Esta “clase magistral” es una clara demostración que del ridículo no se regresa más, se
puede regresar de todo menos del ridículo… situación a la que la señora
presidente nos tiene más que acostumbrados. No es el primero y seguramente no
será el último. Deja la sensación que sufre de desequilibrios psicológicos que
pueden afectar a sus altas responsabilidades.
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