ARGENTINA | Acusan al ex presidente de lavado de dinero
Ramy Wurgaft (corresponsal) |
Buenos Aires
Durante varios días, la ex secretaria de Néstor Kirchner estuvo
lidiando con su propia conciencia, hasta que finalmente decidió hablar. Miriam Quiroga, la mujer a quien el ex
presidente confiaba todos sus secretos, confirmó en un programa televisivo, la sospecha de que su jefe formó parte de
una red de lavado de dinero.
"Un año después de que Néstor llegara al poder (en el 2003)
comenzaron a llegar a la Casa Rosada, unos
sacos negros repletos de dinero en efectivo. Luego, la plata era
transferida a Santa Cruz en el avión presidencial", contó Quiroga,
refiriéndose a la provincia del sur de Argentina, donde nació Kirchner y donde
dio sus primeros pasos en la política.
La dama a la que también se le atribuye un romance con el
marido de la actual jefa del Gobierno, comenzó a trabajar con Kirchner en
la década de los 90, cuando éste ejercía de gobernador de Santa Cruz. Fue
entonces que Néstor trabó amistad y se asoció con el empresario Lázaro
Báez, a quien la Justicia investiga por lavado de dinero.
Se presume que Kirchner atesoraba el "dinero sucio", procedente de las presuntas
comisiones que cobraba Báez, en una de las casas que posee la familia
en la localidad turística de El Calafate. El despacho de Miriam Quiroga estaba
pegado al de su jefe, de modo que podía escuchar sus conversaciones
telefónicas.
"En varias ocasiones
mencionó la bóveda que mandó construir en una de sus propiedades. Supongo que
era la bóveda donde guardaba la plata", contó Quiroga, en el programa
Periodismo Para Todos (PPT), que conduce el periodista Jorge Lanata.
Fue en este espacio de Canal 13
donde hace tres semanas, salieron a la luz los primeros indicios que apuntan a Néstor Kirchner como figura clave
de la organización que habría despachado el equivalente a 10 millones de
dólares, a cuentas 'off shore' en diferentes paraísos fiscales.
"En una ocasión, un
funcionario de la confianza de Néstor me pidió que pesara uno de esos sacos
misteriosos. Le pregunté que contenía y él me guiñó el ojo. El cargamento (de
dinero) salía al extranjero en aviones privados", dijo la ex secretaria a
quien Néstor apodaba 'mi doble femenino'.
Como premio a su discreción, el
ex presidente la nombró jefa de la oficina de Documentación Presidencial, con
un sueldo de privilegio. Tras el fallecimiento de su marido, en octubre del
2010, Cristina Kirchner la despidió sin
darle explicación alguna. La presidenta no imaginó que con su impulsiva
decisión, se había ganado una peligrosa enemiga.
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