miércoles, 17 de febrero de 2016

DISCURSO EMILIO EDUARDO MASSERA EN LA ESMA 1976

En la Escuela Mecánica de la Armada (E.S.M.A.), se realizó una ceremonia en memoria de los muertos por la patria y en actos de servicio, asisten de la ceremonia delegaciones de oficiales superiores, jefes, oficiales, personal de suboficiales y la totalidad del personal de ese instituto. Seguidamente se ve un discurso del Jefe del Estado Mayor de la Armada Vicealmirante Armando Lambruschini, donde menciona: “Por respecto a los que cayeron y caerán. Por respecto a los que sintieron su carne condecorada por las balas. Por los que están naciendo. Por los que tienen miedo y hasta por aquellos confundidos que después de esta honda tormenta quieran nacer como hombres libres. Por todos ellos hoy digo aquí, la muerte no vencerá porque todos nuestros muertos, desde los que cayeron combatiendo hasta los que cayeron en nuestras posiciones de servicio, todos, todos ellos han muerto para el triunfo de la vida”.

Luego pronuncia un discurso el Comandante en jefe de la Armada, Almirante Emilio Eduardo Massera, donde mencionó: “Lentamente, casi para que no nos diéramos cuenta, una máquina de horror fue desatando su iniquidad sobre los desprevenidos y los inocentes. En medio de la incredulidad de algunos, de la complicidad de otros y el estupor de muchos había comenzado la guerra, una guerra oblicua y diferente. Una guerra primitiva en sus procedimientos pero sofisticada en su crueldad. Una guerra a la que tuvimos que acostumbrarnos de a poco porque no era fácil admitir que el país entero se viera forzado a una monstruosa intimidad con la sangre. Entonces empezó la lucha, todos tuvimos bajas, hombre públicos y hombres anónimos, mujeres y niños, civiles y militares, de las fuerzas de seguridad y de la policía. Fueron alcanzando hora tras hora dolorosa notoriedad en las páginas de los diarios y casi no hubo noche en la Argentina que no se cerrara sobre un nuevo llanto, venciendo todos los obstáculos que le opuso a la incomprensión interesada. Un día las fuerzas armadas pasaron la ofensiva y allí en el noroeste nuestros valerosos camaradas del ejército empezaron una guerra riesgosa y paciente. Halle en este momento a esos hombres y a todos los hombres de las más diversas unidades que lucharon y volvieron o que quedaron para siempre en los frentes de combate, el más emocionado de nuestros recuerdos. Después las Fuerzas Armadas inician el proceso de reorganización de la Republica y ya con la responsabilidad del poder político en sus manos la ofensiva se torna más integral, más eficaz, y la Fuerza Aérea y la Armada que ya conocían en carne propia las heridas de esta guerra impúdica. Acentúan su participación militar y contribuyen con su heroísmo a la derrota del enemigo. Pero este conflicto que no es argentino sino internacional, ya que ha estallado con similar violencia en muchos otros países, tiene características e historia sin precedentes. En un primer análisis pareciera que tan solo están en pugna ideológica de signo opuesto pero si se penetra su esencia se advierte que las concepciones filosóficas y políticas enfrentadas son casi excusas intelectuales de un mal mucho más desgarrador. Es verdad, pero no toda la verdad que esto es una guerra entre el materialismo dialéctico y el humanismo idealista. Es verdad, pero no toda la verdad que esta es una guerra entre los idolatras de los más diversos tipos de totalitarismos y los que creemos en las democracias pluralistas. Es verdad, pero no toda la verdad que esto es una guerra entre la libertad y la tiranía. Lo cierto, lo absolutamente cierto es que aquí y en todo el mundo, en estos momentos luchan los que están a favor de la muerte y los que estamos a favor de la vida, y esto es anterior a una política o a una ideología, esto es una actitud metafísica. Estamos combatiendo contra leninistas, contra delirantes de la destrucción cuyo objetivo a la destrucción en sí, aunque se enmascaren en redentores sociales, por eso vemos sus inexplicables alianzas, por eso vemos sus inexplicables víctimas, muchísimas de ellas sin valor estratégico ni táctico. Por eso los vemos escribiendo en las paredes “Viva la muerte” y esa es la única vez que dicen la verdad. Así como en otros siglos ha habido peste que flagelaron al mundo durante mucho tiempo, así parece la humanidad de hoy asistir una novedosa y alucinante epidemia, la voluntad de matar”. Por último, se observa al Comandante en jefe de la Armada, Almirante Emilio Eduardo Massera, acompañado del Jefe del Estado Mayor de la Armada Vicealmirante Armando Lambruschini, colocando una ofrenda floral al pie de un monumento. (Edgardo Mesa/Magnetico)
Fecha: 2/11/1976



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