gobierno está en deuda y debiera
encarar con urgencia.
Pero, en una innoble
comparación, seguramente hay muchos otros hogares donde el cumpleaños de la
Argentina no habrá sido festejado con alegría; en las mansiones de Cristina
Elizabet Fernández, Julio de Vido, Anímal Fernández, José López, Ricardo Jaime,
Lázaro Báez, Cristóbal López y muchísimos otros, dudo que se haya servido el
tradicional chocolate mañanero. Me pregunto cómo habrán celebrado en la casa
del Gral. Milani, desaparecido de los títulares, tan absurda e
inexplicablemente enriquecido durante la década relatada, y tan inmune a los
padecimientos de sus camaradas.
La semana que pasó
estuvo signada, a mi modo de ver, por dos hechos políticos de magnitud: el
regreso de la emperatriz de Calafate y las explosivas denuncias de Lilita
Carrió contra el Jefe de Policía de la Provincia de Buenos Aires, Comisario
Pablo Bressi, a quien imputa otorgar protección al narcotráfico y ser uno de
los responsables de su crecimiento exponencial.
Cuando vi la salida
de Cristina de Comodoro Py, donde había concurrido para la escasamente épica
tarea de notificarse del embargo que le trabara el Juez Bonadío, percibí
claramente a qué ha quedado reducido el ¿Frente para la Qué?, cuya fortaleza
permitió disciplinar a propios y a extraños hasta hace no más de siete meses.
No solo pudieron contarse con los dedos de una mano los "dirigentes" que la acompañaron, sino que la presencia de
la "militancia", carente ahora de los recursos del Estado destinados
a movilizarla durante el apogeo de su régimen, se vio muy desflecada y sus
líderes no consiguieron reunir más de dos mil personas; lo mismo se notó en la
puerta de su departamento de Uruguay y Juncal, cuando un dron desnudó lo flaco
de la convocatoria. Ante la constatación de la pérdida de popularidad, causada
sin dudas por el revoleo de valijas de José López y los fajos de dinero
contados en La Rosadita, la ex Presidente optó prudentemente por volverse a
Santa Cruz, donde esperará en soledad los próximos embates judiciales.
Lamentablemente, la
medida cautelar no alcanzará a la fortuna que la familia Kirchner tiene
depositada en otras latitudes. Hay rumores que hablan de cuentas en Chile
(Banco Edwards), las Seychelles, las islas del Canal de la Mancha,
Liechtestein, Luxemburgo y hasta en el
IOR vaticano, de diamantes en cantidades dignas de monarcas árabes y, por
supuesto, a paquetes siderales de dinero en efectivo, enterrado en bóvedas y
sepulcros patagónicos.
No estaría de más
recordarle a Cristina que, el año próximo, le resultará aún más difícil
desplazarse por el mundo o mover su dinero por el acuerdo al que han llegado
muchísimos países para perseguir el terrorismo, el narcotráfico y la
corrupción, temas a los cuales estará especialmente vinculada si, además de sus
problemas actuales, la causa por la denuncia del asesinado Fiscal Nisman se
reabre. O que, si sigue manteniendo los billetes deteriorándose en lugares
húmedos, sólo se beneficiarán la Reserva Federal y el Banco Central europeo.
Lilita continúa
ejerciendo el papel de censor, fundamental para la sociedad. La comprobación de
la veracidad de muchas de sus denuncias la ha hecho recuperar un prestigio que,
en los años de bonanza que el kirchnerismo dibujó, el país hipócrita le había negado.
Además de destacar el enorme coraje personal que la Diputada ha exhibido todos
estos años, hay en ella otra virtud: cuando no castiga a un área del gobierno
de turno, ésta adquiere, de algún modo, un certificado de honestidad y
transparencia.
Ignoro qué pruebas
tiene hoy Carrió para sostener una pelea tan desigual contra el jefe de la
tropa más numerosa y más violenta del país, pero estoy seguro de que sólo
pretende ayudar a la Gobernadora en su misión de corregir el rumbo que, de no
alterarse inmediatamente, nos convertirá en un país como México, o como fue
Colombia, en los cuales la lucha por los mercados y por las rutas de la droga
han costado decenas de miles de víctimas. El kirchnerismo, socio de los grandes
carteles, facilitó la creación de un enorme mercado interno, al cual debe
agregarse el tránsito hacia otros destinos (hoy somos uno de los mayores
exportadores de cocaína) y, con ello, permitió la generación de gigantescas
riquezas en efectivo, que sirven para comprar las voluntades de funcionarios
políticos, judiciales y policiales, siempre mal pagos.
Cuando el Proceso
incorporó a la Policía bonaerense al accionar contra la guerrilla, y le
permitió actuar a su antojo, debió tolerar una enorme cantidad de abusos y
delitos, que la fuerza transformó en un modus operandi permanente; y cuando las
estrecheces presupuestarias sólo permitían pagar los sueldos de los
uniformados, éstos buscaron otras formas de financiación, siempre delictuales.
Desde la tradicional protección al juego clandestino y a la prostitución, que
viene desde los inicios del siglo pasado, la voracidad hizo que encontrara
nuevos campos de acción en esa colaboración con el narcotráfico y,
contemporáneamente, en la industria de los secuestros extorsivos.
La ciclópea lucha contra
las mafias enquistadas en la Policía de la Provincia de Buenos Aires no ha
hecho más que comenzar, y María Eugenia Vidal ya ha sufrido aprietes y amenazas
de todo tipo. No sólo hubo avisos, como la intrusiones a su despacho o a la
casa de un ministro sino graves episodios, como el que se produjo en Ituzaingó,
donde quedó demostrado el desgano en la actuación policial. En el bando
confesadamente desestabilizador forman delincuentes como D'Elía y Esteche,
Mariotto y Boudou, Ferraresi y Mussi, y organizaciones como Barrios de Pie,
dispuesta a generar disturbios y saqueos. El Gobierno nacional debe brindar
todo su apoyo, en inteligencia y en fuerzas de seguridad incontaminadas, para
proteger a una de sus mejores figuras.
Pese a todo, levanto
mi copa por la Argentina, mi país, deseando que cuando mis bis y tataranietos
festejen su tercer centenario, haya alcanzado el rol protagónico que nuestros
próceres le imaginaron.
Bs.As., 10 Jul 16
Enrique Guillermo
Avogadro
Abogado
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
E.mail: ega1avogadro@gmail.com
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