Si hablamos
de negacionismo nos mostramos más cerca de la postura de Fernández Meijide, que
de la sostenida por Carlotto.
Basta
con presentar a quienes niegan que en la República Argentina, en la década de
los '70 hubo una guerra civil[1],
situación especial reconocida por la sentencia del 9 de diciembre de 1985 de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, integrada por los
jueces Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, León Carlos Arslanián, Jorge
Valerga Araoz, Guillermo Ledesma y Andrés J. D’Alessio. El fiscal fue Julio
César Strassera con quien colaboró el fiscal adjunto Luis Gabriel Moreno
Ocampo, quienes utilizaron como base probatoria el informe Nunca más realizado por la Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep).
También
hay que destacar que ninguno de los ex Comandantes, en Jefe de esa Juntas
Militares, fue condenado por los llamados “crímenes de lesa humanidad” y/o “genocidio”.
El juicio demostró la responsabilidad de los jerarcas de las juntas y la
falsedad de cualquier hipótesis sobre “excesos propios de cualquier acción
militar” como pretendían los comandantes… Sin embargo hoy están privados de su
libertad, algunos pocos condenados y la mayoría en una prisión preventiva
eterna: los soldados que cumplieron las órdenes emanadas de los más altos
niveles de conducción de estado (democrático -Partido Justicialista- o de facto
-Proceso de Reorganización Nacional-, ninguno de ellos tiene una condena en
firme y existen numerosas denuncias nacionales e internacionales de que esos
juicios se han llevado a cabo con “serias irregularidades jurídicas” y el
estado no cumplió se deber de “garantizar el debido proceso”.
Negar
lo brevemente expresado en los párrafos precedentes también deben considerarse
como negacionismo, llamemos las cosas por su verdadero nombre.
PIDEN INCLUIRLO EN LA
DENOMINACIÓN 'INADI'
NEGACIONISMO: NEGADORES DEL
NEGACIONISMO VS. PLANTEOS DEL KIRCHNERISMO MÁS DURO
Vie,
07/02/2020 - 6:51pm
El
negacionismo no es una teoría en sí, sino que se trata de un comportamiento
humano. La RAE lo define como una “actitud que consiste en la negación de
hechos históricos recientes y graves que están generalmente aceptados”. Hay
negacionismos en distintos contextos. Recientemente, el presidente Alberto
Fernández anunció que se castigará “a quienes nieguen los crímenes perpetrados
durante la última dictadura militar” en la Argentina. Sin embargo, los más
críticos (y voces autorizadas) niegan que exista tal actitud al respecto, y en
cambio afirman que tal anuncio se trata de otro planteo típico del kirchnerismo
más duro.
Graciela Fernández Meijide |
Los
términos negacionismo como negacionista son válidos en alusión a las doctrinas
que niegan algún hecho importante que está generalmente aceptado, en especial
si es histórico o científico.
De
esta manera, se encuentra cada vez en contextos como “negacionistas del cambio
climático”, “negacionismo de la violencia machista” o “posturas negacionistas”
de determinado genocidio.
La
voz negacionismo ha sido incorporada a la vigesimotercera edición del
Diccionario académico con el significado de “actitud que consiste en la
negación de hechos históricos recientes y muy graves que están generalmente
aceptados”.
Normalmente
se ha usado en relación con el Holocausto y puede aplicarse también, como
extensión de este sentido, a la negación de otros hechos que no son
necesariamente históricos, en particular científicos, como ocurre con el cambio
climático.
Hay
casos de negacionismo respecto a la teoría de la evolución, el holocausto,
situaciones de crisis económica o el calentamiento global; igual que en la
antigüedad se observaron casos de negacionismo respecto a la igualdad entre
todas las etnias de la especie humana o respecto a la teoría heliocéntrica.
En
la Argentina, según la versión del oficialismo actual, existe uno que, según
anunció el actual presidente Alberto Fernández, será castigado.
El
dilema es que no todos creen que sea así. La
exintegrante de la Conadep que documentó las desapariciones durante el
régimen militar, Graciela Fernández Meijide, así lo cree: “En la Argentina no
hay negacionismo sobre la dictadura”, dijo.
Por
este motivo criticó que se analice impulsar una ley para sancionar a quienes
niegan esos crímenes, esto es, replicar la legislación europea contra los
negacionistas del Holocausto y sancionar en la Argentina a quienes nieguen los
crímenes perpetrados durante la última dictadura militar.
Meijide,
quien tuvo un papel protagónico en la investigación y en la documentación de
las desapariciones forzadas durante el último régimen militar, no sólo rechazó
cualquier gestión oficial para impulsar esa iniciativa, sino que alertó sobre
los planteos revisionistas.
“Eso
fue una cosa típica del kirchnerismo duro. Cuando ingresó Néstor Kirchner a la
(ex) ESMA dijo que por primera vez el Estado entraba ahí. Nosotros nos habíamos
cansado de hacer inspecciones con la Conadep”, rememoró al respecto.
“Se
intenta hacer una comparación con el negacionismo del Holocausto. Lo primero
que afirmaría es que, en el caso de la Argentina, la comisión que investigó, la
Conadep, la integramos funcionarios, es decir que era una investigación
oficial. Ingresamos a los centros clandestinos y se comprobó que todo lo que se
decían en las denuncias era cierto porque nos acompañaban sobrevivientes, se
chequeaba con planos y se comprobaban con otros datos. Y después, cuando se
hace el primer Juicio a las Juntas, ahí queda absolutamente en la
jurisprudencia argentina la responsabilidad de la última dictadura de los
crímenes atroces y aberrantes, es decir, de los crímenes de lesa humanidad. Por
eso se sigue juzgando con esa característica. Esto no fue un tribunal de cuatro
países como el de Núremberg, sino que fue un tribunal argentino. Fue lo más
llamativo en el mundo esto”, remarcó.
Y
dejó en claro que “no hay nadie que discuta ese tema. No hay negacionistas acá.
Es tan así, que la excusa de muchos juzgados es la obediencia debida. No dicen
que no ocurrió, dicen que cumplían órdenes. No veo que en la Argentina haya una
política de negacionismo, por ahí hay gente que dice que esto no ocurrió, pero
no es una discusión”.
“El
argumento más fuerte es que los que eran acusados decían “yo obedecí”, no
niegan que ocurría”, recalcó, y manifestó que “la sociedad argentina, en su
conjunto, involucrada o no, siguió muy de cerca toda la gestión de la Conadep
primero y después del juicio”. “Hubo una sociedad que acompañó muy bien todo
ese proceso, no hay una sociedad que cuestione”, finalizó.
Carlotto |
Por
su parte, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto,
aseveró que “hay que resolver el problema del negacionismo cuanto antes”, y
adelantó que le presentará a la ministra de Justicia y Derechos Humanos,
Marcela Losardo, “un proyecto contra el negacionismo para que se ahorren tiempo
junto a otras situaciones que son inherentes a su función y que conviene
hablarlas cuanto antes”.
En
diálogo con “El Destape Radio”, la referente en la lucha por los derechos
humanos aseguró que “negar una realidad significa borrar la historia”, y en ese
sentido señaló que los dichos negacionistas “entorpecen la relación con el
pueblo”, por lo que “hay que defenderse” de dichas artimañas.
Respecto
a los que mantienen una postura negacionista, Carlotto manifestó que “hay una
maldad quizás pomposa en muchos, temerosos de ser involucrados por haber
prestado ayuda para que se torture y mate gente”. “Va a haber que luchar contra
la gente que nos quiere ignorar o cuestionar”, afirmó.
“Con
este Gobierno estamos tranquilos de que va a haber una unidad total con el
pensamiento del pueblo. Tenemos que recordar siempre algo, el gobierno no es un
mago, es un hombre que está poniendo todo sobre la mesa. No se pueden hacer
estas cosas en un mes”, puntualizó Carlotto.
[1] Según nuestra opinión fue una guerra civil limitada, que se define, por oposición a guerra total, a
la guerra en la que no se emplean todos los recursos (militares, humanos,
económicos, tecnológicos, etc.) a disposición del beligerante que la considera
de tal manera. La causa de tal limitación puede ser tanto su reserva de cara a
otros posibles conflictos como la dificultad de emplearlos por distintas
causas. También la gran mayoría de la población argentina no se vió involucrada
en ese conflicto interno, si hubo daños en ella son los que se conocen como “daños
colaterales”… sí existieron 2 claros bandos en oposición: las Fuerzas Legales
del estado y las correspondientes a distintas organizaciones político-militares
que abrieron la Caja de Pandora.
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