Sobre lo que sucedió
en el enfrentamiento entre las FFAA y los ejércitos del ERP y Montoneros el
señor, Juan C. Sánchez, en su carta de lector del 26/11/04, no puede disimular
su molestia y dirige su reproche, contra el que suscribe y otros, por la "defensa (que hacemos) de los militares
acusados de haber cometido crímenes de lesa humanidad". El tiro, sin
embargo, le sale por la culata porque, como bien dice la ley, "un acusado es inocente hasta que se
demuestre lo contrario" y, por ende, atacar a alguien por defender a
un presunto inocente debe considerarse una conducta típicamente fascista, la
cual, lejos de descalificar a los atacados se vuelve contra el descalificador.
También, se desprestigia afirmando la falsedad: "Son condenados por crímenes innegables, que ellos mismos no
niegan y que fueron reconocidos por Videla y por Balza". El general
Videla siempre dijo que fue una guerra y nunca que fueron crímenes. Balza, por
su parte, admitió que fueron crímenes; mas, no se lo debe haber creído porque,
dada la responsabilidad militar durante la dictadura, debió haber solicitado su
juzgamiento por su acción y omisión en los mismos. Por otro lado, la orden "criminal" de exterminar a los
subversivos fue del gobierno constitucional (no de Videla) y ella no transmite
ni la culpabilidad o ni el hecho de asumir un crimen a un acusado por la mera
circunstancia de pertenecer a las FFAA. El disparate jurídico, esgrimido por
Sánchez, podrá mandar en un régimen de tipo nazi o comunista, pero nunca en
donde la ley, para condenar, antes que dislates, exige ¡pruebas! Pero no sólo,
sino también, exige procesos ajustados a derecho y no juicios estalinianos en
los que se restringe el derecho de defensa. Por ejemplo, lo que sucede cuando
el tribunal impide que se pregunte a los testigos de la querella sobre sus "hazañas" terroristas contra
la sociedad o cuando se toman por verdad los testimonios en contra de los
acusados para suplir la ausencia de pruebas. A semejante despropósito, Sánchez
y otros llaman "ser juzgados con
prerrogativas democráticas". Ahora bien, si algún día se recuperara la
república, para los jueces y fiscales que a sabiendas socavaron la justicia, es
mi deseo, se les aplique todo el rigor de la ley (hasta tanto ese día les
llegue, reciban ustedes mi modesto, pero sentido y profundo, desprecio)
Mauricio
Ortín
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