ENTREVISTA A ARTURO LARRABURE
El hijo del coronel Argentino del
Valle Larrabure, torturado y asesinado por el ERP en 1975, tras más de un año
de cautiverio, revela parte de la historia posterior, además de analizar y
cuestionar el accionar de los terroristas.
El libro de Arturo C. Larrabure acerca de los sucesos que terminaron
con la muerte de su padre, presentado en 2006.
Por María del Valle Alvarez
Gelves
Arturo Cirilo Larrabure era
apenas un adolescente cuando aquel 10 de agosto de 1974, durante el Gobierno
encabezado por María Estela Martínez de Perón, un numeroso grupo terrorista
armado perteneciente al autodenominado Ejército Revolucionario del Pueblo, conocido
por su sigla ERP, atacó la Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos de la
localidad de Villa María, en la provincia de Córdoba.
En dicha acción y tras su ingreso
por la fuerza a la planta, facilitada por un conscripto entregador, los
elementos subversivos tomaron como rehenes al capitán Roberto García -quien
luego aparecería herido de gravedad en una ambulancia, en la capital de esa
provincia- y al subdirector, el entonces mayor e ingeniero químico Argentino
del Valle Larrabure.
Este último fue capturado y
llevado como rehén por el ERP, quien lo mantuvo cautivo en un cubículo conocido
como “cárcel del pueblo”, en algún
lugar de Córdoba, durante poco más de un año, hasta que su cadáver apareció
dentro de una bolsa de plástico tirado en una zanja, con signos en su cuello de
un posible ahorcamiento.
Según la organización terrorista,
el mayor Larrabure --que había sido llevado a otro escondite en Rosario, donde
transcurrió el cautiverio de sus últimos meses de vida-- murió el 19 de agosto
de 1975, a los 43 años. Con posterioridad, fue ascendido al grado de coronel
post mortem.
La que sigue es una entrevista a
su hijo Arturo, autor en 2006 del libro Un Canto a la Patria, en el que relata
no solo los acontecimientos que signaron la vida de su padre, sino el contexto
político histórico y la lucha que encabezó en los años posteriores para que
este hecho fuera considerado delito de lesa humanidad.
- ¿Por qué citaron a declarar a
Carlos Ruckauf en la causa que se investiga el asesinato de su padre?
- Como ministro de María Estela
Martínez de Perón, Ruckauf firmó del decreto 2.717/75 que prorrogara la
vigencia del Estado de Sitio --decreto 1.368/74--, antecedentes claves para
demostrar que Argentina vivía entonces un ataque sistemático a la población
civil, desatado por las organizaciones terroristas para imponer su plan
criminal.
- ¿Por qué lo son?
- Porque en los considerandos del
decreto 1.368/74 que declarara el estado de sitio se menciona la necesidad
imperiosa de “erradicar expresiones de una barbarie patológica que se ha
desatado como forma de un plan terrorista alevoso y criminal contra la Nación
toda”, llegando al extremo de amenazar a niños en edad escolar. Ese decreto se
firmó en noviembre de 1974; días después el ERP asesinó cobardemente por la espalda
a María Cristina Viola, de 3 años, e hirió gravemente a su hermana María
Fernanda, de 5 años, y asesinó también al padre de ambas, el capitán Humberto
Viola, todo en presencia de su esposa embarazada de cinco meses.
- ¿Cómo describió Ruckauf la situación
que vivía entonces el país?
- Destacó que en ese tiempo se
había decretado el estado de sitio “por el accionar terrorista que era de gran
magnitud”, aclarando que “era un ataque al Gobierno y a las instituciones, que
afectó, sin duda, además a civiles”. Al referirse a las características que
tuvo ese ataque, señaló que “había secuestros, atentados y ataques a cuarteles,
estructuras policiales, personal judicial, personal policial y civiles”. La
querella le preguntó entonces si tales ataques eran ocasionales, aislados o
sistemáticos, respondiendo: “Hubo muchos hechos”.
- ¿Explicó por qué se había
firmado el decreto 2.772/75 que ordenara a las Fuerzas Armadas combatir al
terrorismo?
- Sí, dijo que Italo Luder, como
presidente interino, les había manifestado que las fuerzas de seguridad estaban
superadas. Y que por eso este decreto se firmó en acuerdo de gabinete, y no
solamente con los ministros de las áreas respectivas.
- ¿Explicó cuál era el objetivo
del plan criminal de la guerrilla?
- Dijo que en los medios salía
que el ERP buscaba el poder.
- ¿Ruckauf se refirió a qué
hubiera ocurrido si lograban su objetivo?
- Preguntado sobre qué tipo de
gobierno se hubiera instaurado en el país de haber tomado el poder el ERP,
respondió: “Puedo suponer que marxista, porque ellos alegaban que eran
marxistas...”. Es un punto esencial que los argentinos deberíamos meditar.
- ¿Por qué?
- Porque el país hubiera sufrido
la dictadura del proletariado con miles de víctimas. Arnol Kremer, miembro del
buró político del ERP, ha reconocido que ellos no creían en la democracia y que
iban a implementar la dictadura del proletariado.
- ¿Y si los Montoneros hubieran
triunfado?
- La respuesta la ha dado Héctor
Leis en Testamentos de los años 70.
- ¿Qué dice allí?
- Leis, que había sido un
importante oficial de Montoneros, narra que el potencial terrorista de los
Montoneros era imposible de prever. Existía un cálculo inconfeso de medio
millón de víctimas, entre prisión y fusilamientos, que serían necesarias luego
de tomar el poder para que el socialismo pudiera sobrevivir rodeado por un
cerco de países capitalistas subordinados al imperialismo. Un miembro de la
conducción regional de los Montoneros enunció esa cifra con total naturalidad
en 1974, como respuesta a su pregunta sobre las primeras tareas de la
revolución triunfante. Y es solo una parte de todo lo trascendente que revela.
- ¿Cómo cuestiona Leis a ese
relato?
- Señala que los museos “de la
memoria” registran solamente a las víctimas de un lado, pero no del otro,
ocultando el hecho de la beligerancia compartida. Cuestiona que para intentar
una mejor construcción del supuesto crimen contra la humanidad de los
militares, sus víctimas son transformadas en inocentes sin ningún tipo de
identificación o vínculo con las organizaciones guerrilleras. De tal manera
–sostuvo- no se le hace justicia ni a la historia ni a la propia víctima, que
enfrentó la muerte con el grado de oficial de Montoneros, no como simple
estudiante o empleado. También cuestiona la forma cómo se ha juzgado el pasado.
- ¿Por qué?
- Leis sostuvo que en el
banquillo de los acusados por la lucha armada estallada en los años 70 en
Argentina debían, ciertamente, estar muchos más de los que están. Y fue más
lejos, al plantear cuál es el peor terrorismo desde el punto de vista
conceptual e histórico. ¿Es peor aquel realizado en nombre del asalto al poder
o en nombre de la defensa del Estado?
- ¿Qué pensaba al respecto?
- Pensaba que no hay ninguna
legitimidad en el terrorismo al servicio del asalto al poder en un contexto
democrático, como ocurrió en el período de 1973 a 1976, durante el cual las
organizaciones guerrilleras continuaron comportándose casi de la misma manera
que antes con la dictadura. El terrorismo no tiene ninguna legitimidad —aun
luchando contra una dictadura— si lo que quieren sus ejecutores es hacer una
revolución para imponer nuevas reglas de juego. El terrorismo contra el Estado
es extremadamente peligroso porque fomenta fuerzas anti-estatales en su seno
que lo degradan rápidamente en la dirección de la barbarie. La revolución
solamente es legítima para restaurar los derechos perdidos, no para imponer
nuevos derechos u obligaciones. A partir del 25 de mayo de 1973, en que se
reinstauró la democracia, la ilegitimidad de los grupos guerrilleros fue total.
Fueron ellos los primeros en llevar el terror a la nueva democracia.
- Su padre fue víctima de ese
accionar.
- Sí, lo mataron en agosto del
'75, en plena democracia. Desde mi dolor de hijo les pregunto a los miembros de
la guerrilla que han llegado al poder, ¿qué han hecho con su ideal. ¿Es éste el
mundo más justo y menos corrupto que querían construir?
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