Ese día cuando todavía no habíamos salido del estupor de hechos
similares, recibimos una noticia que nos conmocionó, el avión Hércules C-130 de
la Fuerza Aérea Argentina, matrícula TC-62 había sido derribado a las 13:05
horas, por una bomba (160 kg. de explosivos) colocada y hecha estallar por
control remoto, en plena carrera de despegue, aprovechando un desagüe que
pasaba por debajo de la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Tucumán
"Teniente Matienzo". La magnitud de la explosión dejó un cráter en el
cemento de 12 metros de diámetro por 2 metros de profundidad. El terrible
atentado fue obra de Montoneros.En el avión se trasladaban 114 efectivos de la
Gendarmería Nacional, con destino a la Provincia de San Juan, de los cuales,
seis fallecieron y más de 60 resultaron heridos, nueve de ellos de
gravedad.Esta operación realizada por terroristas del Ejército Montonero, se
llevó a cabo con una gran precisión, pero la pericia de la tripulación permitió
evitar que este atentado criminal alcanzara proyecciones de catástrofe,
salvando las vidas de más de un centenar de gendarmes que se encontraban a
bordo, y el consecuente desastre que podría haberse ocasionado se se
precipitaba sobre el Barrio Obrero situado a continuación de la cabecera de
pista de dicho Aeródromo.
El aparato se destrozó al caer a tierra y quedó envuelto en
llamas, explotando con impresionante violencia. Toda esta situación produjo
escenas de pánico entre los habitantes de la zona próxima al Barrio San
Cayetano.
Los restos del avión quedaron esparcidos en un radio de
aproximadamente 300 metros, mientras que el grueso de la estructura se incendió
a un costado de la pista envuelto en llamas y en medio de una columna de humo
negro visible a gran distancia del lugar.
Las tareas de rescate se hicieron muy difíciles para los
bomberos que estaban atacando el fuego, debido a las explosiones posteriores,
causadas por los tanques auxiliares de combustible y los pertrechos militares
que se transportaban a bordo.
Uno de los sobrevivientes de este terrible atentado Alberto
M. nos relataba lo siguiente:
"Conocí a todos
(los fallecidos), pero especialmente a uno de ellos Evaristo Gómez. Era un
gendarme de la provincia de San Juan que prestaba servicios en la Sección
Calingasta en San Juan. Él un día, me manifiesta sus deseos de dejar
Gendarmería para continuar una carrera deportiva como jugador de fútbol en la
Liga Sanjuanina de Fútbol. Tengo una charla con él y le hago ver la posibilidad
en Gendarmería de una carrera con mayor solidez, que era lo más conveniente
para su futuro y le doy un tiempo razonable para que él piense. A las 24 hs. se
presenta y me dice que seguirá en Gendarmería. Él integró ese equipo que va a
Tucumán y en el atentado cuando el avión ya había caído, comenzamos a salir por
las aberturas en llamas que se habían producido, y él queda atascado en una abertura,
como era muy corpulento con la mitad del cuerpo afuera, agitando su brazo y
pidiendo auxilio, pero era prácticamente imposible acercarse a 10 o 15 metros,
él murió y eso me impactó muchísimo".
Las vidas que se pudieron salvar fueron acciones heróicas
por parte de los bomberos, la gente del lugar, como así también los tripulantes
del Hércules y gendarmes que habían podido salir de ese infierno y volvieron a
rescatar a los que quedaron atrapados entre los restos del avión, que terminó
totalmente destruído. En esta acción valerosa pereció por asfixia el Gendarme
Raúl CUELLO, quien salió ileso del avión y entró repetidas veces, salvando
valiosas vidas, hasta quedar atrapado por las llamas en el que sería su último
intento, dando un ejemplo de valor y coraje llevados hasta el supremo
sacrificio.También fallecieron asesinados en este atentado, los Gendarmes:
- Evaristo Gómez
- Juan Argentino Luna
- Marcelo Godoy
- Pedro Yáñez
- Juan Riveros
- Raúl Cuello
Las autoridades del gobierno constitucional a cargo de la
señora Presidente de la Nación Argentina, Señora María Estela Martínez de
Perón, condenaron enérgicamente este accionar subversivo.
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