“La primera solución para una nación
mal administrada es la inflación, la
segunda es la guerra. Ambas aportan una salida temporal y construyen una ruina permanente. Y ambas son también el refugio de políticos oportunistas”.
Ernest Hemingway
segunda es la guerra. Ambas aportan una salida temporal y construyen una ruina permanente. Y ambas son también el refugio de políticos oportunistas”.
Ernest Hemingway
En
la medida en que ignoro todo lo referido a la pandemia mundial que afecta al
mundo, y no quiero incurrir en el pecado tan argentino de opinar impunemente
sobre cualquier tema, me limitaré a expresar mi ferviente apoyo tanto a la
forma en que el Presidente está conduciendo el proceso cuanto al noble
comportamiento de la oposición. Y la profunda emoción que me embargó al
escuchar a la ciudad entera aplaudiendo a los héroes anónimos de nuestros
sistemas de salud.
Tengo
una sola certeza: si no respetamos -como han hecho los irresponsables que, pese
a todo, partieron a la costa atlántica- la recomendación de aislarnos,
finalmente todos estaremos contagiados; en ese momento, la actividad económica
se detendrá por completo, es decir, se producirá el mismo efecto, y mucho más
extenso y dañino, que el que sin duda derivará de la cuarentena decretada el
jueves por la noche.
Hay
muchas incógnitas económicas y sociales en el aire, planteadas en una situación
nacional de extrema pobreza: ¿qué sucederá con los cuentapropistas (taxistas,
changuistas, pequeños comerciantes, etc.)?, ¿cómo sobrevivirán a este
monumental parate?, ¿cómo solucionarán el tema de la pandemia en las villas
miseria y en las cárceles, donde están las mayores situaciones de hacinamiento?
Esto
último viene a cuento, sobre todo, en lo que a los verdaderos presos políticos
-los militares y civiles acusados de crímenes de lesa humanidad- se refiere. Se
trata, obviamente, de personas de altísimo riesgo, por su avanzada edad y por
las numerosas patologías que padecen y que, me consta, los hospitales
penitenciarios no están en condiciones de atender. Ante los más que razonables
pedidos de estos reales condenados a muerte por una sociedad cínica, mentirosa
y cobarde, ya se levantaron las organizaciones de venganza de la izquierda,
defensores de algunos derechos humanos (sólo los de su propia tropa) a gritar
preventivamente en contra, usando los medios de prensa adictos. Espero, contra
toda experiencia previa, que esta vez, ante una crisis sin precedentes, los
asesinos togados de Comodoro Py entiendan razones y les concedan la detención
domiciliaria.
Dicho
esto, la realidad me obliga a referirme a quien tanto se mofa de los argentinos
en general: Cristina Elisabeth Fernández. Preocupados por la pandemia, nos pasó
totalmente desapercibido un movimiento crucial que ejecutó para hacerse del
poder en uno de los aspectos más críticos de nuestra economía, el mismo que
tantas ganancias produjo al conjunto de gangsters que organizó su marido muerto
y cuya jefatura ejerce y que, bajo la conducción de esos delincuentes, produjo
la mayor catástrofe en nuestra historia reciente: la energía.
Para
justificar esta afirmación basta con recordar que, con Néstor Kirchner y su
compulsión a robar, la Argentina perdió el autoabastecimiento energético y fue
condenada a importar electricidad y gas licuado. Por ese sumidero se fueron las
divisas y llegaron la inflación y la crisis, a la cual la confiscación de YPF,
ejecutada con la complicidad de Repsol (¡teléfono para Axel Kiciloff, que tan
alegremente le pagó!), contribuyó enormemente.
El
martes, y por sendos decretos presidenciales, fueron intervenidos los entes
nacionales de regulación eléctrica (ENRE) y del gas (ENARGAS), cuyos
administradores, designados por concurso, fueron reemplazados por Federico
Basualdo y Federico Bernal, dos asesores vinculados estrechamente al Instituto
Patria, esa colmena en que reina nuestra propia viuda negra. Antes, lo había
hecho con Yacimientos Carboníferos Río Turbio (Anímal Fernández) y con ENARSA
(Andrés Cirnigliano), la empresa responsable de la importación de gas y de la
construcción de las faraónicas e innecesarias represas de Condor Cliff y La
Barrancosa, en la Provincia de Santa Cruz. Con ellos, y el actual congelamiento
de tarifas, a corto plazo repetiremos la historia de escasez, cortes y despilfarro
que vivimos durante todo el kirchnerismo y, conociendo el paño, volveremos al
saqueo general.
Pero
lo más grave, si se quiere, es la conducta personal de Cristina. Otra vez, tal
como cuando durante su presidencia y se produjeron hechos luctuosos -el
incendio de Cromagnon, las inundaciones de La Plata (espero que no vuelva a
bailar en Plaza de Mayo) y el choque del tren en Once, los dos últimos causados
por el devastador latrocinio de la banda delictiva que comanda- en plena crisis
hizo mutis por el foro y se fue a Cuba, desde donde anunció su regreso para
mañana, acompañada ahora por su hija, prófuga durante más de un año de la
Justicia. Una vez más, esta jefa espiritual de la horda de pobres cultivados
por su irracional populismo, se mofa de sus idiotas seguidores, sin que ello
parezca afectar la devoción que le profesan.
Bs.As.,
21 Mar 20
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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E.mail:
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