11 diciembre, 2017
Más allá de cómo se
urdió la conspiración para asesinar a Nisman, hay una pequeña historia del ex
jefe de Quebracho que vale contar.
Para quienes no
conocen la historia. Quebracho fue una organización creada por la SIDE
menemista para justificar la presunta existencia de grupos terroristas y dotar
de mayores cuotas de “fondos reservados”
a varios organismos de inteligencia.
El ex comisario
Scoppa sabe mucho de esta historia, fue una de las cabezas que estuvo en la
creación de Quebracho.
Hacían actos de
sabotaje como volar cajeros automáticos y provocar pequeños incendios a fin de
justificar su existencia. Reclutaron algunos adherentes entre jóvenes
resentidos contra el sistema, pero casi huérfanos de ideología. Nunca leyeron
ni a Marx, Trotzky o Lenin como lo hacían los militantes de los 70. Eran lo que
se llamaba antes “lumpenes”, desclasados que terminaban sus reuniones
emborrachándose y a veces peleándose entre ellos. Otros ya eran parte de la
SIDE, agentes inorgánicos, que recibían sobres mensualmente en lo que se
llamaba “la cadena de la felicidad”
(denominación que le puso Jorge Asís a los favorecidos por le entrega de dinero
de fondos reservados).
Fernando Esteche fue
un protegido del kirchnerismo porque tenía cierta capacidad conspirativa, algo
de conocimiento ideológico y mucho deseo de hacer dinero fácil.
Si Quebracho tuviera
ideología marxista y por ende su líder también, jamás hubieran apoyado el
proceso de Néstor y Cristina. Pero eran mercenarios, no militantes.
En diciembre del 2013
Esteche fue detenido y quedó un par de años entre rejas. Los operadores de la
SIDE de entonces quisieron negociar con los jueces para darle una pena menor a
los 3 años así no iba preso. Pero Esteche se negó a la indulgencia, afirmando
que con una prisión a cuesta tendría más mérito para seguir liderando su
organización. En prisión no le faltaba nada, celu, compus y viandas traídas de
afuera.
Se cuenta, difícil de
saber la veracidad de la versión, que por sus contactos con lo más radicalizado
del fundamentalismo islámico, le propusieron armar algunos atentados como los
del ISIS, pero nadie en Quebracho estaba dispuesto a convertirse en mártir.
La Embajada de Irán
en Buenos Aires, o sus satélites, le pasaban una mensualidad jugosa para él y
sus cómplices en la jefatura de Quebracho.
De pronto Esteche
abandonó el grupo sin saberse bien los motivos, hasta que una marcha meses
atrás por el tema Santiago Maldonado reveló el verdadero motivo de su salida.
A Esteche lo atacó a
puñaladas un grupo de sus ex compañeros y por unos centímetros no murió en la
agresión. Fueron a matarlo y la propia víctima reconoció que fueron sus ex
compañeros.
¿Por qué le quisieron
asesinar? Se supo después, había cobrado una suculenta suma de parte de sus
mentores islámicos y se quedó con todo el dinero sin
compartir el botín
con sus entonces camaradas. Aún tiene
secuelas en el hígado y otros órganos internos producto de los puntazos
recibidos.
Quedó a la deriva y
abandonado a su suerte. Si no le dan seguridad entre rejas, es posible que su
vida vuelva a correr peligro porque algunos de Quebracho tienen fuertes
vínculos con la delincuencia que pernocta en las cárceles.
La frutilla del
postre es que el nuevo abogado de Esteche es Fernando Burlando, un hombre de
honorarios altísimos que no cualquiera puede pagar.
Nada de letrados de
organismos de DDHH. Se le cayó la careta a la farsa inventada por el menemismo
y que tuvo su máximo esplendor con Néstor y Cristina en el poder.
“Game over”
(juego terminado) para un tipo sin escrúpulos ni código alguno.
Por Jorge D.
Boimvaser
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