Los
muertos no están ausentes, ellos permanecen.
Por
Mario Sandoval[1]
A
los hombres y mujeres, Prisioneros Políticos, muertos en cautiverio en las
cárceles del pueblo del gobierno Argentino, por haber protegido frente a la
barbarie, la sociedad, las libertades y las instituciones en los años 70. A
esos padres, esposos, hijos, hermanos, ciudadanos…, 286 personas que a la fecha
fueron exterminados por la justicia y por una política de Estado.
Queridos
amigos: Sé que ya no están para escucharnos, pero espiritualmente están vivos,
nos dejaron recuerdos imborrables en cada momento de sus vidas. Gracias, porque
vuestra presencia sigue cerca de nosotros, siempre nos acompañará, nos dará
fuerza, nos guiará para obtener justicia en nombre de todos los prisioneros y
perseguidos políticos. Acepten el pedido de perdón por nuestra ausencia en los
momentos cruciales, dado que no hicimos nada para impedir la persecución que
ustedes vivieron, sufrieron y que abandonados por la sociedad murieron en
silencio, en donde las obligaciones positivas del Estado fueron inexistentes.
Solo la familia y reducidos amigos, estuvieron hasta último momento. Tenemos
una deuda con vosotros.
Asumieron
con honor la discriminación, las numerosas violaciones jurídicas, los ataques
virulentos de militantes y asociaciones radicalizadas, como también el
sufrimiento infligido por un Estado totalitario quien actuando en nombre de los
derechos humanos utilizó mecanismos y métodos contrarios a los principios
esenciales de justicia. Otra forma de terrorismo. Hemos observados pasivamente,
de manera indiferente y hasta cobarde, como se llevaron a cada uno de ustedes,
violando sus derechos, atacando sus familias, destruyendo sus vidas. Preferimos
mirar para otro lado, guardar silencio, no perder nuestros privilegios, dejar
de lado nuestros valores y hasta asociarnos con el diablo por conveniencia.
¿Hasta cuándo dejaremos que ello continúe? ¡Ya en décadas recientes, ciudadanos
ejemplares padecieron el sufrimiento inhumano hasta la muerte en las cárceles
del pueblo de las organizaciones terroristas! Ustedes acompañaron estoicamente
la profecía: “No tengas miedo por lo que vas a padecer…. Permanece fiel hasta la
muerte y te daré la corona de la vida”[2].
Esa conducta es un ejemplo, un honor para vuestras familias y la sociedad no
debe olvidar que estos hombres y mujeres, deben ser recordados como víctimas de
la venganza de un gobierno. Por ello, recordamos las oraciones de esperanza del
obispo Louis Bougaud[3],
quien en homenajes similares, expresó:
“El gran y triste
error de algunos, incluso buenos, es el de imaginar que aquellos que la muerte
se lleva nos dejan. No nos dejan. Se quedan. ¿Dónde están? ¿En la sombra? ¡Oh,
no! Somos nosotros los que estamos en la sombra. Ellos están a nuestro lado,
bajo un velo, más presentes que nunca. No los vemos porque una nube oscura nos
envuelve, pero ellos nos ven. Tienen sus ojos hermosos llenos de gloria puestos
sobre nuestros ojos llenos de lágrimas. Oh, consolación inefable, los muertos
son invisibles, no están ausentes. Yo he pensado mucho en lo que podría
consolar mejor a los que lloran. Helo aquí: es la fe de pensar en esta
presencia auténtica e ininterrumpida de nuestros seres queridos, que han
muerto. Es la intuición clara, penetrante de que, por la muerte, no se han
apagado, ni alejado, ni están ni siquiera ausentes, sino vivos, cerca de
nosotros; felices, transfigurados sin haber perdido en ese cambio glorioso ni
una sola delicadeza de su alma, ni la ternura de su corazón, ni una sola
preferencia de su amor; habiendo, por el contrario, en sus dulces y profundos
sentimientos, crecido cien codos. La muerte para los buenos es una subida en la
luz, en el poder y en el amor. ¡Aquellos que, hasta ahora, no eran más que
cristianos ordinarios, son perfectos; los que no eran más que hermosos pasan a
ser buenos; los que eran buenos son sublimes!”.
Paris,
12 marzo 2015,
Prof.
Mario Sandoval, marios46@hotmail.com[4]
“No
reconozco el gobierno argentino actual de la organización Kirchner, sus
instituciones, sus autoridades nacionales, provinciales, judiciales,
administrativas, legislativas. No reconozco las decisiones de justicia de la CSJN,
de los tribunales inferiores que violan los principios esenciales de los
derechos humanos de los ciudadanos”.
[1] Mario Sandoval, francés, nació en Buenos Aires. Formación y
actividades en ciencias políticas, filosofía, habiendo ocupado funciones en los
sectores públicos y privados, la docencia superior y consultorías, a nivel
nacional e internacional, en los campos de las relaciones internacionales, la
geopolítica. Regularmente realiza conferencias, asesorías, publicaciones y
organiza coloquios a nivel internacional. Miembro de centros de
investigaciones, asociaciones multidisciplinarias.
[2] Apocalipsis 2.10
[3] Monseñor Louis-Victor-Emile
Bougaud, (28-02-1823 / 07-11-1888), Obispo de Laval en Mayenne, Francia.
[4] En otras ocasiones propuse la
utilización de un sol de ocho rayos como identificación de los PP. Propongo
para los próximos sepelios, entre otros homenajes, leer las palabras del obispo
Louis Bougaud, junto a la marcha fúnebre de Chopin y el toque de silencio.
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