Por Mario Sandoval[1]
Oberdan Sallustro |
El gobierno Kirchner, los expertos argentinos e
internacionales, la justicia, los hombres políticos, los periodistas, los
investigadores, los académicos, los responsables y militantes de las ONG, los
intelectuales, las iglesias, los partidos políticos, los parlamentarios, la
sociedad en general, tienen pleno
conocimiento que las organizaciones terroristas argentinas que actuaron en los
años 70, asesinaron, secuestraron, torturaron, hirieron gravemente numerosos
ciudadanos argentinos y extranjeros. Ninguna persona honesta puede negar,
ocultar, ignorar, minimizar, esos hechos que se quiere silenciar. Solamente la
ceguera ideológica, negacionista, puede afirmar lo contrario.
Esas víctimas (hombres, mujeres, niños, políticos,
empresarios, sindicalistas, diplomáticos, académicos, funcionarios, jueces…) no
recibieron a la fecha el reconocimiento del gobierno, de la justicia, de las
ONG y de un sector de la sociedad. ¿Porque esa injusticia? Mientras que los
magistrados, apoyados por el gobierno y las ONG para estatales, se apresuran
por intervenir en casos extranjeros según los principios de la justicia
universal.
¿Dónde están la
justicia, las organizaciones y las asociaciones defensoras de los derechos
humanos, para proteger los derechos de esas víctimas?
¿Dónde están los
medios, los periodistas, los intelectuales, los académicos, los militantes,
para proclamar por los derechos de estas víctimas?,
¿Dónde está la
comunidad internacional representada por las organizaciones y asociaciones que
ella financia para defender los derechos humanos de estas víctimas?
¿Dónde están los
hombres políticos, las personalidades de la sociedad civil, las autoridades
nacionales o provinciales, interesadas en los derechos humanos de esas
víctimas?
Los magistrados, asociados ideológicamente al poder político
central, deciden cobardemente de no reconocer el derecho a esas víctimas,
aplicando escrupulosamente la hoja de ruta redactada por el gobierno y sus
actores periféricos. Extrañamente se
aplica una política de derechos humanos donde se violan los derechos que se
deben proteger.
Esos hombres y mujeres, usurpando un cargo, reconocidos
manipuladores de la justicia, presentan en sus sentencias argumentos (ilegales)
en las cuales el autor de un crimen (miembro de una organización terrorista) es
una víctima y que la víctima real es inexistente porque el delito jamás ocurrió
o se aplican todos los elementos procesales para crear barreras jurídicas que
protejan los autores de esos hechos.
Nunca voces públicas, privadas, asociativas, reclamaron
arduamente la aplicación del artículo 1
del Decreto 157/83 (…promover la persecución penal de los responsables de
la organización terrorista montoneros…), ni se manifestaron contra el panfleto
doctrinario de la Resolución N° 158 de la
PGN del 29 noviembre 2007 ordenando a los fiscales con competencia penal,
de no investigar por crímenes contra la humanidad cometidos por ex terrorista.
Esteban Righi Procurador General de La Nación |
Las decisiones de esos magistrados
y del procurador general de la nación,
son una violación a los derechos humanos, es una injusticia y demuestra una
total inseguridad jurídica en Argentina. Agregado a ello, un análisis histórico
fraudulento.
[i]Tanto
la justicia argentina[2],
como en las publicaciones extranjeras[3]
e informes de ONG[4]
confirman que entre 1969 y 1979 en Argentina ocurrieron más de 21000 hechos
terroristas que dejaron numerosas víctimas (nacionales y extranjeras).
Será de gran interés humanitario, histórico, jurídico, que
el gobierno nacional, la justicia y las ONG comuniquen los nombres de las víctimas extranjeras a sus respectivas
embajadas acreditadas en Argentina para que sus familiares puedan conocer la
verdad y hacer el duelo tanto esperado. Conociendo la identificación en los
principios de los derechos humanos de las representaciones diplomáticas
italianas, españolas, neerlandesas, francesa, inglesas… al disponer de esos
nombres, los mismos serán publicadas e integrarán la lista de víctimas del
terrorismo.
Proposiciones al
gobierno nacional, al jefe del gobierno autónomo de la ciudad de Buenos Aires y
a todos los hombres y mujeres de buena voluntad defensores de los derechos
humanos:
- Realización de una ceremonia pluriconfesional en la catedral de la ciudad de Buenos Aires, en el día de las víctimas del terrorismo, el 5 de octubre próximo. Con la presencia de las delegaciones diplomáticas acreditadas en Argentina que aportan una ayuda inestimable en la política de derechos humanos en el país.
- Inauguración de una placa recordatoria en homenaje a todas las víctimas (nacionales y extranjeras) de las organizaciones terroristas argentinas. La cual pueda ser visitada por las altas autoridades extranjeras al visitar la Argentina y honrar sus conciudadanos víctimas de las organizaciones terroristas.
- Designación de una calle o plaza con el nombre de Víctimas de las Organizaciones Terroristas.
- Promulgación de una ley de reconocimiento, reparación y beneficios a las víctimas provocadas por las organizaciones terroristas en Argentina durante los años 70.
- Integrar en el sistema educativo (público, privado): en las escuelas primarias, secundarias, universidades, centros de estudios, programas pedagógicos para hacer conocer la situación de las víctimas que dejaron las organizaciones terroristas argentinas.
- Solicitar que los medios de comunicación publiquen los nombres, apellidos y nacionalidad de esas víctimas, con fecha y lugar, donde sufrieron el ataque terrorista. El gobierno, la justicia y las ONG disponen de esas informaciones.
Teniendo en cuenta que para las autoridades nacionales la
desinformación y la inacción son de rigor en ese dossier, el jefe de la ciudad
autónoma de la ciudad de Buenos Aires debe asumir el liderazgo, el compromiso
político, la obligación moral, histórica, jurídica en defensa de esas víctimas.
Dispone de todos los instrumentos y medios para materializar las propuestas. Un
silencio significará no reconocer ni interesarle la situación de esas personas.
No olvidemos las
víctimas nacionales y extranjeras que fueron el blanco de las organizaciones
terroristas en la Argentina de los años 70, también merecen: Memoria, Historia,
Justicia.
Paris, agosto 16 del 2013,
Mario Sandoval. marios46@hotmail.com
NOTA: Las
imágenes y negritas no corresponden a la nota original.
[1]
Mario Sandoval, francés, nació en Buenos Aires. Al comienzo de los 80’ se
instala en Francia donde continuó su formación y actividades en ciencias
políticas y filosofía, habiendo ocupado funciones en la docencia superior y consultorías,
a nivel nacional e internacional en los campos de las relaciones
internacionales, la geopolítica y una trayectoria publica conocida.
Regularmente realiza à nivel internacional conferencias, asesorías y
publicaciones. Miembro de centros de investigaciones, asociaciones
multidisciplinarias.
[2]
Causa 13/84: “…entre 1969 y 1979 se computan 21.642 hechos terroristas…”
[3] a) Terrorism against U.S,
Businesses in Argentina 1969 y 1978 in Businesses Operating Abroad in Terrorist
Environments, Susanna W. Purnell, Eleanor S. Wainstein. November 1981, U.S.
Department of Commerce, y b) The Encyclopedia of Kidnappings de Michael Newton,
Facts on File, May 2002
[4]
Afavita: http://www.afavita.org/,
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