Queridos amigos:
El informe de hoy comienza con la presentación de tres
escenas con muy diferentes protagonistas.
Escena uno:
un carnicero de barrio acaba de vender su producto a una clienta y confiesa
desolado que no le puede dar el vuelto
porque todos los compradores vienen con billetes de cien pesos y carece
de billetes pequeños.
Escena dos:
un profesor de economía, en su cátedra, analiza el nivel de reservas que es de
35.200 millones de dólares luego de la
disminución de 8000 millones en
lo que va del año y concluye que si la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos no toma el caso de los
tenedores de bonos impagos argentinos, y se ejecutan los fallos de pago total
de la deuda, entraremos nuevamente en default.
Escena tres:
legisladores de la oposición son forzados a tratar el proyecto de presupuesto
sin tiempo para lectura previa, pero a simple vista les surge que presenta
valores de inflación y crecimiento alejados de la realidad y que promete una
baja del gasto público que implica un
ajuste tan brutal como descabellado.
La conclusión que
puede obtenerse de estas tres escenas recortadas de un cuadro de realidad
compleja, es que estamos entrando en una zona de crisis que se percibe en la
calle, en los círculos académicos y en
los foros políticos, sin que el gobierno atine a formular políticas
públicas capaces de frenar la debacle.
La mentira sistemática resulta cada vez menos eficaz para
engañar a los ciudadanos y cada vez más onerosa en sus consecuencias. El INDEC insiste en un índice de inflación
del 0,8 por ciento para Agosto, mientras que las agencias privadas miden 2,1
por ciento en el mismo período. La proyección de los datos oficiales da una
inflación anual del 10 por ciento y esa fantasía permite esconder en los
papeles el porcentaje de pobreza y dibujar un crecimiento del Producto Bruto
Interno inflado. Pero esto no es gratis, la falta de credibilidad nos aleja de
los mercados de capitales y el hecho de declarar un PBI superior al 3,2 por
ciento nos obligará a pagar 5000 millones de dólares a los tenedores de bonos
que tienen cupones atados al crecimiento. Aislados
y auto engañados, observamos que el presupuesto prevé destinar 9855 millones de
dólares (aproximadamente el 25 por ciento de nuestras reservas) en el año 2014
en carácter de pago de la deuda pública, tomándolos del Banco Central.
Para evitar los cuestionamientos que seguramente presentaría
la nueva composición de la Cámara de
Diputados con las incorporaciones de los elegidos en Octubre, el gobierno
busca la aprobación rápida, tanto de este presupuesto poco creíble como de las
figuras de emergencia económica, que le da discrecionalidad en el manejo de la
economía, y de la actual distribución de los ingresos del impuesto al
cheque y demás ingresos tributarios,
para mantener el reparto de 75 por ciento para el gobierno nacional contra el
exiguo 25 por ciento que se coparticipa con las provincias.
En este punto es por demás necesario considerar los
metamensajes que surgen de estas actitudes gubernamentales. Mucho se ha especulado con la posibilidad de que
una fuerte derrota en Octubre podría precipitar una salida anticipada del
actual gobierno y personajes como Luis
D´Elía se han permitido hasta
ponerle fecha en Noviembre. Frente a estas usinas de acción psicológica
que buscan preocupar a los ciudadanos y victimizar al oficialismo está la
realidad que representa la búsqueda de los instrumentos jurídicos para seguir
ejerciendo el poder desde el ejecutivo sin atender a la división de poderes que
establece nuestra Constitución. Evidentemente el gobierno espera contar con el
fraccionamiento de la oposición para lograr sus objetivos en el Congreso y con los
Decretos de Necesidad y Urgencia para avanzar cuando encuentre obstáculos
reales.
Pero el problema más serio que deberá enfrentar la señora presidente en sus dos últimos años de gobierno no serán
los embates opositores ni la fuga de aliados de conveniencia sino la espantosa
realidad económica que obligará a manejar palabras
prohibidas tales como ajuste, devaluación, desborde inflacionario y hasta default.
Entretanto, el aparato oficialista intenta torpemente tratar
de modificar la tendencia del voto de
rechazo expresado en las PASO, particularmente en la estratégica Provincia de
Buenos Aires.
A nivel nacional la señora presidente anunció un aumento de 1900 millones de pesos en el
aporte anual del Estado a las obras sociales sindicales y duplicó el monto de
facturación para los contribuyentes adheridos al régimen de monotributo sin
aumentarles la cuota mensual. Por su parte, el gobernador Scioli, que
durante todo el año tuvo serias dificultades para poder pagar los sueldos
provinciales, ahora anunció un aumento de más del cien por ciento de la
jubilación mínima y de más del cuarenta
por ciento en las pensiones. Por mucho que quiera disimularse el carácter
meramente electoral de estos anuncios, formulados luego de la dura derrota en
las urnas, nadie deja de notar el contraste entre esta generosidad y el rechazo
enérgico a atender reclamos gremiales cuando las huestes oficialistas se
sentían vencedoras y dueñas de los votos ciudadanos.
Otro capítulo de la lucha electoral que obliga a utilizar
palabras prohibidas es el referente a la inseguridad.
El primer candidato a diputado nacional
por el Frente para la Victoria en la Provincia de Buenos Aires, el intendente de Lomas de Zamora Martín
Insaurralde, decidió abandonar los padrinazgos que lo habían reducido a un mero acompañante de
la figura presidencial para esbozar una idea propia. Su propuesta de bajar la
edad de imputabilidad en el marco de una reforma del régimen penal juvenil lo
puso en el centro de la escena pero fue fuertemente cuestionado por los
referentes legislativos de su propio espacio político. El diputado Carlos Kunkel llegó a decir “Nunca votaría un proyecto vinculado
con la baja de imputabilidad de
menores, estuvo mal asesorado”. Aunque luego consiguió algunos apoyos, a Insaurralde le debe haber quedado claro
que cuando acceda a la Cámara de
diputados con el peso de la derrota electoral y su poco poder dentro del bloque del Frente para la Victoria, que
solo vota lo ordenado por el ejecutivo,
pasará a ser un simple miembro de número con pocas posibilidades de desarrollar
iniciativas propias. En esas condiciones, suponemos que le surgirán serias
dudas acerca de la conveniencia de completar su período como intendente, lugar
con mucho más peso para ser considerado en el 2015 y con los numerosos antecedentes de candidatos
testimoniales que no asumieron su banca.
![]() |
Leonor Granados |
Jugado en la defensa de un modelo que siempre lo hostigó, el
gobernador Daniel Scioli sintió que
le soltaron las manos que alguna vez denunció como atadas y ungió al Intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, en el desdoblado Ministerio de Seguridad provincial. Scioli sorprendió con un duro discurso
en el que dijo que desde el Estado de Derecho hay que estar “dispuestos a todo” para enfrentar el
flagelo de la delincuencia y Granados,
por su parte, fue tan verbalmente duro
que su propia hermana, que es senadora provincial (y que ahora
milita con Sergio Massa) lo tildó de tener un “doble discurso” que además
es “muy violento”.
Les damos la bienvenida a quienes se animan a pronunciar
palabras hasta ayer prohibidas como “inseguridad”
pero notamos que son “conversos de
ocasión” que llegan sin planes, experiencia ni idoneidad, a halagar los
oídos de los votantes y discursear “para la tribuna”.
Luchar contra la inseguridad requiere desmantelar el crimen
organizado que tiene apoyos políticos y complicidad policial y detrás del cual
están poderosos financistas del narcotráfico y la trata de personas. También
hace falta una tarea de largo plazo que aparte a los jóvenes de la marginalidad
con educación y trabajo genuino y devolver a la policía facultades para
prevenir los delitos y hacer inteligencia criminal. Mucha tarea para un cambio de nombres pergeñado con fines electorales.
En las actuales circunstancias coincidimos con el discurso
de Gerónimo Venegas que expresa la
necesidad de comenzar a pensar en cómo atender
problemas tales como la inflación, la competitividad y la salida del
cepo cambiario, de forma que el ajuste no termine recayendo sobre los más
débiles de la sociedad. En este destape de palabras prohibidas incluimos
también el concepto de “déficit
energético muy grave” que ya se incorporó al discurso del presidente de YPF, Miguel Galuccio, y esperamos que el Ministro Randazzo termine de culpar a lo hecho en los “últimos 50 años” para justificar el
desastre que es el transporte ferroviario,
asumiendo las responsabilidades acumuladas en los diez años del gobierno
al que pertenece.
La cuestión de fondo es que percibimos que luego de las elecciones de Octubre el
gobierno tratará de organizar su sucesión mientras que la realidad impone un cambio de paradigmas. Incorporar las
palabras prohibidas que reflejan los problemas reales que antes se negaban es
un hecho auspicioso, pero de escaso valor si no va acompañado de políticas que
promuevas soluciones reales. En las entrañas de este modelo nunca claramente
definido, los hechos indican que se ha procurado aislar a la Argentina de los
mercados de capitales, estatizar empresas (Aerolíneas Argentinas, YPF, los
ferrocarriles, etc), controlar la iniciativa privada, imponer un proteccionismo
anacrónico e intentar preservar los
dólares con “cepos” y la inflación
con “congelamientos”. El sustento
ideológico es el de una izquierda anticuada y la reivindicación de una
guerrilla setentista violenta y criminal que nos retrotrae al mundo de la
guerra fría en medio de la era de la globalización.
El futuro nos plantea
el desafío de instalarnos en el mundo contemporáneo aprovechando todas las
oportunidades que le brinda a un país riquísimo en recursos que solo necesita
de una dirigencia inteligente y honesta
para modificar su patrón de decadencia injustificada.
Si el rezo y la voluntad del Papa sumados al coro de los hombres de buena voluntad, pudieron
obrar el milagro de que se abriera una oportunidad para evitar el agravamiento
de la guerra en Siria, nada nos impide
soñar con el proyecto de una Argentina mejor, donde la corrupción sea
repudiada, la palabra empeñada sea defendida, la honestidad sea admirada y los
valores nacionales y cristianos nos permitan educar a nuestros hijos y
construir con ellos y para ellos un buen lugar para vivir. Sin mentiras, ni palabras prohibidas.
Un abrazo para todos.
Juan Carlos Neves,
Nueva Unión Ciudadana
NOTA: Las
imágenes y negritas no corresponden a la nota original.
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