ESTÁ
EMPOLLANDO EL HUEVO DE LA SERPIENTE. La 4ta guerra mundial está haciendo
precalentamiento
Nuestros mayores
conocieron la 1ra y 2da guerras mundiales, con todo lo que ello representó en
cuanto a odios, destrucciones, abandono de hogares, divisiones, enfrentamientos
o pérdidas de familiares o amigos, migraciones, exilios, etc. etc. Sea que
hayan participado en los campos de batalla o solo a través de noticias
transmitidas por actores del conflicto, nuestros padres o abuelos nos
ilustraban al respecto, con el dolor que generaba el recuerdo de aquellos
tristes momentos, generalmente acompañados de conclusiones sobre lo terrible
que resulta ver a los hombres enfrentados entre sí, sin olvidar el dolor del
forzado abandono del terruño.
Las consecuencias fueron
funestas, ciudades devastadas, familias mutiladas, países invadidos y tomados
por representantes de culturas ajenas a sus tradiciones, millones de muertos,
los enfrentamientos eran siempre entre soldados y civiles, nunca Jerarcas de
los regímenes enfrentados quienes, desde sus custodiados bunkers, enviaban a
sus hombres a la muerte mientras se repartían hipócritas amenazas.
Y pocos años después
de terminada la segunda guerra, comenzó la tercera, la que fuera llamada “Guerra fría”. “No nos engañemos:
estamos inmersos en una guerra fría”, palabras pronunciadas el 16 de abril de
1947 por Bernard Barach, Consejero
Presidencial de EEUU.
Se
trataba de un enfrentamiento entre las dos mayores potencias, iniciado poco
tiempo después de la segunda guerra mundial y finalizado con la caída del
comunismo en 1989, simbolizado por la destrucción del muro de Berlín.
En realidad, se trataba de llegar a un acuerdo sobre el reparto del mundo sin
que un solo cartucho fuera disparado en sus territorios, el experimental campo
de batalla siempre estaba fuera de sus límites, recordemos la guerra de
Vietnam.
Las
ideologías enfrentadas fueron el socialismo defendido por la URSS y el
capitalismo por su rival, EEUU. Ninguna de las
partes tomo acción directa en contra de la otra porque lógicamente el resultado
habría sido devastador en sus propios territorios. Los recuerdos y
consecuencias de la 2da guerra estaban muy frescos y resultaba más seguro y
redituable intentar la implantación de sus ideologías y repeler la de su rival
fuera de sus territorios.
El
resto del mundo sufrió las consecuencias de esta absurda lucha por el poder.
Por nuestra parte, a
raíz de que en el reparto Latinoamérica fue cooptada por la URSS a través de su
comisario continental o sea CUBA, hemos
sufrido una terrible pesadilla iniciada con la aparición de las organizaciones
terroristas que, de neta filiación comunista, pretendían tomar el poder que no habían
podido obtener en las urnas y para cumplir su objetivo no dudaron en asesinar
inocentes, sindicalistas, jueces, abogados, soldados, niñas niños, mujeres,
sacerdotes, ejecutivos de empresas multinacionales, representantes consulares[1],…
habían declarado la guerra a sus propios hermanos.
Quedó en la historia
la frase pronunciada por el terrorista Mario
Roberto Santucho Oficial Jefe del ejército revolucionario del pueblo (ERP)
a su hermano Adrúbal: “Creo que para
lograr la patria socialista vamos a tener que matar a no menos de un millón de
personas”.
Equipados con
modernos armamentos y guiados por expertos en logística bélica militar, los
terroristas entre sus cobardes actuaciones secuestraron una triste cantidad de
argentinos, científicos, políticos, militares, gerentes de empresas
multinacionales, a quienes luego de mantener en miserables sótanos, llamados
hipócritamente “cárceles del pueblo”, sin asistencia médica ni alimentación,
los dejaban morir. Sin olvidar que para lograr sus secuestros no dudaban en
eliminar a quien se cruzara en sus caminos de sangre, sean esposas, hijos,
choferes… nadie escapaba al odio ideológico.
El gobierno
democrático elegido por el pueblo tambaleaba en 1976 a causa de los atentados
iniciados una década antes. La situación se hizo insostenible. Ya se había ordenado a nuestros soldados
aniquilar a los terroristas, pero la Presidencia no tenía la suficiente fuerza
para controlar la situación y fue así como la sociedad pedía la intervención de
las Fuerzas Armadas, los cotidianos atentados bombardeando edificios, oficinas,
casas particulares motivaba que la vida se haya transformado en un derecho
natural de escaso valor. Inclusive muchos de nuestros periodistas y
políticos reclamaban su inmediata intervención por el peligro del desintegro de
la República. Claro que hoy hacen
cobarde silencio y se llenan la boca denostando a los “genocidas”[2]
a quienes ayer pedían su ayuda.
Debilidades del ser
humano.
Fue así que el 24 de
marzo de 1976 la Junta Militar se hizo cargo del Gobierno con el objeto de
recuperar la paz y concordia y combatir a las organizaciones terroristas
traidores a la Patria.
Todos sabemos lo que
sucedió a continuación, fue una especie de primavera en que los ciudadanos
honestos podíamos salir a la calle y transitar por el territorio con absoluta
seguridad, en cambio los terroristas recibieron el mismo tratamiento que ellos
tanto conocían, fueron pagados con su misma moneda.
Y la guerra por ellos
iniciada encontró un rival que les peleaba de igual a igual y con sus mismos
métodos, ya no era asesinar civiles inocentes o soldados que cumplían con su
juramento. Ahora la guerra, como la
llamaron los propios terroristas, era entre ellos, que pretendían arriar la
celeste y blanca e izar la roja, y las Fuerzas Armadas que cumplían la orden
presidencial de defender a la Patria.
Finalmente, las
organizaciones guerrilleras fueron derrotadas en el campo de batalla, pero
lamentablemente no en el intelectual. Y de perdedores –con la ayuda de los gobiernos
democráticos que sucedieron a la entrega del poder por las Fuerzas Armadas–,
pasaron a ser los ganadores ideológicos. Las políticas culturales y educativas
de los 35 últimos años los han elevado a un nivel de reconocimiento que carece
de los mínimos fundamentos históricos y lógicos, aquellos asesinos hoy son
“jóvenes idealistas” y ellos o sus deudos fueron premiados con multimillonarias
indemnizaciones, subsidios importantes y vitalicios, con cargos públicos, y los
caídos en combate, homenajeados con recuerdos a sus memorias desarrollados en
colegios primarios y secundarios, así como por periodistas con memoria floja,
también con nuestros altos funcionarios acompañando a mandatarios extranjeros a
visitar el Parque de la memoria incompleta y arrojar flores al Río de la Plata
en sus memorias.
Y nuestros soldados,
los mismos que recuperaron la democracia, la misma democracia que falsamente
hoy se adjudican los políticos, ellos están
presos en miserables cárceles, sin atención médica ni espiritual, a ellos no se
les concede la “prisión domiciliaria” que a cualquier mayor de 70 años le
corresponde, a ellos no se les respetan los derechos de defensa, ellos son
acusados por testigos mentirosos y con
esa mínima y dudosa prueba nuestros jueces prevaricadores y fiscales corruptos,
los encarcelan, negando la excarcelación que les corresponde por el largo
tiempo sin sentencia. Y no olvidemos que se les juzgó aplicando la figura
de “Genocidio” que no existía al momento de los hechos imputados, violando así
un principio jurídico eterno cual es la prohibición de aplicar la ley penal con
retroactividad.
Y si algún juez, por
excepción, otorga con todo derecho una “prisión domiciliaria” a algún
nonagenario enfermo, entonces las turbas ignorantes y despiadadas, infelices a
cuerda que responden a intereses foráneos, no dudan en organizar crueles
escraches pidiendo que el “represor” vuelva a la cárcel.
No quiero cerrar esta
extensa nota sin recordar que nos fue prometido “Acabar con el curro de los
derechos humanos”… sin embargo no solo que no se acabó, sino que sigue vigente
con más fuerza. Nada ha cambiado desde que el Ingeniero Macri accediera al
sillón de Rivadavia. Rodeado de funcionarios de ideología de izquierda, el
broche de oro que demuestra la traición a su promesa nos lo da el pomposo “PRIMER PLAN NACIONAL DE ACCIÓN EN DERECHOS
HUMANOS”. De sus normas surge que es la oficialización del meneado curro.
Finalmente,
volviendo al principio, estamos en los umbrales de la Cuarta Guerra Mundial o
Segunda Guerra Fría, las consecuencias de las anteriores nos causan pánico. Hoy
los contendientes sobre el ring son dos “viejos amigos” como EEUU y la URSS, a
los que se han agregado China y Corea del Norte.
Roguemos a Dios que
se llegue a un acuerdo pacífico esta vez. Que el recuerdo del 24 de Marzo de
1976 nos haga recapacitar con honestidad.
Los únicos
beneficiados con la paz y la concordia será la REPÚBLICA ARGENTINA y todos sus
habitantes.
¡VIVA LA PATRIA!
Juan
Manuel Otero
NOTA:
Las imágenes, referencias y destacados no corresponden a la nota original.
[1]
Para tener conocimiento de semejante violencia, por favor ingresar al sitio web
de CELTYV (http://www.victimasdeargentina.com)
y/o ingresar a la página de facebook de AFAVITA
(https://www.facebook.com/victimasdelterrorismo.afavita/).
[2]
No se tiene conocimiento que la justicia haya condenado a alguien por genocida,
sin embargo los políticos, miembros de las organizaciones militantes de la
izquierda o las supuestas de DDHH, los periodistas en general… no vacilan en
calificar a las fuerzas legales como genocidas.
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