La Marcha del Silencio del #18F presenta
enormes contrastes con la Movilización
Nac&Pop del #1M, por ejemplo:
La Marcha del Silencio del #18F fue
apartidista y en homenaje al fiscal Alberto Nisman, muerto en circunstancias
dudosas, quién se había animado a denunciar a la presidente de la Nación por el
presunto delito de encubrimiento en la causa por el atentado terrorista en la
AMIA.
La Movilización Nac&Pop del #1M tuvo
como único objetivo vitorear, aplaudir y endiosar a la presidente de la Nación,
quién pronunció un maratónico discurso relatando las maravillosas obras y
acciones efectuadas por su gobierno y algo de lo hecho por su fallecido esposo…
escucharla fue como sentir que la Patria había nacido cuando “ellos” llegaron
desde el sur del país.
Las personas que
asistieron a la Marcha del Silencio del
#18F lo hicieron a pie, espontáneamente y compungidos por el dolor de la
muerte de un fiscal de la Nación, que tenía mucho que decir en el Congreso
Nacional el día siguiente a su misteriosa muerte, la única organización fue la
seguridad a cargo de la Policía Metropolitana con la colaboración del gremio de
la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación.
En cambio las que asistieron
a la Movilización Nac&Pop del #1M
lo hicieron en ómnibus contratados, con trenes gratis y perfectamente organizados
por “colectivos” militantes, tales como: Unidos y Organizados, La Cámpora,
Tupac Amaruc, La Kolina, Movimiento Evita, La Jauretche, Municipios K,
Movimiento de Mujeres Evita, Nuevo Encuentro, por nombrar a los que más se
destacaron.
Los asistentes al #18F portaban flores, escarapelas y
banderas enlutadas, velas y algunos carteles con la leyenda “Yo soy Nisman”.
También paraguas, la marcha se desarrolló bajo una torrencial lluvia.
Los del #1M portaban banderas partidarias,
gallardetes de cada “colectivo”, carteles con diversas leyendas… muchas de las
cuales eran “Yo no soy Nisman”, “La Democracia no se imputa”, “Morocha te
bancamos”, etc.
Los que participaron
del #18F no lo hicieron por ninguna
dádiva o lunch prometido.
Desde temprano en el #1M prendieron los fuegos y empezaron a
trabajar los parrilleros organizadamente… los choris debían estar listos a
tiempo... los militantes exigían la comida prometida.
Durante la Marcha del Silencio solo se escuchó el
Himno Nacional a capella y algún ¡PRESENTE! ante un Nisman ausente para
siempre.
En el #1M la Plaza de los Dos Congresos era
puro bullicio, cánticos y gritos alegres, dentro del recinto de la Cámara de
Diputados la crispación se había instalado… Una presidente a veces a los
gritos, otras como la “maestra ciruela” o la “víctima” en vez de rendir cuentas
de su gestión, los trataba de “estúpidos”, “a mí no me pongan cartelitos de la
AMIA”, embestía contra el Partido de la Justicia o la Corte Cuprema y hacía un
maratónico discurso que nos hizo recordar a los de Fidel Castro cada vez que
agarraba un micrófono.
En la Marcha del Silencio del #18F, bajo la
lluvia fuimos testigos de un acto cívico y pacífico.
En la Movilización Nac&Pop del #1M en vez
de un acto cívico para toda la sociedad, fuimos testigos de un relato que se
enrosca como serpiente presta a atacar y no se reconoce como el “pato rengo”
que en realidad es.
Sinceramente,
Pacificación
Nacional Definitiva
por
una Nueva Década en Paz y para Siempre
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