entrevista
RICARDO
ANGOSO
Jorge Rafael Videla
La
‘vendetta’ de Kirchner
contra
el ejército seguirá
mientras
persista el Unicato”
Se
considera a sí mismo un preso político, aunque las autoridades argentinas no le
confieren ese título y le desprecian abiertamente, tal como hizo la presidenta
argentina Cristina Fernández de Kirchner cuando ofreció la primera entrevista a
esta revista. Ahora, desde la cárcel, sigue defendiendo la legitimidad de sus
acciones en el periodo que algunos denominan como la dictadura más cruel e
implacable de la historia argentina y otros como el Proceso de Reorganización
Nacional (1976-1983). Videla sigue defendiendo la legitimidad de sus acciones
de entonces, asegurando que solo hubo 7.600 desaparecidos y nos los 30.000 que
aseguran las Madres de Mayo, y denunciando lo que denomina como el
‘totalitarismo kirchnerista’ entonces, asegurando que solo hubo 7.600 desaparecidos
y nos los 30.000 que aseguran las Madres de Mayo, y denunciando lo que denomina
como el ‘totalitarismo kirchnerista’
Ha habido una gran polémica el año pasado con sus declaraciones.
¿A qué se debe?
Con
motivo de los documentos escritos por mí y otros hechos públicos, en
oportunidad del juicio a las Juntas Militares, decidí llamarme a silencio
porque creía que en ese tiempo era la actitud más correcta y conveniente.
Transcurrido
el tiempo y ante el estado de anomia política que padece la sociedad argentina,
provocada por el propio Gobierno, pensé que por las mismas razones de correcta
y conveniente, resultaba oportuna la ruptura de mi silencio en las actuales
circunstancias.
Ese
cambio de actitud, como era de esperar, abrió una polémica, animada por la publicación
de un libro titulado Disposición final, del cual es autor Ceferino Reato, en el
que tuve participación sobre temas de actualidad y también del pasado.
¿Por qué la izquierda y otros sectores siguen utilizando el asunto
de los desaparecidos para atacar a los militares? ¿qué puede decirnos de este asunto?
En
efecto, el tema de los derechos humanos ha perdido relevancia en cuanto se
descubrió que, más allá de lo que moralmente significan, fueron usados como
arma de presión política que encubre una maraña de negociados (por ejemplo, el
Plan de Viviendas del que resultó exclusivamente beneficiada la Asociación de
Madres de Plaza de Mayo). Sin perjuicio de ello, puede también haber
contribuido el “blanqueo” a que
personalmente hice mención en el libro titulado Disposición Final.
¿Qué papel tuvieron los Kirchner durante el llamado Proceso
de Reorganización Nacional? ¿eran tan “heroicos combatientes” como los
consideraban en este sentido?
La
pareja Kirchner, estudiantes de la Universidad de la Plata y novios en ese
entonces, no pasaba de participar en los movimientos de agitación estudiantil de
aquella época y ninguno de los dos concretó hechos de violencia.
En
la entrevista anterior que tuve para Cambio16 con usted, Ricardo Angoso, yo los
llamaba “simples panfleteros”, lo que
a mi juicio, generó en ellos un complejo del que buscaron desprenderse cuando
fueron gobierno, alentando la guerra por medios no violentos, tal como propone
Gramsci.
¿Qué errores, en grandes líneas, reconoce del Proceso de
Reorganización Nacional?
A mi
juicio, el más grave fue el no darle otra razón de ser que justificara su
existencia, luego de haber logrado –a mediados de 1978– su objetivo primario,
cual era poner orden frente a la anarquía con que amenazaba el vacío de poder
generado por el Gobierno de la presidenta María Estela Martínez Perón, después
del fallecimiento de su marido. En mi opinión era ese el momento para una
apertura política ordenada.
Usted ha hablado de una venganza política contra las Fuerzas Armadas,
parece que incluso de un plan para destruirlas. ¿Es así?
En
efecto, las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida promulgadas por el
presidente Alfonsín, así como los decretos de indultos dictados por el
presidente Menem, crearon a su debido tiempo, en 1987 y 1989, respectivamente, una
suerte de pacificación interior, frente a las secuelas dejadas por la guerra interna
librada contra el terrorismo y ganada por las Fuerzas Armadas. Contrariamente,
al asumir el gobierno, el matrimonio Kirchner se encargó de dejar sin efecto
aquellas leyes y decretos, vulnerando elementales aspectos constitucionales
(por los que algún día deberían rendir cuenta, ellos y muchos funcionarios
políticos y judiciales), dando lugar a la reapertura de los juicios de manera
totalmente inconstitucional.
Ese
proceso generó una persecución judicial que aún hoy continúa y que ha llevado a
la cárcel a numerosos militares que no son más que presos políticos.
Argentina no parece que vaya por el mejor de los caminos. ¿A qué se debe esta crisis?
A mi juicio, la Argentina soporta hoy una nueva guerra sin hacer uso de la violencia física tal cual lo propone Gramsci, tomando a las instituciones como rehenes y desacreditando a los principios y valores que les dieron origen y razón de ser; con ello podemos decir que la República ha “desaparecido” a fin de ser reemplazada paulatinamente por un sistema ajeno a nuestro tradicional estilo de vida.
¿Qué testimonio querría dejar para la historia? ¿cómo querría ser recordado?
Por la honestidad de mi conducta pública y privada, pero también por la prudencia de mis decisiones no carentes de firmeza. El cristiano, a mi juicio, debe actuar con la palabra como mensajero de Cristo; pero además con el testimonio de sus obras como soldado de Cristo.
¿Cree que Argentina va a reaccionar ante su actual situación?
Si la Argentina aspira a reencontrarse con la República hoy “desaparecida”, tal como debe ocurrir, inexorablemente debe reaccionar en la búsqueda de los principios y valores que le dieron origen como tal. No hay otro camino para este país.
¿Qué mensaje le daría a las futuras generaciones de argentinos que están confusos y desilusionados?
Resulta deplorable que aún hoy, con espíritu de revancha, se pretenda tergiversar la verdad histórica mediante una visión hemipléjica de la misma. Se ha producido una clara tergiversación acerca de acontecimientos que costaron la vida de muchos conciudadanos, civiles y militares, que cayeron por defender a la patria en pos de ideales equivocados.
Con esta actitud, solo se ha logrado sembrar el odio y el resentimiento en muchos corazones argentinos, postergando la tan ansiada unión nacional. Pareciera llegado el momento para que la sociedad toda, tomando como marco de referencia nuestra última guerra interna, asuma su protagonismo perdido; y, descartando la memoria mítica instalada en varios sectores de sus componentes, fuera de cualquier especulación sectorial o escapismos hipócritas, promueva un riguroso juicio histórico para superar nuestras discordias del pasado reciente.
Sin olvido, pero sin rencor; con justicia, pero no con venganza; en busca solo de la pacificación nacional todavía no lograda, de manera tal que podamos introducirnos en la comunidad internacional de naciones, formando parte de una Argentina grande reconciliada y en paz. En ese marco de concordia concentrada, sería el momento para delinear, con el esfuerzo de todos, ese proyecto de vida común que proponía Ortega y Gasett y no el capricho del caudillo de turno.
¿Hacia dónde va la Argentina?
Eso, lamentablemente, debe responderlo el Unicato Totalitario que nos gobierna actualmente sin dar participación alguna a la ciudadanía.
¿Qué les diría a sus compañeros de armas que sufren presidio hoy?
Que así como el prisionero de guerra, desde el primer momento de su detención, debe planificar su escape, el preso político debe aceptar su prisión como un acto de servicio, llevando la lucha al campo de la política con actitudes testimoniales.
No obstante, también quiero recordarle a cada uno de ellos, principalmente a los más jóvenes, que hoy promedian las edades de 58 a 68 años, que aún están en aptitud física de combatir, que en caso de continuar sosteniéndose este injusto encarcelamiento y denotación de los valores básicos, ameriten el deber de armarse nuevamente en defensa de las instituciones básicas de la República, hoy avasalladas por este régimen kirchnerista encabezado por la presidenta Cristina y sus secuaces que, medrando con la sangre de los otrora mal llamados jóvenes idealistas (Montoneros), continúan hundiendo a la patria en el abismo anacrónico del marxismo.
Asimismo barrunto que de perpetuarse el gobierno actual en el poder, ya sea merced a una reforma constitucional o por la fuerza, en la estólida senda de trocar nuestro sistema representativo, republicano y federal por un fracasado comunismo a la cubana, nuevamente serán las Fuerzas Armadas y de Seguridad que junto a su pueblo del cual provienen, impedirán por imperio de lo normado en la Constitución Argentina, según el artículo, 36, cuarto párrafo: “Todos los ciudadanos tienen el derecho de resistencia contra quienes ejecutaren los actos de fuerza enunciados en este artículo, a saber: Contra el orden institucional y el sistema democrático”.
Todos mis camaradas saben perfectamente que las FFAA no procedieron a accionar contra cualquier sospechoso de pertenecer a los grupos terroristas, sino sólo sobre aquellos sobre los que no existía duda alguna de su Pertenencia a Montoneros, ERP, FAR, PCML, OPCO o algunas de las restantes organizaciones subversivas responsables de los más de 23.000 atentados terroristas, entre ellos los que se encuentran los asesinatos de 2.500 militares y civiles inocentes.
La prueba más evidente de ello lo constituye el hecho de que, en la investigación sobre los grupos subversivos en todo el país, hay que reseñar que fueron detenidas aproximadamente 32.000 personas, de las cuales 25.000 recuperaron la libertad.
La mayoría de ellos han declarado como testigos en los juicios, reconociendo, en no pocos casos, haber formado parte de los grupos subversivos, pero, como no se pudo demostrar, las Fuerzas Armadas los liberaron.
La categoría de detenidos-desaparecidos, que se calcula pregona en 30.000 (permanentemente declamado, pero nunca debidamente demostrado y sí puesto en evidencia en el libro Nunca más, que demuestra que nunca pasaron de los 7.600), incluye estos 25.000 detenidos y luego puestos en libertad.
Mis camaradas más jóvenes, que en ese entonces tenían escasa jerarquía (subtenientes, tenientes, sargentos y otros mandos inferiores), y que contaban entre 22 y 26 años, saben perfectamente que están injustamente detenidos y que las actividades en las que participaron fueron en el marco del cumplimiento de las leyes y reglamentos que regían a las Fuerzas Armadas y de Seguridad.
Es inconcebible que los jóvenes de ese entonces, que no tenían poder alguno de decisión, estén hoy presos por haber cumplido las órdenes emanadas de los superiores.
Si hay algún responsable de lo acontecido soy yo como comandante en jefe y los generales y coroneles que ostentaban el mando del Ejército en ese momento, pero nunca los cuadros subalternos, repito, hoy injustamente presos.
¿Esta presunta ‘vendetta política’ que usted insinúa que hay contra el ejército concluirá algún día?
Indudablemente mientras siga este Unicato Kirchnerista persistan en el poder sus secuaces gramscianos.
¿Qué le pareció el libro de Ceferino Reato La confesión?
A mi juicio hay que distinguir: la acción marketinera para la venta editorial de un libro antes de la inauguración de la Feria del Libro de ese año, recurriendo a cualquier precio, lo que me obligó a rectificarlo públicamente; del contenido del libro, que se ajusta a la entrevista mantenida con su autor. Las cuestiones allí plasmadas por el periodista son falaces.
¿Cree que la izquierda más radical (los Montoneros) les ganó la batalla política o no?
Recuerdo un manifiesto hecho público por la organización guerrillera Montoneros al promediar el año 1977, en el que se decía: “A los militares no pudimos doblegarlos por el temor del combate; en ese campo nos ganaron. Es momento de replegarse, los dirigentes al exilio, los militantes mimetizándose con las masas y esperar. Cuando llegue el momento de la política volveremos a la lucha en ese campo que los militares desconocen y allí los venceremos”.
La realidad de nuestro país a la fecha pareciera darles la razón; no obstante, el rechazo de la ciudadanía a los procederes dictatoriales del kirchnerismo y sus secuaces, nuevamente los hará morder el polvo y esperemos que esta vez sea para siempre.
¿Por qué la oposición argentina de hoy es tan débil políticamente hablando y tiene poca credibilidad entre la mayoría de ciudadanos?
Porque ha sucumbido al miedo y a las dádivas que el gobierno impone en todos los campos, más allá de sus falaces apariencias democráticas.
internacional
Jorge Rafael Videla
Reflexiones desde
la cárcel
En
una suerte de ‘reflexión final’ enviada desde la prisión, el general y
expresidente Jorge Rafael Videla examina y opina sobre diversas cuestiones
relativas al pasado, presente y futuro de su país
Sin ningún asomo de arrepentimiento, incluso con indisimulado orgullo, Videla analiza los acontecimientos ocurridos entre 1976 y
1983 –periodo en que transcurre la última dictadura militar– y sus
responsabilidades acerca de algunos de los capítulos más controvertidos de la historia
de Argentina. Reproducimos algunos de los extractos de esta suerte de confesión
final, sin hacer comentario alguno, y dejamos al lector que sea por sí mismo quien
emita su juicio de valor sobre tan singular (e incluso excepcional) personaje
histórico.
EL TERRORISMO
La
nación argentina respondió a la invasión marxista subversiva con los medios
legales a su alcance, las Fuerzas de Seguridad, y al ser manifiestamente sobrepasadas
las mismas, recurriría a la utilización del poder disuasivo de las Fuerzas Armadas.
La guerra es una humana desgracia ancestral que nadie en su sano juicio desea y
menos los propios uniformados, que por vocación y sublime amor a la patria consagran
su vida a ella.
LA GUERRA Y LA PAZ
“Prepárate para la guerra… para mantener la paz”, sabio adagio que representa el vilipendiado factor de existencia
de las Fuerzas Armadas de todo país del mundo, resumido en la razón disuasiva
que genera su sola presencia. El respeto a los derechos de los demás… es la
paz.
LOS MONTONEROS
Acabadamente
percibí la convicción de que la conducción de los Montoneros no sabía ni quería
hacer política, sólo se valía de la violencia con fines políticos, que es la mejor
definición de terrorismo que existe y sufríamos. Tanto es así que las cuotas
mensuales de ejecución exigidas por la conducción Montonera y el Ejército
Revolucionario del Pueblo (ERP) obligaban a veces a sus cuadros combatientes a elegir
sus víctimas en la calle, simplemente por pertenecer a las Fuerzas Armadas,
para enterarse después de sus identidades y jerarquías cuando los nombres
aparecían en los diarios.
ISABELITA PERÓN
Es
justo recordar que Isabel Perón, peronista que llegó a la presidencia por
decisión nada menos que de Juan Domingo Perón, también bañó sus manos en la
sangre de los argentinos, por su apoyo e incentivo a los crímenes de la Triple
A durante su gobierno (1974-1976).
Fue
ella quien dio la primera orden oficial avalada y firmada por la totalidad de
los ministros del gabinete nacional para “aniquilar” a los guerrilleros. Su
desempeño en el cargo de presidente fue de una mediocridad tal que no encuentra
parangón en la historia argentina. Sin embargo, nadie la recuerda, ni la crítica,
combinación perfecta para continuar disfrutando de su libertad y dinero en
España, país que niega su extradición requerida por un valeroso juez federal
argentino.
MADRES DE LA PLAZA DE MAYO
Destaco
la perversa victimización de la verdad, a manos de las madres, hijos y abuelas
de Plaza de Mayo en colusión con el clan Kirchner, que cometieron un crimen imposible
de castigar, pero tan deleznable como violento en el plano simbólico como el de
sus acusados en el plano material. A nosotros, los militares, nos endosan el
abatimiento del enemigo borrando los rastros de las personas.
Pero
aunque los movimientos de derechos humanos no hayan matado a nadie con arma de
fuego o blanca, sí lo hacen a diario encarcelándonos pues a la fecha ya van 191
homicidios de camaradas por abandono en prisión.
Las
mencionadas organizaciones en coautoría con el gobierno se mimetizaron con las
intenciones de sus antagonistas al pretender borrar los rastros de una mitad de
la verdad histórica de las víctimas.
AÑOS DE PLOMO DE ARGENTINA
Nunca
jamás quise la guerra, ella me fue impuesta por el ataque de las organizaciones
en sus diversas concepciones, siendo las más despiadadas y numerosas Montoneros
y ERP, cuestión que nadie bien nacido puede negar. Valga solo como ejemplo lo
que Carlos Marighella publica, en 1969, en el Manual del guerrillero urbano, un
libro de referencia para los distintos grupos del continente, incluso los
argentinos.
El
líder brasileño caracteriza las ejecuciones, los secuestros y el terrorismo en
general como modelos de acción legítimos de la guerrilla urbana, concluyendo
con énfasis que “el terrorismo es un arma
que el revolucionario no puede abandonar”. La acción violenta destinada
a matar y a producir terror con fines políticos es una práctica que abarca todo
el espectro de la marxista izquierda. Al respecto, los Montoneros surgieron y consolidaron
su organización en el culto a la violencia. Ellos fueron capaces de matar a
todos los que se cruzaron por delante de su voluntad política, sin importarles
su condición, ya fueran peronistas o antiperonistas, militares, políticos, sindicalistas,
mujeres y niños.
TERRORISMO DE ESTADO
Es
falso afirmar la existencia de un ‘terrorismo
de Estado’ como si fuera una entidad pura y separada del resto de la
sociedad, tal como pretenden las organizaciones de derechos humanos y el
gobierno de los Kirchner. Un terrorismo no es más o menos terrorista en función
de su origen, sino de su contribución a la dinámica de terror dentro de una
comunidad política.
Si
un movimiento terrorista, venga de donde venga, pretende exterminar a un grupo
aislado e indefenso, constituye el peor terrorismo imaginable, lo que el
derecho internacional llama un crimen contra la humanidad.
LOS KIRCHNER Y LA MEMORIA HISTÓRICA
Los
“museos de la memoria” construidos durante el gobierno de la dinastía Kirchner
registran solamente a las víctimas de un lado, pero no del otro, ocultando el
hecho de la beligerancia compartida.
Y
para asegurar una mejor construcción del supuesto crimen contra la humanidad de
los militares, sus víctimas son transformadas en inocentes sin ningún tipo de
identificación o vínculo con las organizaciones guerrilleras que asolaron nuestra
Argentina.
LA RESPONSABILIDAD DE VIDELA
Asumo
mi responsabilidad en cuanto a que la obligada represión en la guerra contra el
terrorismo subversivo marxista tuvo un cartesiano método, la violencia fue tan cruel
como la del oponente –como en toda guerra para la especie revolucionaria–, pero
jamás indiscriminada y menos aún contra población civil de mis propios
compatriotas en vil falaz invento que ofende la inteligencia hasta del mas
ignorante.
LOS JUICIOS A LOS MILITARES
La lucha del gobierno de facto obligado
que yo libré contra la subversión fue legítima. La guerra revolucionaria
convirtió a todos en víctimas y victimarios recíprocos.
Hubo
más víctimas en un lado que en otro, pocos inocentes y muchos culpables. Sin
embargo, solo hay procesos y sentencias para los cuadros de las fuerzas legales
de la república, sus Fuerzas Armadas y cuerpos de seguridad.
LOS DESAPARECIDOS
Triste
y desconsolante es la suma aproximada de 7.000 almas donde nadie sabe su
destino, pero en paralelo con el pesar de semejante colosal monto, me enerva la
falacia del relato de los 30.000, no porque tan solo uno no sea terriblemente cruel
e inhumano, sino el porqué de la mentira oficial, donde en los 30 años que ya
llevo de proceso y juzgamiento encarcelado me he hartado de solicitar la lista con
nombre apellido y DNI de los supuestos 30.000 desaparecidos que jamás no solo
no me proporcionaron a mi petición, sino que tampoco lo han hecho para con el resto
de mis compatriotas. Por ello tengo derecho a colegir que quien miente en algo,
miente en todo, extensivo al relato de las crueldades de las que nos
responsabilizan.
EL VIDELA CATÓLICO
Soy
un hombre de profunda convicción católica, apostólica y romana, en calidad de
practicante. He sido y soy honesto, no destacable como virtud, sino como
natural obligación humana. Al respecto nadie podrá afirmar que he robado ni me
he enriquecido en la función pública, cuestión que con desprecio y vergüenza
ajena no puedo decir lo mismo respecto a las actuales jerarquías castrenses.
PERDÓN Y RECONCILIACIÓN
El
perdón es el único camino que garantiza la reconciliación. Sin pedir perdón,
sin perdonar a quien lo pide,
y por ello expresamente lo peticiono, los errores del pasado continuarán
amenazando al presente y al futuro. Pero sin el sacrificio de la confesión, el
perdón puede tornarse un artificio instrumental sin efecto. El sacrificio es un
elemento central porque demuestra la autenticidad del perdón. El sacrificio de
la confesión garantiza la verdadera intención de paz. Que esa intención no
existe en Argentina se prueba fácilmente: incluso después de cuarenta años de
la tragedia de los años 70, no existe el menor deseo de confesar por parte de
los participantes en los hechos de violencia.
EL DESTINO DE LOS DESAPARECIDOS
Pido
perdón a las víctimas de las acciones que obligadamente he ordenado. Pido
también perdón a los inocentes y a las generaciones posteriores a la mía, que
aun sin ser responsables por los acontecimientos de la reciente historia
argentina continúan siendo castigadas con la cruel ignorancia de no saber el destino
de sus seres queridos.
FUENTE: http://cambio16.es/
FUENTE: http://cambio16.es/
Si el nivel de hastío sigue subiendo, y el gobierno insiste en su populismo autoritario -ambas cosas muy probables-, es posible que las fuerzas de la civilización se unan y que ejerciendo sus derechos le pongan atajo a la barbarie.
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