Dejar atrás la
denigración de nuestras Fuerzas Armadas y volver a la normalidad, al festejo
lógico y razonable, al homenaje sin personalismos, a la bandera nacional en
lugar de los trapos rojos y militantes, a la gente convocada sin "choripanes" ni micros donde
se las arriaba como vacas, a la militancia rentada. Volver a ser un país, a
tener un gobierno -con aciertos y desaciertos- pero con respeto, educación y
capacidad de rectificación, volver al intento y a los sueños... En tiempo dirá
si se concretan o no. Volver a ver gente emocionada, escarapelas en las
solapas, en definitiva gente sin miedo disfrutando de ser "pueblo". Volver a ver uniformes, los mismos que dieron
origen y fundaron la Patria y lamentar, claro está, que aún haya vestigios de
falsos "derechos", de
justicia entendida como venganza confundiendo terrorismo con idealismo y presos
políticos con asesinos... Volver, de a poquito, a la Argentina que sin planes
ni clientelismo, sino con honor y esfuerzo intentaron forjar nuestros
ancestros. Solo eso ya merece orgullo y festejo.
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