Los cien primeros
días del gobierno de Mauricio Macri lejos estuvieron de gozar del período de
gracia que la mitología política atribuye a cada nueva experiencia
gubernamental. La ex presidente Cristina Fernández y sus acólitos comenzaron a
atacarlo aun antes de que asumiera y obstruyeron cada iniciativa y cada
propuesta con la confesa intención de hacer realidad lo que tantas veces
fantasearon en su relato, el proceso destituyente. En su ciego rechazo, mezcla
de frustración por la derrota en las urnas y de ansias de supervivencia ante la
amenaza de que sus numerosos abusos y actos de corrupción salgan a la luz y
sean punidos por la justicia, atacan sin sentido a las duras medidas que son
consecuencia de los desaguisados que ellos mismos dejaron.
LOS QUE SE FUERON
Fuera del núcleo duro
del “kirchnerismo” los justicialistas auténticos comienzan a rebelarse ante los
últimos resabios de la “obediencia debida” del ala “cristinista”. Del resultado
de esa confrontación y de la forma en que se reorganice el partido
justicialista orgánico en sus próximas elecciones internas depende la
continuidad del justicialismo como polo político y buena parte de la
posibilidad de que la República empiece a funcionar como prevén la Constitución
y las leyes. El empeño de los seguidores de la ex presidente de incrementar el
daño que ellos mismos hicieron bloqueando las medidas para superar los males de
la inflación, el default, el déficit fiscal y tantos otros, no escapan a
la ciudadanía medianamente informada y
va hundiendo a su ejecutores en el descrédito, el desprecio y el rechazo que
preanuncian su extinción. De la capacidad del justicialismo orgánico para
desprenderse de ese sector, depende que no sea arrastrado por su caída.
LOS QUE LLEGARON
Antes del discurso de
apertura de las sesiones del Congreso del presidente Mauricio Macri, se
discutía la conveniencia de que expusiera crudamente el desastre que el
gobierno anterior había dejado en el manejo de la cosa pública. Los argumentos en contra de ciertos asesores
y funcionarios se basaban en la irritación que ello produciría entre los
legisladores del Frente para la Victoria, cuyos votos eran necesarios al
gobierno para poder aprobar algunas leyes claves. Menos fundada aún era la
opinión de los publicistas y comunicadores del PRO que querían evitar la
pérdida del supuesto clima de alegría existente en la sociedad, olvidando que
finalizada la campaña la ciudadanía ya no atiende a discursos floridos sino a
actos de gobierno concretos y a sus resultados. Afortunadamente, Macri
comprendió a tiempo que era su obligación no ocultar la verdad y que los
sacrificios y momentos duros a los que debía someterse la ciudadanía requerían
una fundamentación causal. Sin embargo, aunque fue un buen discurso, quedaron
flotando los fantasmas del temor al poder residual de los que se fueron y la tendencia
a privilegiar el relato sobre la realidad, en parte de los que llegaron.
El gobierno ha
demostrado firmeza para enfrentar las aberraciones más urgentes que conducían
la economía al abismo. Logró terminar con el cepo sin producir una hecatombe,
levantó las retenciones que estaban hundiendo a sectores de productores
agropecuarios y a las economías regionales y emprendió con convicción los
acuerdos para salir definitivamente del default. En este aspecto nuestra opinión es
contundente. Pagar las deudas pendientes con los tenedores de bonos que no
entraron al canje no es optativo ni entra en las categorías de bueno o malo. Es
una obligación ineludible, cuyo
incumplimiento es inaceptable y nos
somete a los castigos financieros de la comunidad de naciones. Es vergonzoso
que el FPV obstruya la solución de un problema que es consecuencia tanto de la
irresponsabilidad y mal manejo con que fue conducido desde su comienzo como del
rechazo a acatar los dictámenes de los jueces a quienes ellos mismos habían designado.
Tampoco deberían los otros bloques condicionar su apoyo o negociar sus votos en
un tema que hace al futuro de la nación. Solo deberían sumar opiniones para
lograr el mejor acuerdo posible desde una posición claramente desventajosa para
nuestro país.
En otros rubros las
decisiones gubernamentales son más cuestionables. Quitar las retenciones a las
empresas mineras que exportan bienes primarios no renovables, dejando pocos
beneficios a la nación y un innegable daño ambiental solo puede entenderse a la
luz de compromisos pre existentes que no son públicos. Tampoco se concilia la
manifiesta preocupación por la inflación con los aumentos generalizados de todo
lo que depende del Estado, tal como peajes, combustibles e impuestos, más allá
de la comprensible necesidad de aumentar los servicios subsidiados. Aun cubre
al gobierno el manto de protección de la herencia recibida pero no se
vislumbran acciones que permitan crear expectativas de moderar la inflación que
sigue sin medidores de magnitud confiables. Temas pendientes que requieren
tratamiento urgente ya que van haciendo girar las miradas del pasado al
presente con el transcurso inexorable del tiempo.
LOS GRANDES
PENDIENTES
No caben dudas de que
la política exterior argentina ha experimentado un vuelco positivo, en general,
al alejarse de la retórica bolivariana y abrirse a la relación con Europa y
Estados Unidos sin descuidar las relaciones regionales y la atención a otros
actores con peso mundial. Las visitas presidenciales de potencias que preferían
mantener la distancia con el gobierno anterior son una evidencia del cambio de
tendencia.
Sin embargo, en lo
particular, disentimos con preocupación ante las nuevas políticas anunciadas en
la relación con Gran Bretaña, país con quien tenemos un litigio abierto y un
conflicto manifiesto. El anuncio de que se va a avanzar en las relaciones
dejando de lado el tema Malvinas, recuerda demasiado a la política del
“paraguas” de Menem, Cavallo y Di Tella, que brinda beneficios claros al
usurpador británico. Ellos suman tranquilidad para continuar la explotación de
recursos no renovables como los hidrocarburos en la plataforma malvinera y la
otorgación de permisos de pesca por miles de millones de dólares. Esta política
también amenaza con hacernos perder el único logro del gobierno anterior en la
materia que fue conseguir la solidaridad regional y el cierre de puertos a
buques británicos que se dirigían a Malvinas ya que ningún país afectará sus
relaciones con Gran Bretaña si nosotros mismos contemporizamos. Si sumamos a
esto el descenso de categoría de la Secretaría del tema Malvinas al nivel de
Sub Secretaría se hace evidente una tendencia que preocupa con fundamento a
quienes nos declaramos defensores de la soberanía nacional bien entendida. La
idea fuerza es que lo que se defendió con sangre en los campos de batalla de
las islas no puede resignarse en los escritorios de la negociación financiera,
por más peso que tenga Gran Bretaña en esta área.
Por último nos
preocupa también lo poco que se ha avanzado en enmendar lo que el candidato
Macri llamó en campaña “el curro de los derechos humanos” y que fue motivo del
entusiasmo y la esperanza de muchos. La señora Carlotto logró entrevistarse con
el presidente y le entregó un petitorio que excede largamente los objetivos de
su organización para incursionar en todo el espectro de las políticas públicas.
Parece que su influencia mediática ha conmovido al gobierno que según el
Secretario de Derechos Humanos incluirá uno de sus pedidos en las
conversaciones con el presidente de Estados Unidos y, además, el mencionado
Secretario opina que el recorrido de la ex ESMA debería ser paseo obligado de
los visitantes extranjeros. Nada se dice de la ferocidad de los terroristas que
desencadenaron la represión, de sus crímenes ni de sus atentados. Como
evidenció el presidente de Francia al hacer un homenaje en la ESMA, lo que es
terrorismo en Francia fue heroica lucha por la libertad en Argentina. Mucho
cinismo y relato mediático deforman hipócritamente la verdad histórica donde
los villanos se convierten en héroes con el pasar del tiempo y las
conveniencias políticas.
Mientras tanto,
diariamente siguen siendo violados los derechos humanos de los detenidos
acusados y condenados por delitos de lesa humanidad. Más de 200 detenidos en
penales son mayores de 70 años, otros 125 presentan problemas graves de salud
que no son atendidos convenientemente y más de 240 han superado el límite
fijado por la ley de 3 años de prisión preventiva, llegando en casos a superar
los 14 años de detención en esa condición. Los muertos entre los detenidos
suman más de 330 y de ellos ya son 6 los que caen sobre la conciencia de esta
administración. Es un problema que urge resolver porque mal se puede tratar de
reparar las cuestiones de los derechos humanos acaecidas 40 años atrás violando
los derechos humanos cada día. Peor aún,
en el mes de mayo estarían por comenzar los juicios a los acusados por delitos
de lesa humanidad supuestamente cometidos en el operativo Independencia en
Tucumán, ordenado por el gobierno democrático de María Estela Martínez de
Perón. Como según la absurda doctrina oficial solo puede haber lesa humanidad
en delitos cometidos desde el Estado la aberración jurídica a consumarse con
estos juicios debería comenzar por las autoridades democráticas que ordenaron
las acciones, lo cual constituye un verdadero despropósito como casi todo lo
que es alimentado para consumar el “curro de los derechos humanos”. La solución
integral de este problema es un pendiente más urgente que los desaguisados económicos
o financieros porque hay vidas y honra de seres humanos en juego.
Nos preguntamos si
todavía la ilusión que vino con el nuevo gobierno está en marcha y nos
contestamos que sí, que hace poco que empezaron y que aún tienen crédito pero
también manifestamos que deben escuchar todas las voces, especialmente las
críticas, y comenzar a rectificar errores antes de que las ilusiones se
desvanezcan.
Juan Carlos NevesPrimer Secretario General de Nueva Unión Ciudadana
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