ACTUALIZACIÓN
DE LA PETICIÓN
IMPOSIBILIDAD DE DEFENSA JURÍDICA
Roberto José Rosales
Villa Rosa Pilar, Argentina
13 DE FEB. DE 2020
A él no le gusta ser reconocido como un héroe,
habiéndome honrado con esa amistad y ser un camarada de armas… me tomaré la
licencia de llamarlo: “Mi amigo el Tcnl (R) Nani es un héroe de 2
guerras”, se destacó en la Guerra de Malvinas fue herido dos veces. Lo
condecoraron con la Medalla del Ejército Argentino al Herido en Combate y
la Medalla a los Combatientes. En 1988 participó en las acciones de
recuperación del cuartel de La Tablada, en 1989. En dichas acciones tuvo una
herida grave en el rostro, por la cual utiliza un parche en un ojo. Recibió
la Medalla al Herido en Combate[1].
Foto de Archivo 2017 |
Roberto
José RosalesPD:
disculpen lo extenso de la actualización, pero la mismo no tendría sentido sin
leer la carta del Tcnl Emilio Guillermo Nani y más en estos tiempos en los que
la señora vicepresidente de la Nación habla del ADN de las Mafias Italianas.
______________________________________________
IMPOSIBILIDAD
DE DEFENSA JURÍDICA
31
de marzo de 2017Por
Emilio Guillermo Nani
Estimados
amigos:
Antes
que nada, quiero agradecerles todas las expresiones de apoyo y solidaridad,
tanto para mi familia como para mí.
Quiero
avisarles que el 21 de Febrero comienza mi juicio oral (si es que se lo puede
llamar juicio).
Lo
que les reenvío, es parte de lo que escribí estando en la cárcel, pero como
mantiene total actualidad, me sirve para intentar despertar algún tipo de
inquietud.
No
quiero pecar de ingrato ante tantos mensajes recibidos, pero luego de casi tres
años de encontrarme ilegalmente encarcelado y más de 14 años de asistir a los
más de 2200 presos políticos (545[2] de ellos asesinados en el marco
de un verdadero plan criminal de exterminio diseñado por la corporación
político judicial argentina), tan ilegalmente privados de su libertad como yo,
y no ver ningún tipo de reacción ante tales crímenes, me veo en la obligación
de expresarles que, si la sociedad de la que son parte, continúa haciéndose la
distraída ante las atrocidades que vienen cometiendo, tanto los políticos, como
los integrantes del aparato judicial (sean éstos “legítimos” o “ilegítimos”),
un futuro negro puedo augurarles para toda nuestra descendencia.
Si
los argentinos permanecen en su actitud de no asumir el rol de compromiso, por
creer que con ellos no es ni será la cosa, haciendo gala del “yo,...
argentino” que tan tristemente nos caracteriza, en estos tiempos
turbulentos que vive en nuestra Patria, en los que se ha permitido que un
pequeño grupo de canallas hayan arrasado con todos los Valores que nos dieron
nuestra identidad, habiéndola predestinado para un destino de grandeza muy
diferente a la atroz realidad de este presente, en el que se ha destruido la
Familia, nos han alejado de Dios, día a día nos modifican la Historia, se
arrasa con cuanta institución existe, incluido el Estado de Derecho, no deberán
lamentarse de las consecuencias, que sin lugar a dudas, caerán sobre todos
nosotros y, muy especialmente, sobre nuestros hijos y nietos, que se merecen un
futuro mejor que este triste presente.
En
el transcurso del tiempo que llevo detenido, he recibido cientos de mensajes de
todo tipo a través de cartas, correos electrónicos y de cuanta red social
existe Facebook, Whatsapp, Twitter, Instagram, etc.), en los que se me insta a
“no bajar los brazos”, “no aflojar”, “no decaer”, porque “son muchos los que
están de nuestro lado” y que “no van a permitir que continúen las injusticias
que estamos padeciendo”.
Otros,
más exagerados, me califican de “héroe”, escandalizándose porque se haya
cometido semejante tropelía con alguien “que ha dado tanto por la Patria y por
todos los argentinos”.
A
todos vaya mi eterna gratitud por semejantes palabras de elogio y apoyo
solidario. Pero, corriendo el riesgo de parecer desagradecido, debo decirles
que los presos políticos estamos un poco cansado de palabras que no tengan su
correlato en la acción. Las palabras no nos van a sacar de la cárcel, como
tampoco lo van a hacer las visitas que semanalmente nos hacen los amigos, si
cuando están en la calle siguen inmersos en sus cosas, sean éstas problemas,
trabajo o esparcimiento.
Hace
años que venimos alertando sobre la corrupción político-judicial. Hace años que
se habla de las “mafias judiciales”. Todo el mundo conoce la catadura moral de
la inmensa mayoría de quienes integran el fuero federal penal. Todos los días
los medios de comunicación publican sus tropelías, encubrimientos, “descuidos”
y “sobreseimientos” de funcionarios corruptos, sin que a la sociedad se le
mueva un solo pelo, tal vez porque a sus integrantes, todavía, nadie les haya
ido a “golpear la puerta de su casa”.
Todos
los días leemos o escuchamos a los comunicadores sociales “informarnos” de un
sinnúmero de las iniquidades cometidas por políticos, empresarios, jueces y
fiscales, y no vemos reacción alguna por parte de la sociedad, que permanece
expectante como si con ella no fuera la cosa.
Sin
ir más lejos, en la noche del 23 de Julio de 2017, Luis Majul, envalentonado
porque sabe que la destinataria de sus preguntas jamás se va a someter a las
mismas, manifestó que le gustaría tener enfrente a la ex presidente para
interpelarla respecto de un sinnúmero de interrogantes que fue desarrollando
uno a uno, relacionados con los hechos de corrupción que son conocidos hasta el
hartazgo por todos los argentinos que aguardamos con ansias que algún Juez, con
los atributos bien puestos, decida procesarla como jefa de una verdadera
asociación ilícita organizada para el saqueo de cuanta caja haya existido en el
Estado, impidiendo que esos recursos tuvieran el destino correspondiente en
áreas, como por ejemplo los de salud y la seguridad, cuya depredación, ha
provocado ha provocado la muerte de miles y miles de argentinos, generando el
mayor genocidio de toda nuestra historia, algo que ningún periodista, ni
político “opositor” (???) se atreve a mencionar en estos términos.
El
error de Majul radica en la destinataria del cuestionario. Esas preguntas
deberían ser dirigidas al gobierno de Cambiemos (o “Continuemos”) y a los
jueces del fuero federal penal que siguen sin encontrar motivo alguno para
impulsar las causas que todos los argentinos anhelamos contra aquéllos que han
vaciado la Argentina, sumiéndola en el estado de decadencia y pobreza al que
nos han traído. Eso sí, basándose en “presunciones”, o con testimonios y
testigos a todas luces falaces, siempre encuentran tiempo para continuar
enfrascados en seguir raspando el fondo del tarro para encontrar nuevos
candidatos para privar de su libertad a quienes no dudaron un instante en poner
en riesgo sus vidas y las de sus familias, aseguramos la libertad de la que,
hasta el día de hoy, disfrutan todos los argentinos, porque impedimos que el
proyecto comunista de las organizaciones terroristas que asolaron nuestra
Patria en las décadas del ’60, ’70 y ’80 (incluido el año 1989 en que el
Movimiento Todos por la Patria, con la complicidad del gobierno de Raúl
Alfonsin, nos diera el último zarpazo en su anhelo de toma del poder), lograra
su objetivo de “convertir la Cordillera de los Andes en una gran Sierra
Maestra” y a nuestro país en una sanguinaria tiranía, liberándonos de los
padecimientos de los pueblos cubano, chino, europeos del este (bajo la bota
soviética), vietnamita, camboyano, colombiano o venezolano.
La
Argentina debe ser uno de los pocos países que encarcela a quienes le
aseguraron la libertad y premia a quienes quisieron conculcarla. ¡¡¡Qué triste
es ver cómo el pueblo argentino ha olvidado a sus libertadores, permitiendo que
quienes pretendieron conculcarles el derecho a ser libres, hoy disfruten del
beneplácito del reconocimiento social!!!
Estos
casi tres meses de encierro me han permitido reflexionar con mucha
tranquilidad, dado que lo que me ha sobrado es el tiempo para hacerlo.
Como
ya les dijera, corriendo el riesgo de parecerles ingrato, los miles de mensajes
que he recibido, además de ser una caricia para el alma, porque me han
permitido mostrarles a mis nietos que no he sido un delincuente, ni un
homicida, como el juez me ha enrostrado, también me han demostrado lo solos que
estamos los presos políticos (lo que debe leerse como “los libertadores”, dado
que jamás debieron olvidarse que fue gracias al sacrificio de los integrantes
de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales y Penitenciarias y civiles y
los de sus familias, que hoy los argentinos viven en libertad, sin haber
sufrido los padecimientos de los pueblos que cayeron bajo las garras del
comunismo, en todas sus variantes).
¿Y por qué digo que estamos
solos?
Estamos
solos porque todos que se vieron beneficiados por nuestro compromiso con la
Patria, cumpliendo con nuestro juramento de “defenderla hasta perder la vida”,
hoy tienen el coraje de despreciarnos o, lo que es mucho peor, matarnos con su
indiferencia, cuando no, adulando a conocidos terroristas que pueblan
gobiernos, legislaturas, tribunales, credos, empresas o medios de comunicación.
Para
unos, somos “el demonio”, para
otros, somos uno de “los dos demonios”
(el otro son los terroristas), mientras tanto, los otros “nueve demonios”, cual purificados en una especie de Río Jordán,
hacen como que con ellos no hubiera sido la cosa.
En
otro artículo, publicado días antes de ser secuestrado por el aparato
político-judicial, al que titulé “Desazón y bronca”, expresé lo que transcribo
a continuación porque me ayuda a lo que quiero plasmar en este escrito:
El oportunismo de muchos, causa
escalofríos.
A
diario escuchamos o leemos relatos que hacen referencia a la “teoría de los dos demonios” y, ante
ello no son pocos los que se rasgan las vestiduras con expresiones rimbombantes
y políticamente correctas, descargando las responsabilidades de la tragedia
argentina de los ’70, exclusivamente, en aquéllos que quisieron imponer en
nuestro país un régimen totalitario de signo comunista, sea castro-guevarista,
colombiano, venezolano, socialista, vietnamita, chinoista, soviético, camboyano
o como quieran denominarlo, o en quienes, ante el clamor popular, tuvimos la
responsabilidad de impedirlo.
Los otros demonios
(políticos, jueces y fiscales, empresarios, sindicalistas, religiosos,
periodistas, intelectuales, docentes y la propia sociedad argentina, ingrata,
anestesiada, adormecida e indiferente) que apoyaron, tanto a terroristas, como
a quienes los combatimos -sea por convicción, oportunismo o cobardía- hoy, sin
ningún tipo de pudor, reivindican a quienes atacaron a la Nación y condenan a
los que, con sus aciertos y errores, nos dieron la libertad que hoy gozamos,
evitándonos, entre otras cosas, los padecimientos de los pueblos citados en el
párrafo anterior.
Triste
país aquel que aplaude a quienes lo atacaron y encarcela a sus libertadores.
Más triste aún es cuando los derrotados de ayer y sus apologistas, masivamente
ocupan espacios en los medios de comunicación desde los cuales se encargan de
tergiversar u ocultar escandalosamente la verdad, cacareando su supuesta lucha
por encontrarla.
Estos
años de encierro y aislamiento me han servido para sacar algunas conclusiones.
La más importante de todas es la de la
imposibilidad absoluta de poder ejercer mi legítimo derecho a mi defensa
jurídica habida cuenta de la inexistencia de las mínimas garantías
constitucionales y procesales, tal como le expresara al Nuncio Apostólico,
Mons. Emil Paul Scherring (que por otro lado jamás se tomó el trabajo de
emitir, aunque más no fuera, una tibia respuesta) al solicitar mi asilo
diplomático en la Nunciatura por su doble función o misión de ser la sede del
Estado Vaticano y de la Iglesia Católica Romana.
En
mi nota al Nuncio expresé que la experiencia que he recogido a lo largo de casi
14 años, en los que si algo ha caracterizado a la Justicia, es su poco apego al
Derecho y sí demasiado a la prevaricación, violentando
cuanta norma legal existe, incluido el Artículo 18 de nuestra Constitución
Nacional (adjunto el listado de las normas violentadas), para consumar una
larga sed de venganza contra quienes hemos tenido la responsabilidad de
participar en la guerra contrarrevolucionaria.
Luego
de leer y releer, una y otra vez, las dos causas que me abrió el Juez Federal
Penal Nro. 1 y 3 de Mar del Plata, Santiago Inchausti, aprovechando la
circunstancia de estar a cargo de dos Juzgados Federales Penales, sugestivamente,
y luego de más de 14 años del reinicio de la persecución penal contra los
miembros de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales, Penitenciarias y
civiles, por su participación en la guerra contraterrorista, basándose en
presunciones, por el mero hecho de haber estado destinado en el Grupo de
Artillería de Defensa Aérea 601 con asiento en Mar del Plata; de haberme
desempeñado en determinados cargos y por haber obtenido altas calificaciones en
el cumplimiento de mis responsabilidades, haciendo uso y abuso del condicional
y de términos inexistentes en nuestro vocabulario como por ejemplo
“presuncionalmente”, resolvió dictarme dos prisiones preventivas (una en cada
uno de los juzgados bajo su cargo), trabándome embargos por un total de $ 5.000.000
(cinco millones de pesos).
Ante
este tétrico panorama, voy a transcribir los argumentos que esgrimí para
solicitar mi asilo diplomático, por cuanto me evitan dar mayores fundamentos a
mi imposibilidad de ejercer mi defensa jurídica:
Lo
que relataré a continuación, son algunos de los aspectos por los cuales tengo
la total convicción de la ausencia absoluta de garantías procesales y
constitucionales en la Argentina, en causas judiciales, como las que ahora se
me pretende enrostrar:
1.
En estos días se ha llevado a cabo una reunión encabezada por las
organizaciones ultrakirchneristas Carta Abierta y Justicia Legítima. Dicha
reunión estuvo dirigida por el terrorista montonero Horacio González, ex
Director de la Biblioteca Nacional durante el gobierno anterior. Este embrión
de un nuevo espacio político-cultural alineado al kirchnerismo, tiene como
objetivo inmediato acompañar el creciente estado de movilización y convulsión
social existentes en el país, para lanzar una “batalla cultural” contra el
gobierno, fomentando su desestabilización y caída. Es decir que, como en los
’70, los sectores vinculados a las otrora organizaciones terroristas, han
cambiado la metodología, pero no sus ambiciones de toma del poder, por fuera de
las normas republicanas establecidas en nuestro país. “Justicia Legítima” es
una organización de jueces y fiscales de reconocida militancia política que
entienden en causas denominadas de “lesa humanidad”, que son los que pretenden
juzgarme. ¿Ud. cree posible un juicio
justo con personas de tales características?
2.
Por disposición del gobierno nacional se ha emitido una estampilla para rendir
homenaje al cumplirse 50 años de la muerte de uno de los mayores carniceros
latinoamericanos, Ernesto Guevara de la Serna (a) El Ché y, nada menos que en
la Biblioteca Nacional, se ha rendido homenaje al terrorista montonero Rodolfo
Walsh, quien, junto con Horacio Verbitsky y Miguel Bonasso, entre otros
crímenes, fueron los responsables de la colocación de una bomba en la
Superintendencia de Seguridad Federal, que dejó un saldo de 22 muertos y 60
mutilados. Un gobierno que así actúa, mientras que pretende ignorar las
aberraciones judiciales cometidas contra mis camaradas, ¿qué garantía de juicio justo me puede asegurar?
3.
En los denominados “juicios de lesa humanidad”, son querellantes los estados
nacional y provinciales, querellas que, con total cinismo, ignoran
sistemáticamente las violaciones constitucionales y jurídicas que aquí cito,
mientras que -en representación de sus mandantes- apoyan el avasallamiento de
los derechos humanos de ancianos septua, octo y hasta nonagenarios detenidos, a
los que, sin ningún pudor, llevan a la muerte como ha sucedido con la mayoría
de los 400 presos políticos ya fallecidos [2].
4.
Ricardo Lorenztti, además de estar
sospechado de graves hechos de corrupción, tal como lo vienen denunciando la
diputada nacional Elisa Carrió y la periodista Natalia Aguiar, en su libro “El señor de la Corte” (en cuyos
capítulos 2 y último, además lo acusa de haber pertenecido a la organización
terrorista Montoneros), presentó su libro “Derechos
humanos: justicia y reparación” junto al conocido terrorista del Ejército
Revolucionario del Pueblo¸ Eduardo Anguita, responsable, entre otros crímenes,
del ataque al Comando de Sanidad, en el que fue asesinado el 2do. Jefe del
Regimiento de Infantería 1 “Patricios”, Teniente Coronel D. Raúl Juan Duarte
Ardoy. En este libro fija una clara posición respecto de su pensamiento
condenatorio respecto de los llamados juicios de lesa humanidad. Con estos antecedentes,
¿se puede pretender de él algún dejo de
imparcialidad y objetividad, siendo nada menos que el Presidente de la Corte
Suprema de Justicia? [3]
5.
Muchos de los que agredieron a la Nación y la sociedad argentinas en los años
’60, ’70 y ’80, como integrantes de las organizaciones terroristas que asolaron
nuestra Patria o bien sus apologistas, ocuparon y ocupan privilegiados cargos
en los poderes del Estado, incluso en la Secretaría de Derechos Humanos de la
Nación, en los tribunales federales penales y en los medios de comunicación,
cargos que utilizan como verdaderos puestos de combate para consumar una
venganza anhelada. No me detengo a nombrarlos para no hacer aún más larga esta
nota y porque, supongo, V.E. no ignorará de quienes se trata. Nuevamente me
pregunto, ¿puedo pretender alguna garantía de imparcialidad en dichos
tribunales federales?.
6.
Ni en el seno de la Santa Iglesia Católica hemos encontrado cobijo, contención
y seguridad en la búsqueda de la reconciliación y la concordia que tanto
estamos necesitando. Así como en el pasado existió el Movimiento de Sacerdotes
para el Tercer Mundo, que tantos jóvenes envió a matar y morir, en el presente
fue reemplazado por el Grupo de Curas en Opción por los Pobres, liderados por
Eduardo de la Serna, cuyas “homilías” (???) y Cartas, lejos de cumplir con el
mensaje de amor y paz de Nuestro Señor Jesucristo, constituyen verdaderas
proclamas cargadas de odio y violencia, llegándose al extremo que en el Año de
la Misericordia, la única ausente para nosotros fue, precisamente, la
misericordia. Su Eminencia: como católicos buscamos de nuestra Madre lo que
hasta ahora se nos ha venido negando.
7.
Países que se destacan por su apego al estado de Derecho, como Italia, España y
Estados Unidos, han negado la extradición de militares a los que se los ha
acusado de la comisión de “delitos de lesa humanidad”, por considerar que los
mismos constituyen figuras inexistentes, toda vez que la norma que los
establece, el Estatuto de Roma, no estaba vigente en el momento de la comisión
de los hechos que se les imputan, por lo que se les estaría aplicando la norma
en forma retroactiva. Vea los casos del Coronel Jorge Pedro Wagner[4];
del Teniente Coronel Carlos Luis Malatto[5] y del Teniente de Navío
Guillermo Roberto Bravo[6], y compare la diferencia de proceder entre
una Justicia que se ajusta al respeto por el Derecho y otra que se encuentra
muy lejana de hacerlo.
Podría
seguir mencionando decenas de ejemplos que demuestran, como expresara
anteriormente, la falta de garantías constitucionales en Argentina para quienes
se encuentran encarcelados (o en vías de serlo) bajo el falso título de “lesa
humanidad”, pero, los mencionados, son sobrados fundamentos, que me permiten
demostrar la absoluta imposibilidad de poder ejercer mi derecho a la defensa
jurídica, no porque reniegue de él, sino porque es absurdo pensar que el mismo
pueda ser llevado a cabo en un país en el que el prevaricato se ha instituido
como metodología para negar Justicia, sea para proteger a corruptos y
delincuentes, sea para impulsar las causas denominadas de lesa humanidad, con
una sociedad que, con su silencio cómplice, avala que toda esta tragedia, que
sin lugar a dudas dejará arrasada a nuestra querida Patria.
Emilio
Guillermo Nani]Teniente
Coronel (R)Veterano
de GuerraPreso
Político
REFERENCIAS:
[1] El 29 de marzo de 2001 devolvió
en la Casa Rosada la condecoración que había recibido por su tarea en la
recuperación del regimiento La Tablada, en rechazo a la reducción de penas
otorgada por el presidente Fernando de la Rúa a los condenados por ese ataque.
No fue recibido por el presidente de la Rúa y se la entregó al coordinador de
Seguridad de la Casa Militar, David Maldonado. También le dejó una carta a de
la Rúa, donde lo acusa de haber actuado bajo “presión” al achicar las penas.
[2] Para ser más exactos, al día de
la fecha la Unión de Promociones lleva contabilizados 552 (quinientos cincuenta
y dos) los fallecidos, pertenecientes a todas las Fuerzas Armadas, Fuerzas de
Seguridad, Fuerzas Policiales, Fuerzas Penitenciarias y Civiles; en el marco de
este proceso de persecución, venganza y exterminio. Pueden existir más dado que
no siempre los deudos han informado los fallecimientos de algunos Presos
Políticos y día a día se descubren nuevos casos de muertes en prisión, la
mayoría condenados a una Prisión Preventiva Perpetua, en esos juicios no hay
una sola sentencia en firme.
[3] Recordemos que la carta del Tcnl
Nani fue escrita en marzo de 2017, en esa fecha el presidente de la CSJN era
Ricardo Lorenzetti, hoy el Dr. Carlos
Fernando Rosenkrantz abogado argentino, académico y el actual presidente de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina. El Dr. Rosenkrafntz tiene
un pensamiento jurídico (ajustado a derecho) muy distinto al de su antecesor,
pero sus votos siempre están en minoría con el resto de sus colegas influenciados
por “el señor de la CSJN”.
[4] Madrid,
23 Septiembre (EFE). La Audiencia Nacional ha rechazado extraditar al ex
militar argentino Jorge Pedro Rodolfo Wagner, detenido en marzo en Madrid en
cumplimiento de una reclamación de su país que pedía su entrega por delitos de
genocidio y torturas durante la Dictadura argentina (1976-1983). La sección
tercera de lo Penal ha considerado que los hechos que se le imputan habrían
prescrito y tampoco serían constitutivos de un delito de genocidio (que nunca
prescribe) porque ello exige la destrucción de un grupo nacional, étnico,
racial o religioso, requisito que no se aprecia en “la identificación de las
personas afectadas”. La Sala tampoco ve viable acusarle por un delito de lesa
humanidad -referido al ataque sistemático contra la población civil-, porque
esa figura delictiva fue introducida en España en 2003, una fecha “muy
posterior” a los hechos que se le imputan, y no puede aplicarse de forma
retroactiva.
[5] Septiembre del 2013. La Corte
Suprema Di Cassazione (Italia), deniega la extradición del Teniente Coronel
Carlos Luis Malatto por razones similares a las señaladas en el caso Wagner.
[6] Caso Roberto Guillermo Bravo.
Tribunal del Distrito Sur de Florida EEUU. Deniega la extradición por
prescripción y falta de pruebas (Ver detalle de fallo en página 206):
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