De acuerdo con el
deseo de la señora Norma Morandini
de que la ESMA se utilice seriamente
como museo de la memoria y de los derechos humanos, y no como ámbito de fiestas
partidistas, creo indispensable que para que cumpla con ese objetivo de
seriedad debe ser veraz, por lo cual debe
recordarse la verdad completa, porque la verdad incompleta es siempre una
forma de mentir. La representación veraz de la memoria del horror de aquellos
años implica incluir en ese espacio el recuerdo de todos los sindicalistas, periodistas, diplomáticos,
empresarios, docentes, políticos e integrantes de las fuerzas de seguridad y Fuerzas Armadas (incluyendo a conscriptos ultimados mientras dormían o se bañaban),
que fueron asesinados por los ejércitos
irregulares de Montoneros o ERP, apoyados por el eje
soviético-cubano en el contexto de la Guerra Fría. Deberían
representarse las inhumanas cárceles del pueblo, usadas por estas
organizaciones, o los armarios en los que trasladaban a estos secuestrados que
eran ametrallados ante el peligro de un posible rescate inminente. Tampoco deberían omitirse las fotografías
de los niños muertos en estas operaciones terroristas y de las víctimas civiles
de las bombas como las colocadas en el Bar Ibérico o en el Comedor Policial.
Ése sería un recuerdo
del horror con el cual la sociedad convivió con variables grados de
responsabilidad y sufrimiento, y un
camino para empezar de nuevo de una vez por todas tras la necesaria y genuina
reconciliación, al trabajar por el presente y el futuro de esta patria tan
querida que es de todos los argentinos.
Santiago Floresa
NOTA:
Las imágenes y negritas no corresponden a la nota original.
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