jueves, 14 de diciembre de 2017

FERNANDO ESTECHE: LA PEQUEÑA HISTORIA DE UN BUCHÓN CAÍDO EN DESGRACIA


11 diciembre, 2017

Más allá de cómo se urdió la conspiración para asesinar a Nisman, hay una pequeña historia del ex jefe de Quebracho que vale contar.

Para quienes no conocen la historia. Quebracho fue una organización creada por la SIDE menemista para justificar la presunta existencia de grupos terroristas y dotar de mayores cuotas de “fondos reservados” a varios organismos de inteligencia.

El ex comisario Scoppa sabe mucho de esta historia, fue una de las cabezas que estuvo en la creación de Quebracho.

Hacían actos de sabotaje como volar cajeros automáticos y provocar pequeños incendios a fin de justificar su existencia. Reclutaron algunos adherentes entre jóvenes resentidos contra el sistema, pero casi huérfanos de ideología. Nunca leyeron ni a Marx, Trotzky o Lenin como lo hacían los militantes de los 70. Eran lo que se llamaba antes “lumpenes”,  desclasados que terminaban sus reuniones emborrachándose y a veces peleándose entre ellos. Otros ya eran parte de la SIDE, agentes inorgánicos, que recibían sobres mensualmente en lo que se llamaba “la cadena de la felicidad” (denominación que le puso Jorge Asís a los favorecidos por le entrega de dinero de fondos reservados).

Fernando Esteche fue un protegido del kirchnerismo porque tenía cierta capacidad conspirativa, algo de conocimiento ideológico y mucho deseo de hacer dinero fácil.

Si Quebracho tuviera ideología marxista y por ende su líder también, jamás hubieran apoyado el proceso de Néstor y Cristina. Pero eran mercenarios, no militantes.

En diciembre del 2013 Esteche fue detenido y quedó un par de años entre rejas. Los operadores de la SIDE de entonces quisieron negociar con los jueces para darle una pena menor a los 3 años así no iba preso. Pero Esteche se negó a la indulgencia, afirmando que con una prisión a cuesta tendría más mérito para seguir liderando su organización. En prisión no le faltaba nada, celu, compus y viandas traídas de afuera.

Se cuenta, difícil de saber la veracidad de la versión, que por sus contactos con lo más radicalizado del fundamentalismo islámico, le propusieron armar algunos atentados como los del ISIS, pero nadie en Quebracho estaba dispuesto a convertirse en mártir.

La Embajada de Irán en Buenos Aires, o sus satélites, le pasaban una mensualidad jugosa para él y sus cómplices en la jefatura de Quebracho.

De pronto Esteche abandonó el grupo sin saberse bien los motivos, hasta que una marcha meses atrás por el tema Santiago Maldonado reveló el verdadero motivo de su salida.

A Esteche lo atacó a puñaladas un grupo de sus ex compañeros y por unos centímetros no murió en la agresión. Fueron a matarlo y la propia víctima reconoció que fueron sus ex compañeros.

¿Por qué le quisieron asesinar? Se supo después, había cobrado una suculenta suma de parte de sus mentores islámicos y se quedó con todo el dinero sin

compartir el botín con sus entonces camaradas.  Aún tiene secuelas en el hígado y otros órganos internos producto de los puntazos recibidos.

Quedó a la deriva y abandonado a su suerte. Si no le dan seguridad entre rejas, es posible que su vida vuelva a correr peligro porque algunos de Quebracho tienen fuertes vínculos con la delincuencia que pernocta en las cárceles.

La frutilla del postre es que el nuevo abogado de Esteche es Fernando Burlando, un hombre de honorarios altísimos que no cualquiera puede pagar.

Nada de letrados de organismos de DDHH. Se le cayó la careta a la farsa inventada por el menemismo y que tuvo su máximo esplendor con Néstor y Cristina en el poder.

“Game over” (juego terminado) para un tipo sin escrúpulos ni código alguno.

Por Jorge D. Boimvaser


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