14/12/17
Por Mauricio Ortín
“Repudiamos
enérgicamente la militarización… y los desmanes que generaron las fuerzas de
seguridad de este país”. Estas fueron, más o menos, las
palabras del titular de la CGT, Héctor Daer, sobre los acontecimientos frente
al Congreso de la Nación en oportunidad de tratarse la ley de Reforma
Previsional enviada por Macri. El diputado Rossi y, en general, toda la
oposición se expresó en los mismos términos. ¡Se puede ser más chanta! Quince
autos destrozados, comercios saqueados, vidrieras destruidas por delincuentes
encapuchados (armados con piedras, hondas y palos) no merecieron, siquiera, un
mísero comentario de repudio de estos señores. De los gendarmes heridos,
insultados y vejados, como es natural, nadie se conduele. En la Argentina, los
integrantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad son ciudadanos de cuarta y
¡guay! de que alguno, ya en defensa propia o de un civil, toque a un
encapuchado. Eso sí, el diputado Agustin Rossi se quejó amargamente por las
vallas y la cantidad de efectivos que custodiaban el Congreso. Seguramente la
intención de esos energúmenos (a los que llama “pueblo”) era ingresar al recinto.
¿Qué hubiese pasado? ¿Exagero si digo que hubieran colgado a los
diputados oficialistas de los faroles? Se equivocan de medio a medio los que
interpretan que fue un error de Macri el proyecto de ley de reforma previsional
lo que enardeció a los violentos. Y a los diputados opositores. Además,
cualquier excusa es buena para derrocar a un gobierno no peronista. El fogoneo
del caso Santiago Maldonado tenía esa clara intención. Más bien se trató de un
ensayo de golpe civil (a lo De la Rúa) monitoreado por sujetos, que de esto
saben un montón, como Leopoldo Moreau.
Ahora bien, el
oficialismo tampoco hace mucho por sí mismo. La diputada Elisa Carrió, por si
llueve, apuntó contra Patricia Bullrich por el despliegue exagerado de la
Gendarmería (“militarización”,
Agustín Rossi dixit). No opinaría lo mismo, seguramente, si los encapuchados
hubieran entrado al recinto. No se equivoca el diputado Moreau cuando pide la
cabeza de la ministro de Seguridad de la Nación; en diciembre de 2001 pedía la
de Domingo Cavallo como maniobra previa a exigirle la renuncia al presidente.
Cuando defenestraron a De la Rúa, la Policía Federal fue la que puso el cuerpo
para que “el pueblo” no lo “ajusticiara” dentro de la Casa Rosada;
obviamente, los policías responsables ya recibieron su correspondiente condena.
Si yo fuera gendarme pensaría dos veces antes de arriesgar mi vida para
defender a políticos que luego me querellarán por haberlos defendido. Dado que
este asalto al Congreso para impedir el tratamiento de una ley salió bien, todo
conduce a pensar que vendrán otros y en escala mayor. La mayoría
de la prensa reaccionó endilgando la responsabilidad de los hechos a la falta
de cancha política del gobierno. De los energúmenos encapuchados ni una línea.
Nelson Castro, por ejemplo, opina como si la Argentina fuera Disneylandia.
Debiera poner en práctica sus ideas y hacer escuela vistiéndose de gendarme
para enseñar cómo, con buenos modales y juiciosas palabras, se disuade a los
señores encapuchados para que no lo
lapiden o lo maten a palos.
El gobierno se hace
trampas. Es que, en alguna medida, comparte la cosmovisión política que el
kirchnerismo impuso a la clase política y a los opinadores profesionales. Si no fuera así, no hubiera reaccionado en
contra del pedido de prisión preventiva que el juez Bonadío hizo de Cristina,
Zannini, Timerman y demás. Constituye una hipocresía impúdica que el Ministro de Justicia y Derechos Humanos,
Germán Garavano, se pronuncie contra dicho fallo cuando militares de 80 y 90
años sufren prisión preventiva de hasta 14 años. Pero si el Vaticano tiene
terror a que lo corran por derecha los organismos de derechos humanos, ¿por qué
no habría de tenerlo el presidente Macri? Es difícil tomar medidas económicas
de derecha y posar de zurdo. Además, lo dijo el mismísimo Jaime Duran Barba: “Macri es de izquierda”. Bueno, pero
entonces no le pidamos peras al olmo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No dejar comentarios anónimos. Gracias!