sábado, 18 de julio de 2020

¿QUIÉN SE ANIMA A TIRAR LA PRIMERA PIEDRA?

Como testigo de la época más violenta de la guerra revolucionaria, declarada unilateralmente por las organizaciones político-militares a toda la sociedad argentina, deseo dejar mi testimonio. Esa espiral de violencia se desató durante un gobierno elegido democráticamente por el pueblo y recordemos lo que decían los líderes políticos, funcionarios y empresarios que vieron semejantes barbaridades y no supieron cómo resolver ese grave problema institucional:

Cuando se produjo el ataque al Regimiento de Azul en enero de 1974, entre otras cosas, decía el Tte. Gral. Juan Domingo Perón, en relación a la guerrilla terrorista: “...Todo tiene un límite...se trata de poner coto a la acción disolvente y criminal que atenta contra la existencia misma de la Patria y de sus instituciones...El objetivo perseguido por estos grupos minoritarios es el pueblo argentino, y para ello llevan a cabo una agresión integral”.

“Por ello, sepan ustedes que en esta lucha no están solos, sino que es todo el pueblo que está empeñado en exterminar este mal...”.

“La estrategia general que conducimos desde el Gobierno, nos lleva a actuar profundamente sobre las causas de la violencia y la subversión, quedando la lucha contra los efectos a cargo de toda la población, las fuerzas policiales y de seguridad, y si es necesario de las Fuerzas Armadas”.

A raíz del gravísimo ataque realizado por elementos subversivos contra el Regimiento de Infantería de Monte 29 de Formosa el 05 de Octubre de 1975, el máximo líder del radicalismo ratificó y amplió los conceptos de Perón, en la ciudad de Tinogasta (Catamarca) durante un acto organizado, al día siguiente, por la juventud partidaria.


Dijo entonces el Dr. Ricardo Balbín: “La guerrilla metida en los montes carece de banderas y de sentimientos; no tiene sentimientos porque destruye y no tiene banderas porque es antinacional. Hay un seguro de vida contra ellos; cuando atacan no miran a quienes matan y cuando los toma la Justicia reclaman la solidaridad del pueblo para sacarlos; es decir que la guerrilla con seguro de vida es la guerrilla de los cobardes”.

Dijo Perón el 1 de Mayo de 1974 desde la Casa Rosada: “...estos infiltrados que trabajan adentro y que traidoramente son más peligrosos que los que trabajan desde afuera, sin contar que la mayoría son mercenarios al servicio del dinero extranjero”. “…Mocosos imberbes y estúpidos…”

Senador Luis Culasso Mattei (21 de Mayo de 1974): “Creo que ha llegado la hora de analizar el asunto en profundidad, ya que los síntomas indican un estado de verdadera alienación... La Argentina no soporta más esta guerra no declarada[1]...”


Senador Fernando de la Rúa (28 de Agosto de 1974): “...Hay que eliminar este clima de terror...si esto continúa acabaremos viendo enfrentamientos demasiado vastos y dolorosos y entonces no habrá orden ni ley ni Estado y así no podrá sobrevivir la sociedad.”

Senador Luis León (29 de Agosto de 1974): “Los argentinos, la multitud nacional, están hartos y saturados de violencia”.

Senador Fernando De la Rúa (4 de Setiembre de 1974): “¿Quién puede vivir hoy con seguridad?”


Declaración de la Cámara de Diputados (29 de Octubre de 1974): “Que reitera su más terminante repudio a la violencia criminal que está asolando el país, con diversas formas de terrorismo y guerrilla en perjuicio de toda la población: intimidación pública, destrucción de barcos, aviones...; atentados domiciliarios y callejeros...; asesinatos de miembros de las FFAA, de Seguridad y de Policía; ejecuciones masivas, sistemáticas y sádicas de civiles...; asaltos insensatos a unidades militares...”

Diputado Ángel Citati (25 de Septiembre de 19974): “Estamos en una guerra contra el enemigo común. Cada uno en su lugar de combate. Vistiendo el uniforme con que a cada uno nos dotó el destino. Y nuestro Ejército, un Ejército de paz y de trabajo también ha sido golpeado crudamente por la guerrilla”.

Senador Carlos Alberto Bravo (Octubre – debate Ley de Represión): “Creo que lo que estamos haciendo hoy, nos puede llevar a la convicción de los argentinos la idea de que se trata de un programa para detener esto que constituye ya realmente una guerra civil”.


Senador José Armando Caro (mismo debate): “Después de esto, tal vez nos tocará empuñar el fusil en vez de los códigos y las leyes. Hay una imagen de la Justicia que anda rondando por allí, una Temis que en vez de la venda sobre los ojos lleva antifaz, que en lugar de la balanza tiene una metralleta y en reemplazo de la espada tiene una escopeta Itaka”.

En octubre de 1975 se decretan las operaciones militares en todo el país.

Ministro de Defensa Tomás Vottero (16 de Diciembre de 1975) refiriéndose a la subversión: “Es determinación del gobierno no dejar de hacer nada de lo que esté dentro de nuestras facultades y de nuestro poder de decisión, hasta alcanzar su más completo exterminio”.

Senador Carlos H. Perette (29 de Diciembre de 1975): “los hechos producidos en Monte Chingolo son de una extraordinaria gravedad y demuestran hasta qué grado la guerrilla pretende atacar las bases esenciales de la paz interna de la República”.

Diputado Antonio Trócoli (25 de Febrero de 1975): “...porque no hay duda alguna de que a partir de 1 de julio de 1974 la República ha entrado en un plano inclinado...Todo está peor que al 25 de mayo de 1973. ¡Grave emergencia nacional!, señor Presidente. ¡Así lo ha calificado nuestro partido! (UCR)”.

Diputado Jorge Washington Ferreyra (mismo día): “El país no puede transcurrir un minuto más en este desgobierno, en el descrédito interno y externo”.

Diputada Nilda Garré[2] (17 de Marzo de 1976): “...de esta guerra boba en la que todos parecemos estar atrapados, impotentes y atados de pies y manos para encontrar una solución al drama vive la República”

Diputado Alberto Stecco (18 marzo de 1976): “que no vaya a ocurrir que cuando llegue la hora del castigo a los asesinos que hacen correr la sangre por nuestras calles, alguien salga en su defensa…hay que perseguirlos hasta sus guaridas y matarlos como a ratas, porque no merecen vivir en este suelo”.

En el mes de septiembre de 1983 apareció una solicitada en los diarios con el título “Los argentinos queremos decirle al mundo”.

Rescatamos párrafos:

“Los argentinos estuvimos en guerra. Todos la vivimos y la sufrimos. Queremos que el mundo sepa que la decisión de entrar en la lucha la provocó e impuso la subversión, no fue privativa de las Fuerzas Armadas. Fue una decisión de argentinos. Todos, absolutamente todos los hombres de buena voluntad que habitan el suelo argentino, pedimos en su momento a las FFAA que entraran en guerra para ganar la paz. A costa de cualquier sacrificio...Y tal como cualquier otra guerra, la nuestra también tuvo su precio...Porque en ella hubo muertos y desaparecidos...Argentinos que cumplían con su deber...Y murieron también muchos de aquellos que pretendieron imponernos ideologías extremistas y un sistema de vida totalmente ajeno a nuestro sentir nacional...Ese fue el precio de la guerra”.

“Las instituciones que abajo firmamos, queremos refrendar de esta manera nuestro apoyo a aquella dolorosa pero imprescindible decisión”.

Asociación de Bancos Argentinos – Asociación de Industriales Metalúrgicos – Asoc. Internacional del Club de Leones – Bolsa de Cereales de Buenos Aires – Bolsa de Comercio de Buenos Aires – Cámara Argentina de Editores de Libros – Cámara Argentina de Anunciantes – Cámara Argentina de Comercio – Cámara Argentina de la Construcción – Cámara de Comercio, Industria y Producción de la República – Centro Argentino de Ingenieros – Consejo Empresario Argentino – Consejo Publicitario Argentino – Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer – Liga de Madres de Familia – Rotary Club de Buenos Aires – Sociedad Rural Argentina (y continúan más de 100 firmas)

Todos estos dichos y manifestaciones están acreditados en los archivos del gobierno, de los diarios de sesiones del Congreso Nacional y en los Medios de Comunicación Visual (orales, escritos y videos)[3] de la época. Nadie que haya vivido en esos años, puede hacerse el distraído o ignorante de los hechos de esa guerra acaecidos en el país y del clamor del pueblo argentino para ponerle fin a la misma.

También sabemos que las Fuerzas Armadas deseaban que la ineficiente viuda de Perón, heredera de su presidencia, fuera sometida a  juicio político, se la destituyera y remplazara institucionalmente. Sin embargo el partido gobernante no lo permitió y hasta los mismos terroristas colaboraron con más violencia, para provocar el golpe de estado.

Se cometieron errores de orden político, estratégico, táctico y técnico. Pero, ¿obligan estos a pedir perdón? ¿De qué, por qué y a quién? ¿Por defender a la Patria? ¿Quién o quiénes ordenaron a las FF.AA. el aniquilamiento de los terroristas? No fue el gobierno de facto, ya vimos que la guerra es anterior. Y acusar el proceso de reorganización militar de ser el único responsable de la guerra es el principal capítulo del “relato antojadizo, falaz y mendaz” que nos quieren hacer creer, especialmente a los más jóvenes.

Hoy califican al señor Teniente General Jorge Rafael Videla[4] como “genocida”, seguramente asumir la presidencia de facto y combatir al terrorismo debe haber sido la decisión más difícil que tomó en su vida. Nadie reconoce el valor de esa decisión: “en poco más de 2 años terminó con la guerra y con número de bajas menor (por ambos bandos) al que el país hubiera tenido que ver si la guerra hubiera continuado como sucedió en Colombia con las FARC(s), el gobierno se hubiera podido entregar en 1978 como él lo deseaba y hubiéramos regresado al sistema democrático muy rápidamente. Sin embargo, surgieron ambiciones políticas impensadas, que nos llevaron a la Guerra de Malvinas[5] y a una retirada del poder con la cola entre las patas”… Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra (san Juan 8,1-11)



[1] Se equivoca el senador Mattei, los “jóvenes idealistas” habían pasado a la clandestinidad y cada acto violento era publicado en sus pasquines como Parte de Guerra. La que después fue reconocida por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal que juzgó y sentenció a las Juntas Militares.

[2] Todos recordamos su gestión como ministro de Defensa y de Seguridad de los gobierno de Néstor y Cristina Kirchner, hizo todo lo posible por dejar inermes a las Fuerzas Armadas y de Seguridad de la Nación. Aún hoy ocupa un cargo en el Ministerio de Defensa.

[3] Llama la atención cómo han desaparecido de Internet muchos de esas informaciones, especialmente la ausencia de fotos de algunos que las pronunciaron.

[4] Se deja expresa constancia que ningún militar argentino ha sido condenado por el delito de genocidio, esa es una calificación que hoy se utiliza libre e irresponsablemente por funcionarios, políticos y periodistas y ha calado profundamente en la mente del pueblo.

[5] Esa guerra fue justa en sus reclamos y santificada por quienes entregaron su vida. No así su oportunidad y objetivos políticos perseguido.

2 comentarios:

  1. Sin embargo y pese a todas sus declaraciones posteriores, los legisladores del radicalismo en forma unanime (incluido De La Rua)votaron la anmistia en el 73

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  2. “Lo valientemente expresado y con las verdades que allí se exponen, debería ser el motivo para accionar en unidad en defensa de los uniformados que, dentro del Orden Militar, y Civiles que, por amor a la Patria lucharon contra el embate de verdaderos ejércitos marxistas en el monte y en zonas urbanas defendieron e impidieron la toma del poder de la Nación. En unidad (ver los enlaces de PANADE al pie del articulo bastaría) hacerlo llegar a la prensa oral, escrita y televisiva en su totalidad a fin de tratar de cambiar el rumbo que el relato kirchnerista impuso a nuestra sociedad. Hacerlo en soledad (individualmente) -existe experiencia- la prensa no lo toma. Que este escrito no salga del ámbito de la “propia tropa “sería una pérdida de oportunidad muy valiosa. Debemos defendernos en forma corporativa como lo están haciendo los periodistas dado el ataque que sufren para decir lo que piensan y basados en fuentes y pruebas reales. (Así como el autor del artículo lo hizo).


    Cnl Jorge Toccalino
    jtoccalino@fibertel.com.ar





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