sábado, 31 de mayo de 2014

EL CONTINENTE ESTÁ EN MANOS DE LA IZQUIERDA

 Por Ricardo Angoso

Entrevista de Ricardo Angoso a Adolfo Castells, reconocido político y diplomático uruguayo

Viernes, 30 de mayo de 2014

Adolfo Castells es, a sus 77 años, uno de las voces más autorizadas del mundo político, intelectual y diplomático de Uruguay. Es escritor y se ha desempeñado como diplomático en numerosos destinos, como Washington, Roma, San Pablo, París, Madrid y Londres. Su larga experiencia en la política latinoamericana y también en el exterior del continente, junto con sus estudios sobre la realidad uruguaya, le han llevado a un análisis muy crítico del actual momento por el que pasa América Latina y también su país, que en su opinión vive un “carnaval autoritario de corte progresista”, tal como ha denunciado en uno de sus últimos libros publicados.


Ricardo Angoso: ¿Cómo ve estado del continente, parece qué está muy revuelto?

Adolfo Castells: Se ve y constata que la Organización de Estados Americanos (OEA) ya no es lo que era y no funciona como debiera. Cuando la OEA estaba bajo el dominio de los Estados Unidos al menos había tres o cuatro países independientes y que incluso votaban contra resoluciones que presentaban, como era el caso de Uruguay. Por ejemplo, cuando se habló de romper relaciones diplomáticas con Cuba, que solicitaban los Estados Unidos, Uruguay se opuso. Cuando se expulsó a Cuba de la OEA, nuestro país estaba de acuerdo pero con romper relaciones, como se pretendía, no estábamos de acuerdo. No aceptamos esa recomendación. Uruguay, México y Chile eran países muy independientes y actuaban de acuerdo a sus criterios en la OEA. No se votaba de acuerdo a lo que decían los Estados Unidos.

Ahora, sin embargo, vemos como toda América Latina vota lo que diga Venezuela y observamos cómo solo se le opone Panamá a sus propuestas. Y luego solamente Estados Unidos y Canadá parecen gozar de cierta autonomía con respecto a este asunto. Todos los demás países, sin excepción, se negaron a tratar el asunto de Venezuela en la OEA en sesión abierta. Se habla del “imperialismo norteamericano”, pero lo que se detecta es cada vez es que Washington tiene menos influencia en el continente y, por el contrario, el populismo chavista tiene cada vez más peso, excepto en Panamá, como he dicho antes.


R.A.: ¿Y a qué se debe esa crisis de la OEA?

A.C.: La OEA está en crisis hace mucho tiempo. Quizá porque Estados Unidos se desinteresó en cierta medida de la región y le dio menos importancia. Pero la razón fundamental es que llegó la ola populista a la región impulsada por Chávez y la OEA se convirtió en una pieza de esa política. Hasta su Secretario General, Insulza, comulga con esas ideas populistas. Mejor dicho, siendo un hombre capaz e inteligente, Insulza se convirtió en un lacayo del populismo chavista.

R.A.: ¿Parece que el Foro de Sao Paulo, nacido de la fusión de las fuerzas de izquierda del continente tras la Guerra Fría, ha tenido mucha influencia en todas estas políticas?


A.C.: Pues sí, está claro. Ha tenido influencia porque, de hecho, los gobiernos han ido cayendo uno a uno en manos de partidos que estaban en manos del Foro de SaoPaulo. Para mí, desde luego, es una desgracia. Primero fue Chávez, en Venezuela, aunque antes había caído Cuba en manos comunistas, y luego fueron cayendo uno todos los países, incluso Argentina, Brasil y Uruguay.

R.A.: ¿Pero en Uruguay no ha habido cambios fundamentales, tanto en lo político como en lo económico?

A.C.: Es cierto. La cuestión económica la ha preservado, pero el país no aprovechó la coyuntura fantástica que tuvo en estos años. Y esa coyuntura tan favorable no fue por méritos del presidente Múgica y el partido que le sustenta, el Frente Amplio, sino por la coyuntura internacional tan favorable. Subieron las materias primas, los commodities, y eso impulsó a las exportaciones uruguayas. Sin embargo, no se aprovechó ese dinero para hacer inversiones y el dinero recibido se malgastó. Se multiplicó la deuda externa y no se emplearon bien los recursos. Luego se dejó a la economía privada funcionar, es cierto, pero no es menos cierto que se hizo para poder pagar sus errores, como el aumento en los cargos de confianza. Les convenía.

R.A.: ¿No percibe un gran desinterés por parte de Estados Unidos en los asuntos regionales?

A.C.: Sí. Yo creo que tiene otros intereses en otras zonas del mundo. Estados Unidos ha hecho otra selección de intereses distinta y atienda a otras regiones del mundo. Atienden a lo que ocurre en Cuba y Venezuela, quizá, y punto.

R.A.: Hay mucha retórica integracionista en el continente, ¿pero no piensa que es mucho ruido y pocas nueces, como se dice vulgarmente?


A.C.: Es un invento de los populistas. Todo lo que se ha hecho, como Unasur, es para sacar a los Estados Unidos y a Canadá de la región y que no puedan decir nada acerca de nuestros asuntos. La OEA ya no cuenta e incluso está desacreditada. Chávez llegó a insultar al Secretario General y calificó a Insulza como “insulso y pendejo”. Chávez cerraba emisoras de radio y medios de comunicación, vulneraba todas las normas democráticas, y nadie dijo nada de nada. Ni siquiera en la OEA.

R.A.: ¿Y cómo Uruguay, con su larga tradición democrática, acabó en manos de esos populistas de los que habla?

A.C.: El gobierno que tenemos del Frente Amplio admira a Venezuela y a Cuba, eso no es ningún secreto y es de público conocimiento. Desde el punto de vista ideológico confían ciegamente en esa visión del mundo. Y así les fue con Argentina, al pensar que como estaban en su cuerda les iban a seguir, y el tiro les salió por la culata. No te puedes entregar antes de negociar. Kirchner, que es una arrogante y una soberbia, nos trató a los uruguayos y más concretamente a este gobierno como un lacayo y nos humilló. Múgica fue tratado de una forma humillante por Cristina Kirchner.

R.A.: ¿Parece que nadie da la batalla en favor de las ideas democráticas en este continente?


A.C.: Ni siquiera Chile. Piñera ha sido de los peores gobernantes del continente y tenía que haber dado esa batalla en defensa de las ideas democráticas. Se fue a La Habana a defender la democracia y los derechos humanos, es algo increíble. El populismo ha conseguido destruir totalmente la democracia en Venezuela. Ni hay derechos humanos, ni independencia de poderes, la institucionalidad ha sido borrada. Lo que no se entiende es que gentes como Santos o Piñera se hayan plegado al discurso populista; tienen miedo y no defienden las ideas y valores democráticos. Uribe era otra cosa, eso está claro, y estaba en otra línea.

R.A.: ¿No tiene que ver esa crisis en los valores con el abandono de Estados Unidos de sus políticas con respecto al continente?

A.C.: Puede ser. ¿Cómo es posible que ningún país defienda a la oposición democrática de Venezuela? Todo el continente está en manos de la izquierda y no se ve salida a esta crisis.

R.A.: ¿Pero cree que la izquierda que se abrazó en el continente está absolutamente desfasada?

A.C.: Claro que sí, son ideas desfasadas y fracasadas. Es una izquierda sesentista, pasada de moda. Tienen un infantilismo tremendo y desconocen que el Muro de Berlín ha caído. Siguen con el discurso del pasado y con la solidaridad ideológica en las relaciones internacionales, algo que no existe, ya que el mundo se mueve por intereses de otro tipo. Estados Unidos se mueve por intereses y no por ideología.

R.A.: Entonces, ¿hay una marcha atrás en el proceso de democratización en el continente?


A.C.: El problema es que todos han seguido la senda de Chávez, en lo que significa en términos de involución política y vulneración de los valores democráticos.

R.A.: ¿Puede peligrar esta oleada populista si la situación económica empeora?

A.C.: Pienso que sí, que puede pasar. La prosperidad ha sido mal repartida a excepción de Chile. Se ha impulsado un populismo barato basado en el asistencialismo y sin combatir la pobreza realmente. Pero avances reales, en general en el continente, muy pocos.

R.A.: ¿Y en Uruguay, por ejemplo, no ha habido avances en educación y salud?

A.C.: Al contrario, la situación es espantosa. En educación nunca hemos estado peor y se invierte más dinero pero no hay resultados prácticos. Han mejorado los sueldos de los maestros, es cierto, pero con tantos recursos no se han notado avances. Es todo un manejo de la demagogia. Por ejemplo, los dirigentes del Frente Amplio mandan a sus hijos a colegios privados, lo que es una muestra de sus contradicciones evidentes.

R.A.: ¿Y las Fuerzas Armadas cómo han sido tratadas en este gobierno?

A.C.: Se las ha dado la misma receta que a todos los países del Foro de Sao Paulo a excepción de Brasil, donde no se dieron los cambios y la persecución que en otros países. En Brasil no van a poder porque tiene el deseo de ser una gran potencia y porque la gente está a favor de la amnistía que se concedió a los militares.


Creo que en Uruguay la imagen de las Fuerzas Armadas es mala porque se ha hecho todo lo posible desde el gobierno para sea así. Se ha hecho una labor sobre la opinión pública para que se denigre a los militares. No se han cumplido las normas del derecho en muchos casos, como ha ocurrido con el caso del General Dalmao hoy preso en una institución militar. Se le detuvo por un crimen en él que siquiera estaba presente, como se ha demostrado, pero tenía que saberlo y por eso está preso, ¡es increíble!



NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

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