"¿Hasta
dónde pueden llevar a un hombre la fe
y
la obediencia absoluta a una ideología?"
Leonardo
Padura
En
las dos últimas semanas, el país y los mercados estuvieron en vilo ante la
probabilidad de que la Provincia de Buenos Aires cayera en default, ya que eso
complicaría mucho la negociación de la Argentina con sus acreedores externos.
Finalmente, el Gobernador anunció que pagará el vencimiento del bono que
-contra sus afirmaciones- no había sido emitido por María Eugenia Vidal sino
por Daniel Scioli; no podía ignorar que estaba mintiendo descaradamente puesto
que él mismo, entonces como Ministro de Economía, había autorizado ese
endeudamiento.
El
episodio puso nuevamente sobre el tapete la enorme impericia que caracteriza a
Axel Kiciloff desde su ingreso a la función pública. Basta con recordar su
proceder ante Repsol y el Club de Paris siendo funcionario de Cristina
Fernández, cuando ésta ejercía la Presidencia.
Todos
tenemos presente la conferencia “"estatizar” las acciones que los
españoles tenían en YPF, en una nueva vuelta de tuerca al gran negociado que
fue la “compra” del 25% del capital por los Esquenazi/Kirchner, que derivó en
la catastrófica pérdida del autoabastecimiento energético para el país.
Muy
suelto de cuerpo, este groucho-marxista y neo-goebbeliano explicó entonces que
no solamente no deberíamos indemnizar a la empresa expropiada sino que sería
ésta quien debería abonar unos US$ 5.000 millones por los daños ambientales
provocados durante su gestión. Sin embargo, no sólo tal reclamo jamás fue
formulado sino que debimos hacernos cargo de una emisión especial de bonos que
fueron entregados a Repsol por US$ 9.000 millones. Me cuentan que La Caixa,
dueña de la compañía española, ordenó hacer sendos monumentos a Antonio Brufau,
su CEO, y al propio Axel para agradecerles el “éxito” de la negociación.
El
otro episodio, también carísimo, que forma parte del curriculum vitæ del
Gobernador fue la “negociación” que encaró, en 2014, ante el Club de Paris que,
curiosamente, se creó hace muchas décadas para gestionar en conjunto otra deuda
argentina. Allí fue nuestro querido Kiciloff, ante el asombro de sus miembros,
sin discutir aceptó pagar toda la deuda, incluyendo los intereses punitorios
que siempre eran condonados. Y allí terminaron otros US$ 10.000 millones, sin
que nadie imputara por mala praxis a nuestro enviado.
El
miércoles pasado, el propio Ministro de Hacienda, Martín Guzmán, recomendado de
Joseph Stiglitz, el economista preferido de la “abogada exitosa”, a quien el
Presidente puso a cargo de negociar la deuda externa, criticó el acuerdo
firmado por el actual Gobernador alegando que resulta absolutamente impagable
el saldo de US$ 2.000 millones al 9% anual.
La
fallida patoteada de Kiciloff a sus acreedores, que son los mismos que los de
la nación, necesariamente hará que éstos sean más duros y apretarán a la
Argentina mucho más de lo que era esperable antes del episodio. Si, como
algunos creen, toda esta mascarada fue acordada entre Guzmán y la provincia,
este fracaso resultará insoportable.
Con
relación a Alberto Fernández, sorprendió su generosidad frente a los organismos
de derechos humanos franceses, cuando éstos le propusieron instaurar una
policía del pensamiento; se habría ofrecido a enviar al Hº Aguantadero un
proyecto de ley para penar con la cárcel a quienes nieguen los delitos de lesa
humanidad que habrían sido cometidos durante el proceso de 1976-1983 (¿la
Triple A no hizo nada en la materia?) y para que se niegue a los únicos
verdaderos presos políticos de la democracia -los 2.000 militares y civiles
detenidos sin sentencia firme- los derechos que los códigos argentinos conceden
al resto de los ciudadanos; para pedir este monumental disparate, adujeron la
vigencia del Tratado de Roma, que nuestro país firmó en recién en 2001 y que no
prevé la retroactividad.
Obviamente,
esa noticia nos remite a la ley provincial que María Eugenia Vidal promulgó
siendo Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, que lisa y llanamente
prohíbe discutir el fantasioso número de 30.000 desaparecidos, que Luis
Labraña, ex guerrillero, confesó haber inventado para tocar el alma y el
bolsillo de la izquierda de escritorio europea.
Graciela
Fernández Meijide, de quien nadie puede sospechar simpatía alguna con los
militares de aquella época, se ha preguntado repetidas veces dónde están las
familias o los amigos de los casi 22.000 que no figuran como desaparecidos en
ningún lado, que no fueron denunciados como tales, no tienen nombre y no
figuran en ningún registro. Hoy, a muchos años de la inauguración del Parque de
la Memoria, en la costanera porteña, ese es la cantidad de chapas que no han
obtenido la grabación de un nombre; es más, para llegar a los primeros 8.000,
hubo que recurrir a los muertos por causas políticas desde 1955 y a incluir
hasta los miembros del ERP y Montoneros fusilados por los mismos terroristas o
que cayeron intentando asaltar cuarteles y dependencias militares.
Para
finalizar, un pequeño reclamo a los diversos y otrora vocingleros organismos
argentinos, aplicable a los gremios docentes ante el congelamiento de los
aumentos, por ejemplo: ¡Muchaches (¿me habré puesto inclusivo?), olvidaron
protestar contra Nicolás Maduro cuando éste prohibió a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos ingresar a Venezuela! Pretendía verificar in
situ las ingentes denuncias por asesinatos, violaciones, encarcelamientos sin
causa y hasta desapariciones, algo a lo que no se atrevió siquiera la Junta de
Comandantes del Proceso de Reorganización Nacional argentino, tan denostado por
esas mismas organizaciones.
Colonia
del Sacramento, 8 Feb 20
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
E.mail:
ega1@avogadro.com.ar
E.mail:
ega1avogadro@gmail.com
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