Tal
vez atentados como este obliguen a reescribir la historia, como pidió hace poco
Horacio González, y ponga las cosas en su lugar: no fueron jóvenes idealistas,
fueron asesinos fríos y despiadados. Se transformaron en una máquina fría de
matar como deliraba el pseudo héroe idolatrado en miles de remeras que usan
jóvenes ignorantes útiles que desconocen la verdadera historia, no se puede
hacer valoración positiva de la guerrilla de los 70”
HACE 40 AÑOS, MONTONEROS ASESINABA AL EMPRESARIO
FRANCISCO SOLDATI EN UN BRUTAL ATENTADO, A POCAS CUADRAS DEL OBELISCO
“Ellos jamás pidieron disculpas por el asesinato
de mi padre y de tantos civiles”, dice su hijo
Santiago. Todos estos años, la familia lo homenajeó en silencio. Pero esta vez
quieren al menos llamar la atención sobre el largo tiempo transcurrido -4
décadas- sin siquiera un reconocimiento a su condición de víctima
Por
Claudia Peiró
10
de noviembre de 2019
El atentado contra Francisco Soldati, en pleno centro porteño, el 13 de noviembre de 1979 |
Santiago
Soldati tenía 36 años cuando su padre, Francisco, fue asesinado por los
Montoneros en el trayecto entre su casa y la oficina, en pleno centro de la
Capital.
El
atentado, de gran espectacularidad y violencia, se dio en el marco de la
llamada Contraofensiva Montonera, lanzada por Mario Firmenich y otros jefes
guerrilleros desde el exterior, y que consistía en una serie de operaciones
militares impactantes llevadas a cabo por miembros de la organización que
ingresaron clandestinamente al país desde el exilio.
No
era la primera vez que la familia Soldati estaba en la mira de la guerrilla.
"A mí me habían secuestrado en el 73 -recordó
Santiago Soldati en charla telefónica con Infobae-, y mi padre tuvo que pagar
rescate para que me liberaran una semana después. Eso sucedió el 29 de abril de
1973”. Poco después, también su padre,
Francisco Soldati, fue víctima de un secuestro, pero algo falló en el operativo
de traslado a un escondite o “cárcel del
pueblo” y el empresario fue liberado.
El empresario Santiago Soldati. Su padre, Francisco Soldati, fue asesinado por los Montoneros hace 40 años |
Pese
a todo, Francisco Soldati, que a los 71 años seguía activo al frente de su
empresa, la Sociedad Comercial del Plata, tenía por toda custodia a un policía
federal como chofer: era el cabo 1° Ricardo Durán, que también moriría en el
atentado, un mes antes del nacimiento de su hijo.
Cómo fue el ataque
Aquella
mañana fatídica del 13 de noviembre de 1979, a las 10:40, el Torino que
trasladaba a Francisco Soldati fue encerrado primero por un Peugeot 504 y luego
embestido por una camioneta pick up Ford. Todo había sido cuidadosamente
estudiado y planificado.
En
los días inmediatamente anteriores, los comandos montoneros habían fallado en
dos atentados destinados a matar a dos funcionarios de Hacienda, Guillermo
Walter Klein y Juan Aleman, que salieron ilesos de sendos ataques guerrilleros.
Esta
vez, el comando que intervino estaba decidido a no fallar, pese al escenario
elegido para el atentado: en pleno centro porteño a pocas cuadras del Obelisco,
sobre la calle Cerrito entre Arenales y Santa Fe.
El empresario Francisco Soldati. El 13 de noviembre se cumplen 40 años de su asesinato por Montoneros |
El
empresario Francisco Soldati vivía con su familia en Cerrito 1364, y todos los
días era llevado por su chofer a su oficina en la Sociedad Comercial Del Plata.
Un trayecto breve, hasta la sede de la empresa, en el Bajo.
De
acuerdo al detallado relato del atentado reconstruido por Marcelo Larraquy en
el libro Fuimos Soldados. Historia secreta de la Contraofensiva montonera, doce
personas en total participaron del operativo guerrillero. Los movimientos y el
desplazamiento del empresario habían sido cuidadosamente estudiados para
organizar el ataque.
Soldati
no era funcionario, pero tenía vínculos empresariales con José Alfredo Martínez
de Hoz, por entonces ministro de Economía de la dictadura.
La referencia a la ola de atentados en la edición de la revista Somos |
Inmovilizado
el vehículo de Francisco Soldati en la calle Cerrito, tres montoneros armados
con fusiles AK47 y ametralladoras UZI saltaron de la camioneta y abrieron fuego
contra el Torino, dos desde adelante y un tercero desde la puerta trasera
derecha, matando al empresario y a su chofer custodio.
Una
segunda fase de la operación consistía en colocar una poderosa bomba de retardo
debajo del vehículo donde yacían muertos el empresario y su chofer. El objetivo
era que explotara 20 minutos después, cuando los atacantes calculaban que
efectivos de la policía o funcionarios podrían acercarse al lugar. Pero la
integrante del grupo que debía colocar la bomba debajo del Torino trastabilló
al descender de la pickup y el artefacto explotó provocando una detonación que
lanzó con violencia clavos y otros proyectiles hasta un radio de 50 metros.
También, siempre según el relato de Larraquy, esparció volantes que decían: “A Martínez de Hoz y sus personeros los
revientan los Montoneros”.
El
Torino se incendió y la columna de fuego y humo se elevó a diez metros de
altura.
Desde
la ventana de una habitación del Hotel Embajador, un hombre contemplaba el
desarrollo del atentado contra Soldati. Era el jefe de toda la operación, Raúl
Yager, miembro de la conducción de Montoneros.
El Torino de Soldati y la camioneta Ford, incendiados en el lugar del atentado |
Este
atentado fue uno de los hechos por los cuales Firmenich fue juzgado durante la
gestión de Raúl Alfonsín. Más tarde vinieron los indultos de Carlos Menem que
beneficiaron por igual a los jefes guerrilleros y a los militares.
Pero
cuando en la era kirchnerista se reabrieron los juicios, los indultos a los
montoneros no fueron revisados. “Me da
bronca, a uno le toca muy de cerca todo esto -dice Santiago Soldati-. A los
militares los metieron presos de nuevo”.
Cuando
se le pregunta a Soldati qué siente hoy respecto al asesinato de su padre, dice
que le habría gustado “que hubiera
justicia”. Su madre había muerto un par de años antes del atentado. “Afortunadamente”, dice, ya que eso le
ahorró el dolor de la muerte violenta de su esposo.
Todos
los años, los Soldati recuerdan a su padre con una misa, en la intimidad. Con
amigos y familiares. Este año será igual. “No
queremos publicidad”, afirma.
“A mi padre lo honramos nosotros, pero lo
importante es que los montoneros no se hagan los chicos bien, porque mataron a
mucha gente”, agrega.
Francisco Soldati. Su familia lo homenajea todos los años en la intimidad |
Santiago
Soldati también participa de algunas actividades organizadas por el Celtyv
(Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus víctimas), en particular,
la misa que realizan mensualmente, por los caídos de cada mes.
Nunca
miembro alguno de la organización Montoneros les hizo llegar algún tipo de
pedido de disculpas a los deudos de Francisco Soldati. “Nunca dijeron nada de todos los civiles que mataron, de todos, no solo
de mi padre”, dice Santiago Soldati.
Luego
de la reapertura de los juicios contra los militares por las violaciones de los
derechos humanos, se profundizó una visión angélica de los crímenes de la
guerrilla que en algunos casos llevó a la justificación e incluso a la
apología.
Y,
desde el Estado, se vetó todo reconocimiento a la condición de víctimas de las
personas asesinadas por la guerrilla.
Francisco
Soldati está sepultado en San Miguel del Monte, el pueblo al que la familia va
todos los fines de semana. Este sábado, Santiago Soldati llevó flores a la
tumba de su padre, en un anticipado homenaje personal por el nuevo aniversario
del atentado que se cobró su vida, el 13 de noviembre de 1979.
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