El señor presidente Macri dijo hace un par de días: "para
mucha gente, un día, una semana puede ser una vida". Fue en el
marco de la presentación de "datos abiertos de la Justicia" y se
refería a los tiempos de ésta.
No pudieron llegar en
mejor momento sus palabras. El preso político señor Capitán de Navío (R.E.)
Daniel Eduardo Robelo se encuentra en estos momentos en estado crítico, en coma
inducido internado en el Hospital Naval.
Fue una semana
completa la que lo tuvieron a fuerza de Buscapina para tratar el dolor de una
obstrucción intestinal grave.
Sabemos que la
Buscapina tapa los síntomas pero no el problema de fondo que tenía. El preso
político debió haber sido llevado a un hospital de verdad.
En su lugar, cuando
ya su situación era insostenible, lo trasladaron al Hospital de utilería
denominado pomposamente "Hospital
Penitenciario Central". Afortunadamente algún médico consciente que todavía
existen, lo derivó sin preguntar a los jueces al Hospital Naval en donde lo
operaron de inmediato, descubriendo que tenía estallido y necrosis de dos metros de intestino que le
fueron extirpados.
Los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de la Ciudad de Mar del Plata Néstor Rubén Parra y Mario Alberto Portela, responsables de
esta felonía, salieron a autorizar el traslado rápidamente. Ni que hubiera
necesidad, ya el Servicio Penitenciario Federal lo había hecho sin consultar,
tal vez, previendo una negativa.
En la misma
resolución, los jueces Parra y Portela
conceden la domiciliaria y, de paso, autorizan a la familia a disponer del
cuerpo por si se produce el deceso durante un día feriado. Están en la onda
ecológica y ahorran papel.
El Poder Judicial
está absolutamente fuera de control, respecto de los otros poderes y hasta de
la realidad. El resto de los poderes del Estado ¿seguirá lavándose las manos
ante estos desmanes?
Para
algunas personas, un día, una semana pueden ser una vida.
Minuto 12,29 de este video.
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