"Si no nos despertamos rápido, si
el acto necesario de abrir los ojos se posterga y se alarga, vasto, titubeante,
con los párpados aletargados
y morosos, los astutos nos despellejan como rayos a los zombies".
Miguel Wiñasky
y morosos, los astutos nos despellejan como rayos a los zombies".
Miguel Wiñasky
Una
semana después de haber sido obligado a quedarse en su casa, ¿cómo se siente
usted? La mayoría comienza a caer en una desesperación que la lleva a
transgredir las normas de la cuarentena, aunque se preocupe por sus parientes
que, por ser mayores, están en la principal franja de riesgo. El encierro
compulsivo produce graves y siempre nocivos efectos, tal como nos podrían
contar las jóvenes familias con hijos chicos.
Pero
cuando mil viejos -todos tienen más de 65 años y, muchos, más de 80- piden con
desesperación que se les otorgue la prisión domiciliaria porque están hacinados
y carecen de una asistencia médica adecuada para sus múltiples dolencias,
rápidamente aparecen las nefastas Hebe Bonafini y Estela Carlotto, vociferando
su odio visceral. Exigen que no se les conceda ese ¿beneficio? a estas víctimas
de nuestra falta de memoria y una peor hipocresía, a las cuales hemos
convertido en verdaderos corderos pascuales; y a ellas se sumó nada menos que
Horacio Pietragalla Corti, el Subsecretario de Derechos Humanos (tuertos) de la
Nación, miembro de La Cámpora y ex Diputado Nacional por "las Abuelas de
Plaza de Mayo" (sic).
No
se los puede comparar con Milagro Salas, con Julio de Vido o con tantos otros
ladrones que disponen de enormes mansiones; se trata, por el contrario, de
militares y civiles que viven muy modestamente (¡teléfono para César Milani!) y que, algunos, llevan años en
esa situación. Pero, para ellos, no existen los principios de inocencia, de
juicio justo, de legalidad, de juez natural, de irretroactividad de la ley
penal, de aplicación de la ley más beneficiosa para el acusado, de juzgamiento
por la ley aplicable al momento de los hechos y, sobre todo, de limitación a la
prisión preventiva.
Entre
estos más de dos mil presos, la enorme mayoría no tiene condena firme pero, aún
así, se encuentra en prisión preventiva hace más de 10 años (el máximo previsto
en la ley es de 2 años, prorrogable por uno más por razones fundadas) pese a
que nadie puede pensar, sinceramente, que pueden corresponderles las dos condiciones
esenciales para su prolongación, ya que no hay riesgo de fuga por su vejez ni
podrían afectar las pruebas sobre hechos sucedidos hace más de cuarenta años.
La
pandemia que afecta al mundo, que tanta tinta ha hecho correr (https://tinyurl.com/rxgx4b4) y que,
desde el punto de vista económico, golpea especialmente a la Argentina (https://tinyurl.com/urhlru6) -¿en qué
momento nos preguntaremos si el remedio no será peor que la enfermedad?- ha
permitido que aflore, una vez más, lo peor de nuestra sociedad canalla.
Un
gobernador del riñón del Instituto Patria -Axel Kiciloff (Buenos Aires)-,
difundió su interés en contratar nada menos que 500 ¿médicos? cubanos (¿no
sería mejor llamar a graduados y a estudiantes avanzados argentinos, repatriar
a los 200 que no consiguen regresar o, inclusive, contratar a los médicos
expulsados de su país por Nicolás Maduro?), vino a confirmar mi hipótesis de
atribuir los múltiples viajes a Cuba de Cristina a la constitución de un nuevo
eje castro-chavista para imponer la dictadura socialista en toda América y no a
la falsa enfermedad de su hija prófuga.
Sostengo
que esos teóricos profesionales -¿de dónde surgió el mito de excelencia de la
medicina cubana si carece de dinero para investigación?, ¿lo ha reconocido
algún Premio Nobel o una asociación médica internacional?, ¿quién la ha
evaluado, si no se puede salir de la isla para asistir a congresos ni a
universidades y carece hasta de Internet?, ¿cómo revalidarán sus títulos aquí,
si es que los tienen, si no hay convenio entre Argentina y Cuba?- no son más
que activos militantes revolucionarios que llegarán, en plena crisis económica,
para alterar aún más a los habitantes más pobres de nuestro país, ya afectados
por el desempleo, el hambre y la falta de servicios básicos sanitarios. Así
comenzó Hugo Chávez la infiltración del comunismo en Venezuela; luego siguieron
los "asesores militares" y
el país está pagando carísima esa "ayuda
solidaria" castrista.
Fueron
expulsados de Brasil por Jair Bolsonaro y Ecuador siguió su ejemplo, al
comprobarse tanto sus actividades subversivas cuanto la explotación laboral a
la que son sometidos (https://tinyurl.com/v5kumpp),
que los convierte en verdaderos esclavos (https://tinyurl.com/vn44ovp)
del régimen comunista, que recibe el 80% de sus salarios, un negocio anual de
once mil millones de dólares (https://tinyurl.com/rvvhrvq)
para la isla, según la OCDE; en el caso de Bolivia, cuando se los envió de
regreso a su país, se encontró a funcionarios de la Embajada de Cuba quemando
falsos diplomas de algunos de los integrantes de esos contingentes de "médicos", contratados por Evo
Morales (https://tinyurl.com/ut7accq).
Todo
esto no es más que otra payasada de la frívola y privilegiada Cristina Kirchner
(https://tinyurl.com/yx4m4tr7), como
lo fue inaugurar tantas veces los mismos hospitales que sólo eran cáscaras y
que nunca funcionaron, pero esta vez es muchísimo más peligrosa; la sociedad
entera debería reaccionar fuertemente para impedir este siniestro plan.
Por
último, le recomiendo efusivamente leer las importantes notas cuyos links de
acceso se incluyen en esta columna.
Bs.As.,
28 Mar 20
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
E.mail:
ega1@avogadro.com.ar
E.mail:
ega1avogadro@gmail.com
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