viernes, 14 de febrero de 2020

UN HÉROE DE GUERRA OLVIDADO

Capitán (PM) Héctor Cáceres


A 45 años del combate de Pueblo Viejo, en Tucumán

Salta, 14 de febrero de 2020
Centro de Estudios Salta (CES)

Todos los argentinos tienen algún recuerdo del Combate de San Lorenzo, (03 Febrero de 1813) donde sacrificó su vida el sargento Juan Bautista Cabral para salvar al entonces coronel San Martín, antes de que éste llegara a general y fuera el Libertador de América.

Muy pocos en cambio recordarán el Combate de Pueblo Viejo (14 de Febrero de 1975), primer enfrentamiento armado de la Operación Independencia en Tucumán, que también merece ser evocado y que supuso otra ejemplar muestra de sacrificio, comparable con aquella, de parte del teniente primero Héctor Cáceres.

En el primer combate comenzaba la guerra victoriosa por la Independencia de Argentina y de América. En el segundo se iniciaba la victoria sobre la subversión y la guerrilla en nuestro país.

El de Pueblo Viejo fue un combate de encuentro en el monte tucumano entre una columna de guerrilleros del ERP que se replegaba y un Equipo de Combate del Ejército Argentino que efectuaba un reconocimiento para instalar una base militar.

El Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) había elegido la región del noroeste argentino para abrir su ansiada campaña rural porque, con la cordillera de los Andes a sus espaldas, parecía contar con la geografía adecuada para evitar las acciones de “cerco y aniquilamiento” que podrían lanzar las Fuerzas Armadas.

La unidad militar, al mando del capitán Juan Carlos Jones Tamayo, alistaba unos 60 hombres del Grupo de Artillería de Montaña 5. Avanzaban a pie por sendas en medio de la tupida vegetación.

El hombre punta era el cabo primero Ángel Orellana, seguido del teniente Rodolfo Richter. Más atrás venía un guía civil, el capitán Jones, el teniente primero Héctor Cáceres, un mayor que era el segundo jefe de la Fuerza de Tareas Chani, y sólo después venían dos secciones de soldados con sus respectivos subtenientes.

En un cierto punto, Orellana y Richter tomaron senderos diferentes en una zona de monte espeso. Eran las 17 horas de una tarde calurosa y húmeda. Richter dio con un claro y vio a un guerrillero a unos diez metros. Abrió fuego y corrió tras él. En ese instante, un hombre de seguridad del ERP le disparó un escopetazo en la espalda y cayó herido, a lo que siguió un intenso tiroteo.

Como había hecho el Sargento Cabral un siglo antes, Cáceres corrió en ayuda de su camarada, que estaba en medio del claro y sin su fusil, y se tiró cuerpo a tierra a su lado para cubrirlo, sin importar el riesgo y el peligro.

Los disparos, esta vez de FAL, arreciaron y uno de ellos hirió de muerte al teniente primero, que tenía solo 29 años. Fue el primer oficial del Ejército Argentino con aptitud de comando caído en combate.

Como Cabral, había ofrecido en holocausto su vida en forma heroica. Ambos murieron para salvar la vida de otro (uno el coronel San Martin y el otro el teniente Ritcher).

El combate prosiguió a medida que el resto de los soldados al mando del subteniente Daniel Arias se desplegaban en el lugar y sobrepasaban la posición de Richter. Y finalmente los guerrilleros huyeron ante la llegada de dos helicópteros.

En Pueblo Viejo perdió su vida el teniente primero Cáceres y quedó paralitico el teniente Richter. También fueron heridos el subteniente Arias, que recibió una perdigonada en el cuello y perdía mucha sangre, y el cabo primero Orellana, al que una bala le había dejado un surco en la espalda.

Por parte del ERP, dos guerrilleros abatidos en el lugar y un número indeterminado de heridos o muertos evacuados por los integrantes de la Compañía de Monte Ramon Rosa Giménez.

Con Cáceres murió un soldado, un ciudadano y un padre de familia para dar lugar al nacimiento de un héroe. Su acción valerosa se comprende porque respondió como soldado, porque para él Dios y la Patria está antes que la familia. Es el orden de sus valores y los cumple hasta su muerte.

El hoy teniente coronel Ritcher, aún en silla de ruedas, tiene una vida, libros que escribió y un fuerte recuerdo del Ejército Argentino de todo lo que vivió. Al capitán (post mortem) Cáceres después de 45 años le queda el nombre de una unidad militar (año 2019) y de un pueblo en Tucumán, algunas placas alusivas a su valerosa acción, pero sobre todo el recuerdo y aprecio de sus camaradas y su figura como ícono del soldado argentino.

En esta sociedad individualista de hoy en la Argentina, vaya como ejemplo para jóvenes y niños por su valores y por el sentido de Dios y de la Patria que demostrara, haciendo realidad aquello que juró siendo cadete del Colegio Militar de la Nación con sus jóvenes 16 años: “... Juráis a Dios y a la Patria, seguir constantemente a tu Bandera y defenderla hasta perder la vida... ¡Sí juro!”.

Honor y eterna gratitud a quienes dieron su sangre para que sus conciudadanos vivan, y a quienes -como soldados argentinos- no dudaron en ofrecer su vida en sincero, patriótico y valeroso holocausto.

Capitán (PM) Héctor Cáceres, siempre presente en el corazón y el recuerdo de tus seres queridos y en el de los integrantes del Ejército Argentino, en actividad o retiro, vivos o muertos. Siempre estarás presente.

“... No hace falta morir para estar muerto, muertos son los que pasan por la vida y su vida termina con su muerte...”

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