Adhiero totalmente
a lo expresado en las cartas de Luz García Hamilton y de Eugenia Brizuela,
cuyos testimonios me llevan a preguntarme con desconcierto y dolor: ¿qué nos
está pasando a los argentinos? ¿No hemos sufrido lo suficiente durante los 70
como para aprender que la violencia trae violencia y que la injusticia genera
resentimiento? No es cuestión de tomar partido por un bando o por el otro, sino
de hacer justicia con estricto respeto al espíritu de la ley, como vía
superadora de tan doloroso conflicto. Si bien no estoy en condiciones de juzgar
si son pertinentes los procesamientos aludidos en ambas cartas, ¿cómo es
posible que en el tribunal que juzga a los procesados del Operativo
Independencia haya personas que son parte del conflicto o, que un anciano de 88
años sea retirado de su vivienda, donde cumplía prisión domiciliaria, y llevado
a una cárcel común, cuando la Constitución lo prohíbe específicamente? ¿No hay
un fiscal ni representante de derechos humanos que reaccione ante esto?
Cualquier
ciudadano, por más aberrante que haya sido el delito cometido, tiene derecho a
recibir un juicio justo ante la ley. Hace rato que leo los reclamos de
familiares de detenidos esperando juicios o de condenados en situaciones
inhumanas, pero, no escucho que ningún gobernante tome cartas en el asunto. Si
realmente queremos pacificar el país, deberíamos revisar esos procedimientos y
todos los que estén viciados de irregularidades que lleven a sospechar que en
nombre de la justicia se estén encubriendo intenciones de venganza.
María Emilia Holmberg
DNI 10.851.118
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