jueves, 11 de diciembre de 2014

PRESOS POLÍTICOS DE ARGENTINA... HASTA QUE TODOS LIBRES


Allí donde el feriado pasa las horas a sus anchas, hay gente que prepara las velas de su barco y se habla con el viento para juntos, andar las aguas del río manso. Un puñado de chicos se hamaca en su mundo vaivén, atados con cadenas al mismo destino. Hay señoras jugando a las cartas y hay señores jugando al tenis… y hay piernas fuertes con agitados corazones y diez camisetas iguales corriendo la misma pelota de sueño.

Es un lunes distinto como cualquier lunes distinto.

Una Traffic estaciona junto al mástil… justo delate de mis ojos.

Su chofer abre la puerta de par en par y un grupo de Hombres mayores, esos que el mundo llamaría “viejos”, se bajan con esfuerzo. Los huesos que duelen, los músculos que pasan facturas, el calor agobiante de un diciembre húmedo hace lo suyo… han salido temprano cargados de bolsas y regresan pasado el  mediodía cargados de penas. Pero con la mirada altiva de los que sabe que han hecho lo que debían hacer. Sus amigos, sus camaradas están presos, perseguidos por un gobierno voraz en eso de la venganza. Mientras muchos juegan tenis encogidos de honor, ellos vienen de las trincheras de los caídos con el Honor en la sangre.

Con éstos “viejos” quiero ir a la guerra y no con los que juegan tenis encogidos de honor.

Alrededor el mundo sigue su rueda, ajeno a ciertas penas que deberían ser de todos pero que son de unos pocos. Alrededor el mundo sigue su rueda de hombros encogidos. El puñado de huesos doloridos se baja y se saluda… y se dispersa cada uno para sus vientos.

Me quedo pensando… ahora el feriado cambia dentro de mí. Sigue de todos modos entre risas, juegos, deportes y mate… y otra vez la Traffic que estaciona en el mástil frente a mis ojos… y el chofer abriendo sus puertas y ahora, de sus entrañas baja un puñado de mujeres de caras cansadas, empapadas en el sudor de la humedad de un diciembre riguroso.

Bajan, estiran las piernas y cargan las mil bolsas verdes que volverán a cargar en uno días.

Vivo mis horas de pasatiempo en este feriado, con la cabeza gacha de vergüenza… “qué tiene, vos no tenés la obligación”… intenta calmarme alguien que quiero mucho… pero no. Pero sí… y yo, y vos, y vos, y todos tenemos la obligación de no olvidarlos, de no dejarlos solos, de intentar hacer algo para que sea éste el último fin de año de Presos Políticos presos, mutilados de los suyos.

Los Presos Políticos, aunque no nos demos cuenta, son de todos. Incluso de los que esta mañana juegan al tenis o levan sus velas hinchadas de viento.

Me acerco a las señoras que no conozco, les digo que sus Presos son también mis Presos, y les digo que hay muchos como yo que no los olvidamos ni los dejamos solos… una de ellas se acomoda el cabello, se lo retira de su cara llena de sudor, sonríe con un gracias… luego parten con sus penas, yo quedo con mis culpas.

Porque sí son míos los Presos Políticos de Argentina y porque sí tengo la obligación…porque estoy seguro que este feriado no sería de paz, sin la historia de cada uno de ellos.

Hasta que Todos Libres…

Horacio R. Palma
Ecribidor contumaz...

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